Las inéditas protestas en Cuba merecen el respaldo de los Estados Unidos
El pueblo de Cuba tomó las calles en las ciudades del país este domingo -y también durante este lunes...
El pueblo de Cuba tomó las calles en las ciudades del país este domingo -y también durante este lunes-, a efectos de exigir mayores libertades, y para ponerle fin a 62 años de opresión comunista. Miles de ciudadanos tomaron parte en una serie de inéditas movilizaciones nacionales, las cuales se llevaron a cabo en al menos doce ciudades en la isla.
La referencia 'histórica' para describir a las manifestaciones ha sido utilizada con tanta frecuencia, que podría calificarse de cliché. Sin embargo, en esta oportunidad, el término cuaja a la perfección. Se trata de la primera oportunidad en 62 años de tiranía que la ciudadanía cubana se expresa de este modo, en tanto ya sería hora de que el sufrido pueblo de Cuba reciba una respuesta a sus exigencias.
El pueblo de este país, situado a apenas 90 millas de los Estados Unidos, merece el respaldo estadounidense. Como mínimo, la Administración Biden debería evitar arrojarle un salvavidas a La Habana, conforme Juan S. González, asistente especial del presidente y director senior del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, anunció en CNN en español hace poco -al declarar el funcionario que se planeaban medidas de acercamiento entre La Habana y Washington. Difícilmente el actual sea momento para echar mano de semejante iniciativa.
Más aún, el presidente Joe Biden debería dejar muy en claro ante Miguel Díaz-Canel, presidente títere que hace las veces de fachada para la familia Castro, desde que el dictador Raúl Castro dejó su puesto en 2018, que los Estados Unidos no aceptarán que se silencie a las voces pro-libertarias recurriéndose a flotillas de refugiados, como los Castro hicieron alguna vez en el pasado. De inmediato, Biden deberá dirigirse al país, al pueblo cubano y al mundo, para exigir se restaure la libertad en Cuba.
Sin dudarlo, el mandatario estadounidense habrá de advertirle a Díaz-Canel que se abstenga de cualquier curso de acción represivo, lo cual pondrá aún en mayor peligro a miles de cubanos, cimentando el poder del régimen.
La situación en Cuba hacia la noche del domingo, y también el lunes, era obscura. Díaz-Canel compartió un discurso el domingo, apelando a 'todos los comunistas' para que abandonen sus hogares y aplasten a los manifestantes. Esas palabras fueron reiteradas al menos en tres oportunidades en la televisión estatal cubana al terminar el fin de semana.
Asimismo, se desplegaron brigadas especiales de la policía para poner a manifestantes bajo arresto. En la provincia del Camagüey, el Padre Castor Alvarez de Besa -manifestante pro-democracia- recibió golpizas de parte de agentes estatales, según comunicaron voces disidentes al think tank estadounidense The Heritage Foundation. Su paradero continúa siendo desconocido.
Francis Suárez, alcalde de la ciudad de Miami, comunicó vía Twitter, a fines del domingo: 'La policía militar del régimen cubano está disparando munición de fuego a manifestantes cubanos desarmados que pelean por la libertad. Sesenta años de comunismo, crueldad y opresión, deben llegar a su fin, ahora mismo'.
De igual manera, el régimen cubano es una de las principales fuerzas de desestabilización en el Hemisferio Occidental. Controla desde las sombras a las dictaduras de Nicolás Maduro en Venezuela y la de Daniel Ortega en Nicaragua. Durante más de seis décadas, La Habana ha obstaculizado todo intento por convertir a las Américas en una zona de libertad.
Las causas inmediatas del alzamiento ciudadano son difíciles de puntualizar, a este momento. La catastrófica administración de la pandemia de COVID-19, achacable al régimen, parece ser una de ellas. La tasa de muertes está en crecimiento, aún para las propias estadísticas de La Habana -que nunca son fiables. Ambos aspectos echan por tierra los dos postulados que exhibe cierta opinión parcializada.
Un apunte reza que los regímenes totalitarios están mejor preparados para administrar la pandemia que las democracias libertarias como la de los Estados Unidos. El otro -con frecuencia repetido por los dirigentes políticos socialistas en los EE.UU. como el senador Bernie Sanders y por miembros de su 'escuadrón' explicita que el régimen socialista cubano cuenta con un sistema sanitario estelar. Ambas perspectivas se ven ahora comprometidas.
Obviamente, ninguna de ambas se refleja en la realidad. El socialismo sigue siendo perfecto solo en un aspecto: siempre conduce al fracaso, y lo hace en toda geografía. Este es el motivo por el cual la ciudadanía cubana se moviliza en manifestación, ahora mismo.
El pueblo cubano es amigo del pueblo estadounidense. Su valiente elemento ha participado en la guerra revolucionaria americana, tomando parte bajo la bandera de España en los combates de Baton Rouge y de Pensacola, y al haber recaudado fondos para el esfuerzo bélico contra la Gran Bretaña. Más de cien años después, los estadounidenses retornaron ese favor, asistiendo a Cuba a liberarse de la corona española, en la Guerra Hispanoamericana de 1898.
Los ciudadanos cubanoamericanos contribuyen a diario al éxito de los Estados Unidos, y son parte del liderazgo dirigencial en este país, como es el caso del senador Marco Rubio, y de Ted Cruz.
La batalla del pueblo de Cuba en este mes de julio nos recuerda, una vez más, que es menester esforzarse para derrotar los intentos por instalar e imponer el marxismo en nuestro territorio nacional, particularmente en nuestras escuelas y sitios de trabajo, a través de la denominada Teoría Racial Crítica, CRT. El mejor modo de ayudar al pueblo cubano es alimentando la libertad en los propios Estados Unidos, para poder expresar -junto a los cubanos-: 'Viva Cuba Libre'.
Artículo original, en inglés
Poseedor de master y doctorado en la Universidad de Georgetown, Carafano es un reconocido experto en temáticas de seguridad nacional y desafíos en política exterior. Es vicepresidente de Estudios en Políticas de Defensa y de Política Exterior en la Fundación Heritage, y Director del Instituto Kathryn y Shelby Cullom Davis de Estudios Internacionales. Es también historiador e investigador; su publicación más reciente es "Wiki at War: Conflict in a Socially Networked World" ('Wiki en Guerra: el Conflicto en un Mundo Socialmente Interconectado', 2012), obra que examina el impacto revolucionario del Internet en la seguridad nacional. Es Teniente Coronel del Ejército de los Estados Unidos. Recientemente, se ha desempeñado -asesorando en temas sobre los cuales es experto- en el equipo de transición del presidente estadounidense Donald Trump.