Al respecto de la ineficiencia de Naciones Unidas
Frente a la comunidad internacional, el conflicto en Ucrania ha dejado expuesta la ineficiencia de Naciones Unidas...
25 de Febrero de 2022
Frente a la comunidad internacional, el conflicto en Ucrania ha dejado expuesta la ineficiencia de Naciones Unidas -organismo que vive de las rentas de los diferentes países y que, a la hora de tomar decisiones, se oculta bajo el esquema de la diplomacia. Su ineptidud, nuevamente, compromete la vida de miles de personas.
La diplomacia se ha convertido en un espejismo, en un concierto en el que los más poderosos imponen las condiciones y desatan guerras. Lo sucedido en la península de Crimea fue un ejemplo de cómo es factible sumar territorios a vista y paciencia de ONU, que jamás pasó de impulsar escasas sanciones económicas en lugar de detener la invasión rusa, obstaculizándose la práctica de conquistar para luego negociar, que hoy se repite en Ucrania.
¿Por qué Rusia tiene tanto interés en Ucrania? En primer lugar, porque, si el gobierno de Kiev se adhiere a la Organización del Atlántico Norte (OTAN), trasladaría el centro de gravedad estratégico, conforme se producirá el adelantamiento de armamento disuasivo de OTAN hacia sus fronteras. Esto pone a la superpotencia en una posición defensiva. En segundo orden, los yacimientos de minerales ubican a Ucrania como uno de los países más importantes de Eurasia, lo que crea una dependencia indirecta de Rusia con Ucrania.
Moscú ha jugado muy bien los tiempos, espacios y movimientos geoestratégicos. Por un lado, se enfrascó en una disputa diplomática, mientras continuaba incrementando su pie de fuerza hasta articular todo su dispositivo de combate.
Sin embargo, Moscú no solo se quedó en el escenario europeo; marchó hacia la retaguardia estratégica de su tradicional oponente, los Estados Unidos de América, trasladando el problema al patio trasero de Washington, en caso de una intervención estadounidense en el teatro de operaciones ucraniano.
El centro de gravedad se fraccionó a América Latina y el Caribe con la cooperación de Venezuela, que desde mucho tiempo atrás ha incrementado la presencia rusa a través de cooperación militar, tecnológica, misilística y de ciberseguridad. También de Nicaragua, que recientemente firmó convenios para constituirse en un centro de reabastecimiento de Rusia -y de igual modo ha procedido Cuba.
El mensaje al que la comunidad internacional debería prestar mucha atención es la autorización que le proporciona el Parlamento de Rusia para el “uso de la fuerza militar fuera del país”, sin especificar Ucrania. Es por eso por lo que el presidente Vladimir Putin repite permanentemente que cualquier país que intervenga sufrirá las consecuencias. En otras palabras, el parlamento le dio la autorización de emplear todo el potencial bélico ruso no solo en Eurasia sino también a nivel global, lo que incluye su despliegue en América Latina y el Caribe.
Naciones Unidas, OTAN y la diplomacia estadounidense han quedado como meros espectadores frente a la invasión de territorio ucraniano. Por su parte, la República Popular China observa la reacción internacional y, tomando nota de la inacción de los aliados de Occidente, prepara en secreto planes contra Taiwán.
La ineficiencia de un organismo que dice representar a la comunidad internacional, esto es, Naciones Unidas, está habilitando una transición global hacia una eventual Tercera Guerra Mundial.
La diplomacia se ha convertido en un espejismo, en un concierto en el que los más poderosos imponen las condiciones y desatan guerras. Lo sucedido en la península de Crimea fue un ejemplo de cómo es factible sumar territorios a vista y paciencia de ONU, que jamás pasó de impulsar escasas sanciones económicas en lugar de detener la invasión rusa, obstaculizándose la práctica de conquistar para luego negociar, que hoy se repite en Ucrania.
¿Por qué Rusia tiene tanto interés en Ucrania? En primer lugar, porque, si el gobierno de Kiev se adhiere a la Organización del Atlántico Norte (OTAN), trasladaría el centro de gravedad estratégico, conforme se producirá el adelantamiento de armamento disuasivo de OTAN hacia sus fronteras. Esto pone a la superpotencia en una posición defensiva. En segundo orden, los yacimientos de minerales ubican a Ucrania como uno de los países más importantes de Eurasia, lo que crea una dependencia indirecta de Rusia con Ucrania.
Moscú ha jugado muy bien los tiempos, espacios y movimientos geoestratégicos. Por un lado, se enfrascó en una disputa diplomática, mientras continuaba incrementando su pie de fuerza hasta articular todo su dispositivo de combate.
Sin embargo, Moscú no solo se quedó en el escenario europeo; marchó hacia la retaguardia estratégica de su tradicional oponente, los Estados Unidos de América, trasladando el problema al patio trasero de Washington, en caso de una intervención estadounidense en el teatro de operaciones ucraniano.
El centro de gravedad se fraccionó a América Latina y el Caribe con la cooperación de Venezuela, que desde mucho tiempo atrás ha incrementado la presencia rusa a través de cooperación militar, tecnológica, misilística y de ciberseguridad. También de Nicaragua, que recientemente firmó convenios para constituirse en un centro de reabastecimiento de Rusia -y de igual modo ha procedido Cuba.
El mensaje al que la comunidad internacional debería prestar mucha atención es la autorización que le proporciona el Parlamento de Rusia para el “uso de la fuerza militar fuera del país”, sin especificar Ucrania. Es por eso por lo que el presidente Vladimir Putin repite permanentemente que cualquier país que intervenga sufrirá las consecuencias. En otras palabras, el parlamento le dio la autorización de emplear todo el potencial bélico ruso no solo en Eurasia sino también a nivel global, lo que incluye su despliegue en América Latina y el Caribe.
Naciones Unidas, OTAN y la diplomacia estadounidense han quedado como meros espectadores frente a la invasión de territorio ucraniano. Por su parte, la República Popular China observa la reacción internacional y, tomando nota de la inacción de los aliados de Occidente, prepara en secreto planes contra Taiwán.
La ineficiencia de un organismo que dice representar a la comunidad internacional, esto es, Naciones Unidas, está habilitando una transición global hacia una eventual Tercera Guerra Mundial.
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@CoronelPazmino
Sobre Mario Pazmiño Silva
Mario Pazmiño Silva es Coronel (R) del Ejército del Ecuador. Cuenta con un Master en Seguridad y Desarrollo. Es Presidente del Centro de Análisis e Investigación Internacional, Consultor Internacional en Seguridad y Defensa. Oficia de Analista para diferentes medios de comunicación sobre temas de Terrorismo e Inteligencia, y desarrolla publicaciones para distintos medios de comunicación en América Latina. Su correo electrónico, aquí.