Europa y un arduo camino por recorrer

La escalada del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha traído consigo numerosos efectos adversos, al tiempo que ha planteado serios desafíos para la mayoría de las regiones y economías del mundo. En particular, Europa es considerada una región muy afectada por una marcada volatilidad, tanto en el ámbito político como en la vida social en muchos de sus países miembros.


Sunak, ex ministro de Economía, de 42 años de edad, es desde este lunes el nuevo líder del Partido Conservador británico y próximo primer ministro del Reino Unido, en reemplazo de Liz Truss, quien presentó el pasado día 20 su dimisión como líder conservadora. Así, en menos de dos meses, el Reino Unido ha tenido tres primeros ministros (es decir, Boris Johnson, Liz Truss y Rishi Sunak), evidencia de los cambios drásticos en la arena política del país ex miembro de la UE, y segunda economía más grande del Viejo Continente (después de Alemania). Además del Reino Unido, muchos otras naciones europeas habrán de lidiar próximamente con dificultades y desafíos de igual tenor.
 

 

Colección de desafíos de magnitud

 

Numerosos expertos regionales e internacionales han expresado que Sunak afrontará una serie de retos, en particular la tarea de revitalizar la economía, que cayó en recesión, en el contexto en que los precios de la energía y los alimentos se han disparado. Previo al 20 de octubre, fecha en que su predecesora Truss anunciara su dimisión, la inflación británica había registrado un incremento récord del 10,1%, el nivel más alto en los últimos cuarenta años. Ante tal panorama, el Partido Laborista, principal partido opositor en Gran Bretaña, responsabilizó a los conservadores por la actual crisis económica, y convocó a elecciones generales anticipadas.

 

En Italia, otra gran economía europea, el nuevo gabinete de la primera ministra Giorgia Meloni, quien tomara posesión el pasado 22 de octubre, también enfrenta una gama de graves dificultades, especialmente el de prevenir una recesión económica inminente; controlar los precios de la energía y la escalada inflacionaria, así como sortear la actual crisis de Ucrania.

 

Por su parte, el gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, lidia con una importante ola de protestas contra el aumento de los precios del combustible, los alimentos, y la mayor tasa de desempleo en todo el país. En particular, algunas protestas acontecidas en la semana pasada se convirtieron en disturbios, lo que despertó la preocupación por una posible ola de protestas violentas como la registrada a finales de 2018.

 

Mientras tanto, Alemania también enfrenta un escenario de alta complejidad, con la tasa de inflación alcanza el nivel más alto en décadas y el riesgo de una recesión económica se evidencia más cercana. Según el Instituto Económico Alemán (IFO), el Producto Interno Bruto (PBI) de este país podría reducirse un 0,3 % en 2023 en razón de la alta inflación y la escasez de combustible. Más aún, Alemania podría caer en recesión tan pronto como en el cercano invierno, con una tasa de inflación prevista en 2022 del 8,1 %. Se prevé que el guarismo continuará elevándose, hasta alcanzar el 9,3 % durante 2023.

 

Soluciones y perspectivas

 

Numerosos analistas internacionales comparten la opinión de que, la crisis ruso-ucraniana es la razón principal de las dificultades que enfrentan ahora los países europeos. En consecuencia, han lanzado exhortos con miras a priorizar recursos, con el objetivo de rastrear soluciones para la citada crisis. Esta opinión es apoyada por cada vez más líderes europeos.

 

Recientemente, el ministro húngaro de Relaciones Exteriores, Peter Szijjarto, advirtió que la actual crisis energética en Europa se extenderá hasta 2023 y 2024, o posiblemente más. El jefe de la diplomacia también indicó que esta crisis estaba siendo impulsada por 'razones geopolíticas fundamentales, vinculadas a la seguridad', y exigió 'soluciones a largo plazo' para solventarla. En particular, el canciller húngaro reiteró la postura de los líderes de su país anunciada anteriormente, de que la crisis energética en Europa es consecuencia de la imposición de sanciones del continente contra la Federación Rusa por su operación militar en Ucrania. Por lo tanto, indicó, Europa debe centrarse en explorar vías para poner fin al conflicto bélico, en lugar de endurecer las sanciones.

 

Coincidiendo con esta visión, el presidente turco, Tayyip Erdogan, ha tomado medidas continuamente para promover una solución pacífica al conflicto entre Moscú y Kiev. El líder turco afirmó la necesidad de abrir la puerta al diálogo y la paz porque, según él, ello contribuirá a morigerar una serie de problemas que hoy enfrenta Europa, tanto en el andarivel socioeconómico, como también en el de la seguridad, la defensa y el político-diplomático.

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