El ELN, ¿amenaza delictiva panamericana?
El decurso histórico del ejército de liberación nacional, ELN, ha sido resiliente desde la ofensiva de Anorí...
15 de Octubre de 2022
El decurso histórico del ejército de liberación nacional, ELN, ha sido resiliente desde la ofensiva de Anorí en 1973. Nacida de un grupo de estudiantes de la Universidad Industrial de Santander y entrenada en Cuba, la organización ahora convertida en fuerza paramilitar en Venezuela, narco en Colombia y delincuencial en Ecuador, gira alrededor de los principios revolucionarios castristas.
Diálogos frustrados
Reducidos a su mínima expresión en efectivos en el país, se desplazaron hacia Venezuela; allí, en contubernio con el gobierno, masacraron mineros artesanales y garimpeiros en Tumeremo (2018), localidad del Arco Minero del Orinoco, en los estados Amazonas y Bolívar.
A partir de ahí, el ELN creció exponencialmente, hasta llegar a los cerca de tres mil y cuatro mil efectivos, la gran mayoría integrada por jóvenes venezolanos de cinco estados limítrofes binacionales. Todos los beneficios económicos de la minería ilegal, el narcotráfico y de la extorsión energética, le han permitido al eln aumentar su armamento y capacidades operacionales, no solo en Venezuela -donde, según un reciente informe de Insight Crime, (Investigación y Análisis del Crimen Organizado)- controlan territorio y cogobiernan en cerca de diez estados. Crimen Revolucionario Organizado Transnacional. Algo así como el Tren de Aragua, pero con cierta ideología.
Los cinco intentos previos de diálogo han fallado bajo el estruendo de sus atentados, asesinatos, secuestros y otras ilicitudes. La quinta ronda realizada en Cotacachi, Quito, se frustró en abril del 2018, a raíz del homicidio de tres periodistas ecuatorianos. Luego del carrobomba de la Escuela General Santander, en enero del 2019, que se saldó con 22 muertos, entre ellos una cadete ecuatoriana y un saldo aproximado ochenta heridos, el entonces mandatario colombiano, Iván Duque, suspendió los acercamientos con el ELN.
En Colombia, se han convertido en el primer actor narcotraficante a cuya gerontocracia del Comando Central (COCE), pronto veremos paseándose por todo el país y por tres o cuatro naciones más, como lo hicieron en Venezuela (Caracas, 1991), México (Tlaxcala, 1992), Alemania (Maguncia, 1998) y Suiza (Ginebra 2000). Cuba, Venezuela y Suecia, entre otros, están a la espera.
Delincuencia trinacional
El problema, como lo hemos repetido, es lidiar con un COCE imbuido en castrismo irredento y la teología de la liberación y, simultáneamente, negociar con sus cuadrillas que campean por el andén pacífico colombo-ecuatoriano, dedicadas al comercio ilícito de las drogas. Imposibles de desvincularse de los cárteles mexicanos y los emisarios de las mafias europeas, estas células del ELN no abandonarán su negocio, carente de monto estratégico y lleno de valores regionales.
Ecuador juega en esta terrible parodia socialista. Gracias a su economía dolarizada, ha visto un incremento en sus tasas de homicidio y en la corrupción pública y privada. Todo gracias al narcotráfico que tiene en Guayaquil su principal puerto de exportación de cocaína, y que ha certificado el desplazamiento de cultivos ilícitos a sus provincias fronterizas de Sucumbíos, Carchi y Esmeraldas. El Colectivo Insurgente y el Frente Comuneros del Sur están en potencial desarrollo, paralelo a las organizaciones indígenas.
Lo poco entendible es que haya muchachos trasegando sin esperanza alguna por las trochas selváticas del Chocó, caminando sin mayores expectativas por las selvas de Sucumbíos y echando bala en Arauca-Apure con la perspectiva de un estado socialista binacional, mientras sus jefes y líderes se dan la gran vida y delectan los placeres palaciegos del gobierno al mando, entretanto echan carreta fidelista.
Todo este escenario revolucionario trinacional, plantea serios retos a la seguridad regional, pues el eln podría llegar a ser tan intimidante, poderoso y letal como el Primer Comando Capital (PCC) de Brasil. Una revolución delictiva panamericana.
A lo anterior, hay que agregar el nuevo proyecto de ley 418 de orden público en Colombia, que autoriza a diferentes organizaciones civiles registradas y a comisionados de paz regionales, para movilizarse por todo el territorio nacional en búsqueda de la paz, aunque la negociación política será únicamente con el ELN. El resto de las organizaciones caracterizadas como criminales deberán acogerse a la ley vigente.
Addenda: tras el informe sobre graves violaciones a los derechos humanos en Venezuela, el país perdió su reelección en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Rusia, su mentor armamentístico, está siendo acusado también de violaciones a los derechos humanos, en su guerra contra Crimea. ¿Y el ELN?
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@JohnMarulandaM
Sobre John Marulanda
Licenciado en Filosofía e Historia de la Universidad Santo Tomás de Aquino, y Abogado de la Universidad de la Gran Colombia, Marulanda se desempeña como consultor internacional en seguridad y defensa. Es Coronel (R) del Ejército de Colombia.