El presidente de Chad, asesinado en combate; lo que hay que saber sobre la región
Uno de los presidentes con mayor tiempo de permanencia en el poder en Africa...
Uno de los presidentes con mayor tiempo de permanencia en el poder en Africa, Idriss Déby -de Chad-, y quien supo gobernar durante treinta años, fue asesinado hace pocos días en batalla, tras hacer frente a rebeldes que avanzaban hacia la capital del país. El shock que consignó su deceso ha provocado en la ya de por sí turbulenta realidad política de esta nación, aún cuando los rebeldes permanecen movilizados en el terreno de operaciones.
El Frente Para el Cambio y la Concordia de Chad -grupo rebelde- curzó hacia ese país tras abandonar su reducto en Libia, el pasado 11 de abril; según se informó, lo hizo con varios miles de combatientes. Su liderazgo declamó que el propósito era restaurar la democracia en esa nación africana, conforme Déby se preparaba para hacerse de su sexto mandato como presidente, luego de una reciente elección general.
La información existente sobre el progreso del citado Frente es confusa, pero pudiera ser que combatiera ha cientos de kilómetros de la ciudad capital, Ndjamena, previo a interrumpir su ofensiva tras registrarse la muerte de Déby. El gobierno de los Estados Unidos se preocupó lo suficiente como para retirar a su personal no esencial de la embajada en la capital, previo al asesinato del ex mandatario.
Luego del anuncio del homicidio de Déby, los militares suspendieron la constitución, procedieron a desarmar al gobierno (maniobra que luego fue revertida) y el parlamento, y declaró como presidente y líder al hijo del desaparecido jefe de Estado, Mahamat Idriss Déby -de 37 años de edad-, por un período transicional de dieciocho meses.
Esta maniobra de naturaleza anticonstitucional dio lugar a airadas quejas de parte de la oposición político-militar del país, pero también motivó el reclamo de elementos en el seno de las fuerzas armadas, propiciando el espectro de una puja intestina.
Asimismo, los rebeldes se preparaban para continuar su ofensiva, incluso garantizándose el respaldo de otros núcleos de combatientes, y generando oportunidades de otros grupos para desafiar abiertamente al gobierno central. Ni queda claro, sin embargo, si el Frente está en capacidad para tomar efectivamente Ndjamena, luego de sufrir serias pérdidas luego de la avanzada emprendida.
La continuidad del avance también podría dar lugar a la intervencion del firme aliado de Chad, esto es, de Francia, quien respalda la reciente promoción de Mahamat Déby —en 2019, Francia ejecutó un ataque contra otra incursión rebelde que amenazaba al gobierno de Déby.
En medio de maniobras de rápida dinámica y desconocidas como éstas, gran parte de los informes iniciales suelen ser incompletos, o incluso erróneos. Sin embargo, algunos aspectos son bien conocidos. Chad es una nación de vital importancia en lo que podría ser la región más volátil del Africa, y también del mundo. Uno de los seis vecinos de Chad, Libia -donde sólo un frugal cese al fuego está impidiendo que el país vuelva a caer en una guerra civil- es el país con mejor performance en el Indice de Estados Frágiles -desarrollado por el Fondo para la Paz-, posicionándose como el vigésimo país más frágil del globo.
Un desmoronamiento de la situación en Chad podría comprometer aún más a esta ya complicada región. A pesar de sus numerosos problemas -Chad se ubica en la séptima posición del comentado ránking-, sus fuerzas se encuentran entre las más capaces del área, al tiempo que han desempeñado un rol central en el combate contra el extremismo islámico.
Los soldados de las fuerzas de Chad toman parte de la operación para el manteinimiento de la paz en Malí, y en el grupo de naciones del G5, núcleos que hacen frente a la explosión de la actividad terrorista en la región del Sahel, en el Africa.
Adicionalmente, Chad ha tenido una importancia notoria en 2015, al momento de desplazar a Boko Haram del noroeste de Nigeria -aún cuando este grupo disfruta hoy de un resurgimiento.
Las turbulencias de Chad consignan un recordatorio al respecto de por qué el conflicto en Libia es sumamente peligroso, y también de los argumentos que plantean que los Estados Unidos deben esforzarse para garantizar que todas las partes beligerantes se atengan al cese al fuego, colaborando con los esfuerzos en pos de consolidar la estabilidad.
El Frente Para el Cambio y la Concordia en Chad viene combatiendo a Libia desde, al menos, 2019, para Khalifa Haftar, líder del autodenominado Ejército Nacional de Libia, uno de los principales beligerantes en ese teatro. Según se ha informado, Haftar dotó al Frente de armamento pesado que, junto con la experiencia en combate del núcleo, lo convierte en un formidable oponente.
El tumulto libio ha desestabilizado a la región, desde la caída de Muammar Gaddafi en 2011. Ex mercenarios de Gaddafi que aceleraron la inestabilidad en Malí han plagado la región desde entonces. Fue virtualmente inevitable que el conflicto allanara el camino para un serio enfrentamiento armado entre el Frente Para el Cambio y la Concordia en Chad y un vecino -en tanto el armamento proporcionado desde el extranjero y abultados fondos han atraído a mercenarios de distintas geografías.
La crisis en Chad aún se desenvuelve, y resulta difícil anticipar cómo continuará. Durante los próximos días, y potencialmente semanas y meses, habrá dificultades y tensión. Con profundo impacto para Chad, para la región, y más allá.
Artículo original, en inglés
Es analista de políticas públicas relativas al Africa y Medio Oriente, para el think tank estadounidense The Heritage Foundation (Washington, D.C.). Sus análisis son publicados en la web The Daily Signal.