POLITICA ARGENTINA: ROBERTO PORCEL

Argentina: la paradoja de las encuestas

Lo que es el ráting para la televisión son las encuestas para los políticos; eso pareciera ser lo que manda.

30 de Junio de 2021


Lo que es el ráting para la televisión son las encuestas para los políticos; eso pareciera ser lo que manda.

Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Axel KicillofTodos parecen moverse en función de lo que reflejan o sugieren los números. Los lectores solemos registrar que 'se mandó a medir' a tal o cual nuevo candidato, o que se 'testeó' a algún otro antes de, finalmente, tomar una decisión.

En función de tales mediciones, analistas y periodismo suelen proyectar las perspectivas de determinado partido político, especulando con las probabilidades que portan los potenciales contendientes. Sin embargo, al ponderarse con el debido detenimiento lo que en rigor sucede en torno de estas investigaciones de campo, se observará que la lógica o la racionalidad no siempre priman. Antes, bien; en reiteradas ocasiones, el absurdo pareciera ser la medida de referencia.

De esa manera, cuando se proyecta la intención de voto de los eventuales candidatos del kirchnerismo de cara a las elecciones presidenciales de 2023, los nombres que aparecen en boca de todos con mayor insistencia son los de Sergio Tomás Massa, Máximo Kirchner y Axel Kicillof. Ello, sin dejar de mencionar, naturalmente, a Cristina Kirchner. Lo paradójico, sin embargo, es que, ni bien se presta atención a las encuestas, quienes aparecen con la peor imagen positiva y con la mayor imagen negativa son, precisamente, esos mismos nombres.

En tal sentido, ha de tomarse prestado el ejemplo de un reciente trabajo de la firma Synopsis, y se advertirá que los ya citados son exhibidos con las peores valoraciones. En efecto, quien ostenta la imagen positiva más baja es Massa (16,4%), con una imagen negativa del 68,5%. Acto seguido, Máximo Kirchner contabiliza apenas un 23,3% de imagen positiva, y un 69,5% de imagen negativa. El Presidente Alberto Angel Fernández, mientras tanto, se ha anotado un escaso 25,9% de valoración positiva, con un 66,2% de negativa; Cristina Kirchner apunta 26,6% de imagen positiva, y 68,2% de imagen negativa. Cierra el circuito el Gobernador Axel Kicillof, con 27,1% de imagen positiva y un 68,6% de valoración negativa.

Casi en perfecta sintonía con Synopsis, CB Consultora Opinión Pública revela que, en las provincias de Córdoba y Mendoza, y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tanto Cristina Kirchner como Sergio Massa y Axel Kicillof superan sus propios récords de imagen negativa.

En consecuencia, lo que reflejan los citados estudios de opinión es que ninguno de aquéllos potenciales candidatos -menos cuando se abrazan a una valoración ciudadana tan escasa- deberían siquiera contar con la posibilidad de presentarse como 'ungidos'. Toda vez que se privilegie el sentido común, tal será la conclusión -si acaso las encuestas expresan genuinamente la opinión y el sentir de los votantes. Podría argumentarse que la elección de las ya comentadas figuras políticas equivaldría a evaluar qué programa de tevé, entre los peores de la grilla, resultaría ganador en la misma franja horaria.

A la postre, resulta extraño que, tras el aparentemente incontrastable rigorismo encuestológico, no se conozca hoy a periodista o analista que, aún objetando las cifras compartidas, se atreva a cuestionar cómo podrían estos candidatos postularse en una carrera presidencial, al tomarse nota de sus funestas valoraciones.

Quizás a criterio de coronar el absurdo, la persona que más impulsa esos nombres y plataformas es la propia jefa política del espacio -sobre quien se presume mejor conoce el paño electoral. Y la elección de Alberto Fernández emerge como la prueba más elocuente de ello.

La insistencia de la Señora de Kirchner a la hora de patrocinar estos nombres ofrece margen para el planteo de prudentes dudas frente a la pretendida racionalidad en el empleo de datos para confeccionar los comentados trabajos de campo. Así las cosas, si en verdad las encuestas exteriorizan el verdadero sentir de los futuros votantes, entonces carecerá de toda lógica proceder a la selección de los nombres que devuelven los peores porcentuales.

En cualquier caso, alguien no solo ha preseleccionado a esa grilla de competidores; también se les asignan altas chances de alzarse con una victoria. ¿Son verosímiles las encuestas que leen los argentinos? Hoy parece obvio que serían pocos que inclinarían sus preferencias por algunos de los nombres presentados. ¿Se sienten tanto Fernández como Kicillof invencibles? ¿Entienden que cuentan con grandes chances de ganar?

En la caída del telón, el análisis forzará al planteo de más preguntas: ¿dónde está la trampa? ¿Mienten acaso los encuestados, o mienten los elegidos? ¿O será posible que los tan promocionados estudios de opinión no sirvan de mucho?

Mucho se conversa y discute en torno de la precisión de los relevamientos, de los universos elegidos para su concreción y, ergo, de la marcada disociación que termina certificándose entre resultados y cifras compartidas previamente. Cada ciudadano sabrá a quién obsequiarle crédito, y a quién retaceárselo. En el epílogo, no habrá mayor espacio para la duda: los resultados de las encuestas políticas se abrazan a una singular paradoja.

 

Sobre Roberto Porcel

Es Abogado en la República Argentina, especialista en Derecho Comercial y experto en temas relativos a la falsificación marcaria. Socio en el Estudio Doctores Porcel, fundado en 1921. Los textos del autor en El Ojo Digital pueden consultarse en http://www.elojodigital.com/categoria/tags/roberto-porcel.