La Unión Europea busca soluciones para hacer frente a la crisis energética
A efectos de limitar los crecientes efectos adversos de la grave crisis energética derivada del conflicto entre Rusia y Ucrania...
13 de Septiembre de 2022
A efectos de limitar los crecientes efectos adversos de la grave crisis energética derivada del conflicto entre Rusia y Ucrania, las naciones europeas han redoblado esfuerzos abrazándose a fuertes contramedidas, entre ellas, el lanzamiento de una serie de grandes paquetes de rescate, sin precedentes en el sector energético. Sin embargo, la efectividad de estas medidas de respuesta requiere de más tiempo a criterio de ser probada.
Según los informes, los precios de la energía y el combustible en muchos países miembros de la Unión Europea (UE) ahora son varias veces más altos que en el mismo período en 2021, siendo probable que los mismos continúen estableciendo nuevos récords.
Según los informes, los precios de la energía y el combustible en muchos países miembros de la Unión Europea (UE) ahora son varias veces más altos que en el mismo período en 2021, siendo probable que los mismos continúen estableciendo nuevos récords.
En Alemania, por ejemplo, la economía más grande de la UE y también el principal consumidor de energía del continente, el precio de contrato mayorista de electricidad para 2023 ha alcanzado un máximo histórico de 1.050 euros por Mwh (megavatio-hora) a finales de agosto, catorce veces superior al mismo periodo del año pasado.
En un documento publicado la semana pasada, la Oficina Federal de Estadísticas de Alemania (Destatis) afirmó que su país "está luchando para evitar una crisis energética que se agrava después de que Rusia cortó casi por completo el suministro de gas natural". En el Reino Unido, un antiguo Estado miembro del bloque regional, la factura anual de electricidad de los hogares locales en 2022 aumentó en el 54 %, a casi 2 mil libras esterlinas.
Situación real
Para hacer frente a la grave escasez de combustible en el contexto de que el invierno se avecina, los países europeos han estado implementando numerosas soluciones, algunas de las cuales no observan precedentes. En Alemania, el gobierno federal anunció, el pasado 4 de septiembre, un tercer paquete de medidas -por valor de unos 65 mil millones de dólares- para ayudar a los hogares en este sentido, con lo cual elevó el importe total de la asistencia energética hasta el momento a casi 95 mil millones de dólares.
Las medidas propuestas incluyen imponer un tope a los precios de la electricidad, reducir el impuesto al valor agregado sobre el gas natural, diferir el aumento del precio de las emisiones de carbono por un año, realizar los pagos únicos a jubilados y estudiantes, amén de otras soluciones.
De igual modo, el gobierno británico decidió implementar un paquete de apoyo financiero estimado en alrededor de 150 mil millones de libras (más de 170 mil millones de dólares) para respaldar los costos de energía para los hogares y a la comunidad empresarial en todo el país durante los próximos dos años. Esta también es una contramedida aplicada por muchos otros países europeos.
Según algunos informes, hasta la fecha las cinco economías más grandes de la UE han anunciado paquetes de apoyo valorados en 201 mil millones de dólares para hacer frente a las subidas del costo de la energía. Como tal, la cantidad de compromisos tanto de la UE como del Reino Unido ha totalizado más de 500 mil millones de dólares.
Además del apoyo financiero para abonar las facturas de energía de los pobladores y las empresas, los países europeos están implementando soluciones de ahorro de energía, como el control de la temperatura de enfriamiento de los acondicionadores de aire y del calentador, el corte de electricidad en turnos, la baja de la intensidad de la luz en oficinas y el espacio para el alumbrado público, a la par de aumentar el almacenamiento de combustible para prepararse para el próximo invierno y promover el intercambio de gas entre los Estados miembros de la UE.
Perspectivas y desafíos
Los gobiernos europeos e instituciones financieras regionales consideraron “necesaria” la implementación de paquetes de apoyo energético para las personas y las comunidades empresariales en Europa, conforme los precios de la energía ahora son demasiado altos y han superado la asequibilidad de muchos hogares y compañías. Por eso, esta medida, según ellos, podría frenar la inflación, al tiempo que mantiene el apoyo público a sus planes de asistencia financiera para Ucrania.
Sin embargo, muchos expertos económicos recomendaron calcular cuidadosamente el impacto de la implementación actual de paquetes a gran escala para apoyar los costos de energía.
En primer lugar, dijeron, aunque la escala de los paquetes de apoyo energético no es tan grande como los destinados a hacer frente a la pandemia de COVID-19, como en el pasado, puede aumentar el tamaño de la deuda soberana y reducir los recursos para los objetivos de desarrollo.
En concreto, los economistas del Banco de Inversión UBS estimaron que el valor total de los paquetes energéticos de Alemania representa alrededor del 2,7% de su producción económica anual. Mientras, el coste de medidas similares se estima en un 2,4 % de la producción económica de Italia y en torno al 1,25 % del Producto Interno Bruto (PIB) en España.
Adicionalmente, analistas expresaron preocupación por un efecto contrario del apoyo a los costos de la energía, y advirtieron que esta medida podría conducir a un aumento en el consumo de energía, lo cual exacerbaría, sin duda, la crisis actual. Una evidencia para esta preocupación es que en un análisis publicado el 6 de septiembre, el Instituto de investigación Bruegel, con sede en Bruselas (Bélgica), indicó que mientras el precio mayorista de la energía en los primeros seis meses de este año aumentó diez veces más que el nivel promedio de la UE, el consumo de energía de los hogares europeos se reduce solo en un 7%.
En tal contexto, cada vez hay más opiniones de que Europa debe actuar hacia una visión más realista en torno a las causas de la crisis y a partir de ahí encontrar las contramedidas adecuadas. Por lo cual, Europa, la comunidad internacional y las partes concernientes deben redoblar esfuerzos dirigidos a poner fin al conflicto entre Rusia y Ucrania, causal directa de la actual crisis energética.