La ideología progresista ha hecho metástasis entre los militares de los EE.UU.; es hora de remover su perniciosa influencia
Los esfuerzos motorizados con el objetivo de promocionar el ideario progresista...
Los esfuerzos motorizados con el objetivo de promocionar el ideario progresista, la teoría crítica de la raza (CRT) y otras políticas de entrenamiento divisivas en las fuerzas armadas de los Estados Unidos de América han comenzado a revelar una problemática de profundidad. La más reciente revelación es la decisión de la Academia de la Fuerza Aérea americana, de patrocinar un adoctrinamiento basado en 'inclusión' y 'género', mientras promociona un sistema de becas que excluye a cadetes de acuerdo a su orientación sexual.
Estos desarrollos son apenas los más recientemente conocidos intentos en pos de promocionar ese enfoque ideológico.
La fractura que cobra forma en la CRT y la influencia de la ideología de género en las fuerzas armadas estadounidenses es perniciosa; ha infectado las academias militares, a las unidades operacionales e, increíblemente, al sistema sanitario de los militares.
Este azote fue introducido a través de la Orden Ejecutiva número 13583, planteada bajo la presidencia de Barack Obama el 18 de agosto de 2011. Rápidamente, fue seguida de un Plan Estratégico para la Diversidad y la Inclusión, que obligó a toda agencia federal existente a establecer consejos sobre diversidad e inclusión -revelándose un visible respaldo del liderazgo político del país a tal agenda.
Estos consejos y su diversidad asociada, sus propuestas sobre inclusión y sus promotores terminaron creando una nomenklatura que Nadia Schadlow ha comparado acertadamente con las responsabilidades desempeñadas en su momento por los comisarios políticos de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Recientemente, uno de estos apparatchiks ha sido expuesto, y se encuentra hoy bajo investigación, por diseminar expresiones públicas de carácter racista y peyorativo. La persona bajo escrutinio se desempeña como oficial de 'diversidad' en el andarivel educativo del Departamento de Defensa. La novedad a nadie debería sorprender, por cuanto la citada agencia ha venido presionando por la incorporación de estas divisivas políticas durante cierto tiempo.
Sin embargo, consigna apenas un reflejo de un perjuicio mucho más profundo, que también se ha adueñado del sistema de pensamiento en la comunidad militar médica.
La Universidad para el Servicio Uniformado entrena a profesionales médicos y, en su plan estratégico, apunta a institucinalizar el ecosistema de la CRT con el fin de incorporar reglas sobre diversidad, igualdad e inclusión. Ostensiblemente, una misión para su decano -un coronel retirado que hoy lidera la oficina para diversidad, igualdad e inclusión en la Facultad de Medicina de la institución.
Mientras tanto, la cultura de excelencia en el Comando Médico de la Armada de los EE.UU. prioriza el apoyo por diversidad e inclusión, aún cuando hace a un lado el capítulo correspondiente a igualdad. La comprensión sobre el modo en que estos esfuerzos afectan sensiblemente a toda directiva médica, a la aprobación de becas y a la selección de aspirantes amerita un exhaustivo y cauteloso escrutinio, especialmente al considerarse los recientes comentarios compartidos por la vicepresidente del país sobre igualdad, al atender a aspectos tales como la asistencia en la recuperación ante desastres y los lineamientos relativos a igualdad en la Agencia Federal de Administración de Emergencias (FEMA) y su protocolo para la distribución de vacunas contra el COVID-19.
Una línea de contacto confidencial para revelar aspectos sobre la CRT -creada por el Senador Tom Cotton (Republicano por Arkansas) y el Representante Dan Crenshaw (Republicano por Texas)- ha ayudado mucho a la hora de arrojar luz sobre estos asuntos, pero este esfuerzo debe ser sostenido en el tiempo y ha de atraer mayor atención entre los miembros dedicados al servicio. Hasta el momento, ha logrado exponer el pernicioso entrenamiento sobre 'pronombres' en la Armada, enfocado en crear espacios seguros -y próximamente podría poner en jaque ciertas prácticas sobre entrenamiento médico y políticas que han incurrido en malversación de fondos.
Asimismo, la organización sin fines de lucro Judicial Watch se ha mostrado activa a la hora de develar todo lo relacionado con la teoría crítica de la raza en las fuerzas armadas, presentando extraordinarias demandas judiciales contra la Armada, a efectos de rastrear información pertinente en los registros de la Academia Naval. Recientemente, se ha anotado el resonante éxito de exponer lo actuado por la CRT en los programas de entrenamiento de la Academia Militar de los Estados Unidos en West Point, a pesar de las protestas en contrario (presentadas por el Ejército).
Por sobre todo, el efecto coincidió con la subyugación de la preparación operacional -dedicada a la defensa del país- a estándares sociales 'inclusivos' tales como diversidad e igualdad.
Este aspecto fue recientemente detallado por el General (R) Thomas Spoehr, quien hoy se desempela como director en el Centro para la Defensa Nacional, en el think tank The Heritage Foundation, en Washington, D.C.
Con acierto, Spoehr ha señalado que este desarrollo ya se ha anotado decisiones médicas por sensatas, como ser el levantamiento de la prohibición para que personal con HIV pueda servir en zonas de combate. En función de que soldados, marineros y elementos del Cuerpo de Marines sangran en cualquier conflicto, la modificación de esta política observa poca sensatez médica en lo que a aspectos operacionale se refiere.
Y seamos claros: el HIV es hoy una dolencia crónica que demanda tratamiento médico de por vida; mientras que el índice de decesos vinculados al COVID-19 son notoriamente bajas cuando se las compara con las consecuencias de tener que contar con medicación para toda la vida de una persona.
De tal suerte que, ¿hacia dónde conduce todo esto? La armada revolucionaria durante la Francia del siglo XVIII ofrece un interesante caso de estudio. La referida fue una flota que ocho años antes se había alzado victoriosa contra la armada británica en la Batalla de los Cabos -conflicto de 1781 que ayudó al esfuerzo independentista estadounidense en Yorktown. La Francia revolucionaria puso en jaque la capacidad operacional de su flota al priorizar la designación de responsables políticos, en desmedro de la capacidad de comando en el mar.
Como resultado, tres años más tarde, Francia fue incapaz de presentar una réplica naval efectiva versus los bloqueos británicos, como tampoco pudo responder a las necesidades de envíos marítimos en tiempos de guerra con Gran Bretaña. Acto seguido, la armada francesa acusó una larga serie de derrotas navales durante veintiseis años -concierto que eventualmente condujo a la derrota de Napoleón en 1895.
Con algo de fortuna, nuestro país aprenderá de tales lecciones y procederá a revertir la perniciosa influencia de la teoría crítica de la raza en el buen orden y la disciplina castrense. La Orden Ejecutiva del ex presidente Donald Trump -con fecha septiembre de 2020- sobre prohibición de entrenamiento relacionado en el gobierno federal, llegó demasiado tarde durante aquella Administración -con lo cual no pudo modificarse la trayectoria luego seguida por los militares.
Tanto se ha insertado la teoría crítica de la raza que incluso los esfuerzos de un comandante en jefe pueden verse obstaculizados. Mientras Trump aún era presidente, la Armada se mostraba tan aferrada a los postulados sobre diversidad e igualdad que, en julio de 2020, lanzó su Fuerza Especial Una Sóla Armada (Task Force One Navy), que privilegió una observancia profunda sobre comportamientos relativos a racismo y extremismo en sus filas.
El informe final de aquel órgano -dado a conocer en enero de 2021- reveló que la Armada aún era considerada igualitaria, a pesar de planteos anecdóticos sobre racismo y comportamientos extremistas. Acto seguido, el informe fue completado con la inserción -en los programas educativos del arma- del libro 'Cómo Ser Un Antirracista', de Ibram Kendi.
En la práctica, existe escasa o nula evidencia útil para defender cualquier sistema de adoctrinamiento sobre diversidad, igualdad e inclusión -ni siquiera existen datos certeros sobre episodios de racismo o extremismo en las fuerzas armadas del país.
De hecho, el asunto sólo ha servido para instigar y sembrar discordia entre los uniformados, cuando antes no había indicios de la misma.
En el futuro inmediato, iniciativas como la línea de contacto para denuncias contra la CRT y planteos judiciales en pos de la obtención de información deberán seguir su curso; en tanto un renovado vigor habrá de proponerse para poner al descubierto la dañina influencia de estos postulados progresistas en la comunidad médica de las fuerzas armadas de los Estados Unidos.
Si se continúa tolerando su infiltración, la riesgosa influencia de la teoría crítica de la raza en los militares del país llevará, infortunadamente, demasiados años proceder con su eliminación.
Artículo original, en inglés
El autor, Brent Sadler, (Twitter: @BrentDSadler) es senior fellow en conflicto naval y tecnologías de avanzada en el think tank estadounidense The Heritage Foundation, en Washington, D.C. Colabora periódicamente en la web The Daily Signal.