Tulsi Gabbard no abandonó al Partido Demócrata; los Demócratas decidieron abandonarla primero
'Ya no puedo permanecer en el Partido Demócrata actual'. Ese fue el mensaje compartido por la ex legisladora Tulsi Gabbard...
'Ya no puedo permanecer en el Partido Demócrata actual'.
Ese fue el mensaje compartido por la ex legisladora Tulsi Gabbard, ahora ex Demócrata en representación de Hawaii, el pasado martes. Su mensaje fue claro: el Partido Demócrata se ha abrazado a un extremismo de izquierda.
En un video de treinta minutos de duración -mediando podcast y escrito en Substack-, Gabbard (de 41 años de edad), anunció que abandonará próximamente el Partido Demócrata, y expuso sus razones para hacerlo.
En apariencia, Gabbard tenía pensado hacerlo -desde hace tiempo. Tras servir en cuatro oportunidades en representación de Hawaii, entre 2013 y 2021, la legisladora se había mostrado notoriamente crítica de la dirección actual de su partido.
El tema central elegido por Gabbard para fundamentar su carta de despedida fue el abandono de principios perpetrado por el Partido Demócrata, junto con su recurrente promoción de la cultura progresista o 'woke' y la naturaleza anti-familia del espacio.
Consignó Gabbard que, inicialmente, las posturas antibélicas y la defensa del ciudadano común fueron tópicos que la ayudaron a decidir su incorporación al partido.
Sin embargo, observó la legisladora que el Partido Demócrata ha cambiado, y que ahora 'se encuentra bajo el control total de un consorcio de promotores de la guerra, tutelados por una cobardía progresista'. El Partido Demócrata de tiempos actuales, dijo ella, está dividiendo al país a partir del racismo y de imposturas 'contra los ciudadanos blancos'.
Sentenció Gabbard que el Partido 'trabaja activamente para poner en jaque a las libertades otorgadas por Dios y plasmadas en la Constitución; el Partido es hostil a las personas de fe y dedicadas a la espiritualidad; demoniza a las fuerzas de policía y protegen a los criminales, a costa de los ciudadanos de bien que respetan las leyes', refiriéndose a la oleada de delitos violentos que se han vuelto moneda corriente en los Estados Unidos en años recientes.
Aún cuando muchos ciudadanos lo han olvidado ya, el Partido Demócrata defendió activa y frontalmente a movimientos que exigían desfinanciar a la policía durante 2020 -aún cuando han intentado distanciarse de ello, en razón de la lógica impopularidad detrás de la iniciativa.
Gabbard, teniente coronel en la Reserva del Ejército de los Estados Unidos, también arremetió contra la política exterior americana, afirmando que 'el Partido es llevado de las narices por promotores de la guerra firmemente afincados en el complejo militar-industrial, y no les interesa o bien ignoran los costos de la guerra; ignoran quiénes pagan el precio'.
Asimismo, la legisladora condenó el empleo de agencias federales para acosar e intimidar a oponentes políticos.
'Al emplear la seguridad estatal y las agencias de aplicación de la ley como armas para consolidar una agenda política de propia factura, los líderes Demócratas están poniendo en riesgo al Estado de derecho, y convirtiendo a nuestra democracia en una republiqueta bananera', remató Gabbard.
Gabbard condenó con crudeza la reciente decisión del Departamento de Justicia de investigar a padres que protestaban contra las currículas progresistas vigentes en los programas de escuelas públicas. Un año atrás, el Fiscal General Merrick Garland redactó un ominoso memorándum, exigiendo que el FBI investigara las 'violentas amenazas perpetradas contra funcionarios escolares y maestros'. Compartió esos comentarios a pesar de que, objetivamente, nadie había amenazado a las escuelas públicas en modo alguno.
Completó luego la legisladora por Hawaii que el Partido Demócrata 'no cree en nuestros derechos, debidamente amparados por la Constitución, vinculados a la libertad de expresión'. Observó ella que la libertad de expresión y de pensamiento con piedras angulares de cualquier 'democracia floreciente'.
Agregó después que los líderes del Partido Demócrata ya no defienden esos derecho y que, en contrapartida, utilizan su poder para silenciar el disenso:
Ellos son tutelados por ideólogos fanatizados que consignan una amenaza contra nuestra democracia, porque no creen en la libertad -de expresión, de pensamiento, de credo. Buscan censurar todo discurso que no sea de su agrado, etiquetándolo como 'desinformativo', 'de odio' o 'discurso violento'.
Trabajan codo a codo junto a las grandes firmas tecnológicas dedicadas al lucro, para acosar y silenciar a opositores políticos, y a cualquier persona que se atreva a desafiar su autoridad, exponiendo sus evidentes inseguridades.
Artículo original y texto completo, en inglés
Jarrett Stepman se desempeña como colaborador y columnista en el sitio web The Daily Signal (Estados Unidos). Reside en Washington, Distrito de Columbia.