INTERNACIONALES: TED GALEN CARPENTER

La ambigüedad estratégica en Taiwan ha muerto

La última promesa de defensa del presidente estadounidense Joe Biden para Taiwan...

13 de Junio de 2022

 

La última promesa de defensa del presidente estadounidense Joe Biden para Taiwan: ¿metida de pata, o política real de los Estados UnidosBiden ha agitado, una vez más, las aguas geopolíticas del este de Asia, con su última declaración sobre la política americana hacia Taipei.

Joe Biden, TaiwanEn una conferencia de prensa ofrecida el 23 de mayo de 2022 en oportunidad de visitar el Japón, Biden expresó enfáticamente que iría más allá en nombre de la defensa de Taiwán de lo que ha estado dispuesto a hacer con respecto a Ucrania. En rigor, se trató de una distinción significativa y de una escalada del compromiso estadounidense con Taiwan. El mandatario americano se ha negado rotundamente a desplegar fuerzas estadounidenses en Ucrania, aunque Washington ha proporcionado decenas de miles de millones de dólares en armas y asistencia de inteligencia para ayudar a Kiev a derrotar a las fuerzas rusas. Cuando un periodista consultó: '¿Está dispuesto a involucrarse militarmente para defender Taiwan si se presenta la necesidad?'. Biden respondió rotundamente: ''. Tampoco parecía haber balbuceos. '¿Lo está Usted?', insistió el hombre de prensa, dejando en claro que estaba hablando de una intervención militar directa de los EE.UU. 'Ese es el compromiso que formulamos', replicó Biden.

La última declaración del mandatario fue, objetivamente, inexacta. La política de los EE.UU. con respecto a Taiwán se rige por la Ley de Relaciones con Taiwán (TRA) de 1979, que fue promulgada cuando Washington convirtió en oficiales las relaciones diplomáticas con la República Popular China. Según la TRA, los EE.UU. se comprometen únicamente a comerciar a Taiwan armamento de naturaleza defensiva, y a considerar cualquier ataque de la República Popular China a la isla como una grave ruptura de la paz en el este de Asia. Si esto último tuviera lugar, el presidente y el Congreso estarían obligados a consultar al respecto de una réplica adecuada. Sin embargo, no existe un compromiso oficial de Washington a la hora de defender a Taiwan, a pesar de la insinuación de Biden de lo contrario. De hecho, las Administraciones estadounidenses, durante más de cuatro décadas, han seguido una política de 'ambigüedad estratégica', mostrándose tímidas sobre cuál sería la respuesta de Washington ante la eventualidad de que Pekín recurra a la fuerza militar.

Resulta tentador descartar el comentario de Biden como un torpe incidente de parte de un jefe de Estado notablemente propenso a meter la pata. Sin embargo, existen vez hay más razones para concluir que se está produciendo una situación más grave con respecto a la política de Taiwan. Joe Biden ha compartido ya demasiadas declaraciones similares sobre el supuesto compromiso de defensa de Washington con la isla, como para creer que todos sus comentarios son meros errores verbales.

Durante una entrevista de agosto de 2021 concedida a la cadena ABC News, el presentador George Stephanopoulos preguntó al presidente si los aliados de Washington aún podían confiar en la protección estadounidense, en vistas de la desordenada retirada de Afganistán. Biden respondió: 'Hicimos un compromiso sagrado con el Artículo Cinco de que, de hecho, si alguien invadiera o tomara medidas contra nuestros aliados de la OTAN, responderíamos'. Continúa: 'La misma alianza se había forjado con el Japón, Corea del Sur y Taiwán', afirmó [énfasis añadido]. Durante una sesión del ayuntamiento de CNN el 21 de octubre de 2021, se le preguntó explícitamente al presidente si los EE.UU. defenderían a Taiwan frente a un ataque de la República Popular China. Biden respondió, sin vacilar: 'Sí, tenemos un compromiso'.

En todos los episodios anteriores, los funcionarios de la Administración, incluído el secretario de Defensa Lloyd Austin, el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan y la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psakise apresuraron a 'aclarar' (en la práctica, retractarse) los comentarios del presidente para asegurar a los medios de comunicación y a los líderes internacionales (especialmente los líderes de la República Popular China) que la política de los EE.UU. no había cambiado realmente, y que la TRA todavía determinaba esa política. Tanto Austin como el personal de la Casa Blanca intentaron ejecutar la misma maniobra en esta última ocasión.

Sin embargo, existen sólidas razones para concluir que los repetidos 'errores' del presidente reflejan con precisión su política real con respecto a Taiwan. Tanto con Biden como su predecesor Donald Trump, la relación de seguridad de Washington con Taipei ha florecido, hasta el punto de restaurar muchas de las características de la alianza de seguridad bilateral completa que existía previo a 1979.

Asimismo, es crucial comprender que, de estallar una crisis en el Estrecho de Taiwán, la fatídica decisión sobre la respuesta estadounidense no sería tomada por Lloyd Austin, Jake Sullivan, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, ni por cualquier otra figura que pudiere mostrarse favorable a una mayor moderación. Sería el propio Joe Biden quien tome semejante decisión. Y no debería ser así; ningún funcionario debería contar con semejante cuota de poder. Sin embargo, a pesar del lenguaje en la Constitución que otorga al Congreso, no al presidente, la autoridad para tomar decisiones sobre ir a la guerra, resulta poco probable que Biden haga más que 'consultar' al Congreso, si se dignara en hacer incluso eso. Durante más de siete décadas, el Congreso ha abdicado de su responsabilidad en cuestiones de guerra y paz, y ha permitido que florezca una presidencia imperial sin restricciones. Es muy improbable que el poder legislativo intente ahora controlar a Biden en medio de una crisis en Taiwan.

La desagradable realidad es que el compromiso estadounidense con la defensa de Taiwán se ha expandido dramáticamente en los últimos años, registrándose escaso debate en el Congreso y una discusión pública apenas más significativa sobre los enormes costos y riesgos potenciales. La ambigüedad estratégica ha muerto. Biden no es culpable de cometer errores verbales repetidos sobre la política americana hacia Taiwan, aún cuando resulte comprensible la persistencia de esa impresión. El presidente dice la verdad sobre la esencia de la política estadounidense, con independencia de la manera encubierta que ha registrado el cambio.

 

Sobre Ted Galen Carpenter

Ted Galen Carpenter es Académico Distinguido -distinguished fellow- en el think tank estadounidense Cato Institute, y autor o editor de numerosos libros sobre asuntos internacionales, incluyendo Bad Neighbor Policy: Washington's Futile War on Drugs in Latin America (Cato Institute, 2002). Publica regularmente en el sitio web en español de Cato.