Colombia: liberalismo e independencia
El pasado 20 de julio, se conmemoró un año más de independencia en Colombia, recordándose...
25 de Agosto de 2022
El pasado 20 de julio, se conmemoró un año más de independencia en Colombia, recordándose ya ciento doce años del nacimiento de la vida republicana. Se asiste hoy a un proceso político entorpecido, en razón de la instancia histórica conocida como 'Patria Boba', ecosistema en el que las élites criollas -bajo la idea de una centralización del poder o del otorgamiento de autonomía regional en perjuicio de la federalización de las provincias- no pudieron ponerse de acuerdo a la hora de cómo plantear un Estado sólido y sustentable.
Recién hacia 1819, se consolida un proceso independentista genuino, recurriéndose a las armas en la campaña libertadora tutelada por Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander.
El referido proceso independentista se inspiró en dos acontecimientos históricos trascendentales: la independencia de las trece colonias norteamericanas (1776) y la Revolución Francesa (1889). Las consignas ideológicamente cristalinas en torno del liberalismo político y del capitalismo de aquellos movimientos sirvieron como puntapié inicial para la consolidación del Estado moderno.
Adam Smith desarrolló, en La Riqueza de las Naciones (1776), su primer libro sobre economía en la modernidad. Allí, abordó conceptos tales como la división del trabajo, la acumulación de capital como principio rector del desarrollo económico de una nación, y acuñó el planteo de la 'mano invisible' como base para argumentar la capacidad del mercado para autorregularse. En consecuencia, Smith formuló correctamente la necesidad de reducir el control político-gubernamental sobre el anterior.
¿Qué tienen en común estas revoluciones latinoamericanas del siglo XIX con el nacimiento del Estado moderno a través de los Estados Unidos y de Francia del siglo XVIII? Pues, la clausura definitiva del régimen monárquico y feudal, a efectos de allanar el camino para el nacimiento de las repúblicas -abrazándose las mismas al liberalismo, la división de poderes, la democracia y la búsqueda de la libertad individual y colectiva.
En tal sentido, es lícito conmemorar este histórico evento, por cuanto liberalismo e independentismo fueron cruciales al momento de diseñar el ADN republicano de Colombia. El recordatorio ha de servir como necesaria hoja de ruta: respeto por los derechos individuales y colectivos -inalienables-, libertad de pensamiento y de expresión, libremercado, libertad para generar riqueza, libertad para innovar y crear, y sus respectivos corolarios.
Desde lo político, el liberalismo vio la luz en razón de la creciente demanda por las libertades, en pos de limitar el poder del Estado, y de fomentar un genuino espíritu de inclusión con participaciñon ciudadana. Sólo entonces, cobraron particular vigor la potencia del talento y del ingenio humanos, y la creatividad al servicio del conjunto. Como es obvio, planteos ciertamente alejados del amparo asistencialista de proyección colectivista que sólo contribuye a fomentar dependencia y esclavitud.
Recién hacia 1819, se consolida un proceso independentista genuino, recurriéndose a las armas en la campaña libertadora tutelada por Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander.El referido proceso independentista se inspiró en dos acontecimientos históricos trascendentales: la independencia de las trece colonias norteamericanas (1776) y la Revolución Francesa (1889). Las consignas ideológicamente cristalinas en torno del liberalismo político y del capitalismo de aquellos movimientos sirvieron como puntapié inicial para la consolidación del Estado moderno.
Adam Smith desarrolló, en La Riqueza de las Naciones (1776), su primer libro sobre economía en la modernidad. Allí, abordó conceptos tales como la división del trabajo, la acumulación de capital como principio rector del desarrollo económico de una nación, y acuñó el planteo de la 'mano invisible' como base para argumentar la capacidad del mercado para autorregularse. En consecuencia, Smith formuló correctamente la necesidad de reducir el control político-gubernamental sobre el anterior.
¿Qué tienen en común estas revoluciones latinoamericanas del siglo XIX con el nacimiento del Estado moderno a través de los Estados Unidos y de Francia del siglo XVIII? Pues, la clausura definitiva del régimen monárquico y feudal, a efectos de allanar el camino para el nacimiento de las repúblicas -abrazándose las mismas al liberalismo, la división de poderes, la democracia y la búsqueda de la libertad individual y colectiva.
En tal sentido, es lícito conmemorar este histórico evento, por cuanto liberalismo e independentismo fueron cruciales al momento de diseñar el ADN republicano de Colombia. El recordatorio ha de servir como necesaria hoja de ruta: respeto por los derechos individuales y colectivos -inalienables-, libertad de pensamiento y de expresión, libremercado, libertad para generar riqueza, libertad para innovar y crear, y sus respectivos corolarios.
Desde lo político, el liberalismo vio la luz en razón de la creciente demanda por las libertades, en pos de limitar el poder del Estado, y de fomentar un genuino espíritu de inclusión con participaciñon ciudadana. Sólo entonces, cobraron particular vigor la potencia del talento y del ingenio humanos, y la creatividad al servicio del conjunto. Como es obvio, planteos ciertamente alejados del amparo asistencialista de proyección colectivista que sólo contribuye a fomentar dependencia y esclavitud.
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@CHRISTIANDAES6
Sobre Christian Ríos M.
Ríos es Politólogo Internacionalista de la Universidad Militar Nueva Granada, Profesional en Ciencias Militares de la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, y Administrador de Empresas; magister en Estrategia y Geopolítica en la Escuela Superior de Guerra- Colombia, en 'Estrategia y Geopolítica'. Es analista político, docente y columnista en el periódico El Quindiano (Armenia, Colombia) y en El Ojo Digital. Es Oficial en Retiro del Ejército Nacional de Colombia.