INTERNACIONALES: GERMAN GORRAIZ LOPEZ | PUNTOS DE VISTA

De la pobreza a la hambruna mundial

De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, desde el 2019 habría 21 millones de desempleados...

07 de Junio de 2022

 

De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, desde el 2019 habría 21 millones de desempleados más en el mundo, hasta alcanzar la cifra de 207 millones de parados -aunado ello con un déficit de US$ 175 mil millones en los presupuestos climáticos de los países pobres.

Crisis alimentaria mundial, FAOAsimismo, según Intermón Oxfam, más de 260 millones de personas adicionales engrosarán la tasa de población mundial que viviría en la absoluta pobreza, hasta llegar al 13% de la población mundial; en consecuencia, se afirma que las autoridades monetarias mundiales deberían tener como objetivos impulsar la frágil e incipiente recuperación económica global, promover una capacidad productiva diversificada, y garantizar una evolución equilibrada de los ingresos.
 
Sin embargo, el fenómeno de la globalización económica ha conseguido que todos los elementos racionales de la economía estén interrelacionados entre sí, en razón de la consolidación de los oligopolios, la convergencia tecnológica y los acuerdos tácitos corporativos, por lo que la desbocada inflación de la economía estadounidense podría acelerar la suba de tipos del Dólar y la reducción del programa masivo de compras de bonos por la Fed (tapering). Ello, sumado a los efectos colaterales de la guerra de Ucrania en forma de estanflación, podría provocar que la crisis sistémica acabe lastrando la incipiente y frágil recuperación económica mundial, desembocando en escenarios de estancamiento económico secular (secular stagnation).
 
Por otra parte, la escalada de los precios del crudo tendrá su reflejo en un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los fertilizantes agrícolas. Este concierto operaría en conjunto con la sequía en Canadá y en los Estados Unidos, con la ausencia del grano ucraniano debido al conflicto con Rusia, y con la consiguiente implementación de restricciones a la exportación de commodities agrícolas de países como India -para asegurar su autoabastecimiento-; el concierto cuenta con el potencial para producir desabastecimiento en los mercados mundiales y un incremento de los precios a niveles estratosféricos. Si a ello le sumamos la intervención de los brokers especulativos en el mercado de futuros de las commodities agrícolas, el resultado sería una espiralización de los aumentos de precios en las materias primas, imposibles de asumir por las economías del Primer Mundo. Finalmente, llegaría a su fin cualquier plan para finiquitar los Objetivos del Tercer Milenio, al respecto de reducir el hambre en el mundo.
 
El economista de la FAO (Organización para la Agricultura y los Alimentos, Naciones Unidas), Abdolreza Abbassian, en declaraciones a la agencia noticiosa The Associated Press, señaló que, para alimentar la población mundial, (que llegará a 9.000 millones de personas en el 2050), se necesitará un incremento de 70% de la producción global de alimentos durante los próximos cuarenta años; la faena -dijo- se antoja titánica pues, mientras la población mundial crece un 1,55% anual, los rendimientos del trigo (la mayor fuente de proteína en países pobres), habrían sufrido un descenso del 1%. Así, en la perspectiva de la FAO, el índice de precios de cereales habría aumentado el 56% durante 2022, estando según Naciones Unidas en la antesala de una crisis alimentaria mundial que afectará especialmente a las Antillas, México, América Central, Colombia, Venezuela, Bolivia, Egipto, el Cuerno de África, Mongolia, Corea del Norte, India, China, Bangladesh y el sudeste asiático, ensañándose con particular virulencia con el África subsahariana.


 
Sobre Germán Gorraiz López

Desarrolla análisis relativos a temas económicos y geopolítica. Publica regularmente en su blog "Los Restos del Naufragio". Reside en Navarra, España.