Qué hay detrás de las inéditas protestas en China
El incendio de un apartamento en la ciudad de Urumqi, en China, arrojó un saldo de al menos diez personas fallecidas...
El incendio de un apartamento en la ciudad de Urumqi, en China, arrojó un saldo de al menos diez personas fallecidas y otras nueve heridas el pasado 24 de noviembre, amplificando una oleada de manifestaciones ciudadanas en todo el país, contra la política de 'COVID cero' del Partido Comunista Chino.
A continuación, una entrevista realizada a Michael Cunningham, fellow de investigaciones para el Centro de Estudios Asiáticos en el think tank estadounidense The Heritage Foundation, en Washington, D.C.
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Samantha Aschieris: A lo largo del pasado fin de semana, se registraron numerosas protestas de ciudadanos en toda China, e incluso en otras ciudades del mundo, contra la política nacional de 'COVID cero', así como también para manifestarse por lo sucedido tras el incendio en Urumqi. ?¿Cuál es su análisis frente a estas manifestaciones?
Cunningham: En efecto, las protestas se vieron amplificadas a partir del incendio en Urumqi. De tal suerte que China ya tiene práctica en esta política de COVID cero, cuando el régimen decide clausurar ciudades enteras o edificios; muchas veces levanta barricadas e incluso ha ordenado soldar las puertas de los departamentos. No estamos seguros de qué fue lo que sucedió, pero se atiende a una percepción pública de que esas medidas fueron la causa y una de las razones por las cuales tantas personas perecieron en el siniestro.
Ahora, lo que resulta sorprendente, sin embargo, es el hecho de que se llevaran a cabo manifestaciones masivas. Mis contactos en la propia China explican cómo, literalmente y desde WeChat, el app para mensajería móvil de uso más extenso en el país, las protestas estallaron a partir de furibundos mensajes contra el Partido Comunista Chino y su régimen, contra la política de COVID cero, y contra el presidente Xi Jinping. Verdaderamente inédito, todo ello.
Entonces, las protestas se amplificaron en razón del incendio. Pero hay allí mucha furia contenida contra las políticas de COVID cero y contra la erosión de las libertades individuales, especialmente desde llegado al poder Xi Jinping, aunque, de manera más genérica -y ciertamente existe gran preocupación y una sensación de desesperación de parte de mucha gente en China, mientras Xi consolidaba su poder político. El público está preocupado frente a la posibilidad de volver a, bueno, períodos pasados en donde un sólo hombre gobernaba todo; épocas que se caracterizaron por inestabilidad y malas políticas.
Aschieris: Algo que he notado al investigar esta turbulencia social, y al observar distintas fotografías, ha sido el detalle de los papeles en blanco en manos de los manifestantes. ¿Cuál es el significado de esto? He leído que algunos informes se refieren a la 'Marcha de los Papeles Blancos'.
Cunningham: Sí; bueno, el uso de papeles es un formato clásico de protesta para los chinos. Supieron utilizarlo en Hong Kong cuando el gobierno local comenzó con la represión. Y esto se debe a que, básicamente, la gente protesta por el hecho de que, en esencia, no se les permite decir nada. Cualquier cosa que escriban en ese papel podría ser considerado como reaccionario, y las personas pueden ser procesadas judicialmente por ello. Así que, aún cuando nada se escriba en esos papeles, uno puede terminar en prisión.
Los chinos siempre han utilizado métodos creativos para manifestarse. En la Universidad de Tsinghua, creo que fue allí, durante el fin de semana se vio a un puñado de estudiantes de matemáticas que alzaban con sus manos papeles con una ecuación que significa nada para Usted ni para mí, pero se trataba de la Ecuación Friedmann. Y, por cierto, en inglés, la traducción es 'Hombre Libre'.
Aschieris: Vaya, eso es inteligente. Quisiera conversar un poco más sobre los manifestantes, dado que hemos comentado sobre las cuarentenas; ¿cómo ha sido su naturaleza? ¿Desde cuándo han tenido lugar, y cuál es su severidad?
Cunningham: Son distintas de acuerdo a la ciudad en donde se determine la cuarentena. Uqumqi tuvo un confinamiento de, aproximadamente, cien días. Durante la primavera, tuvo más visibilidad el confinamiento de Shanghai. Se vio la prohibición sobre la movilidad de las personas.
Pero en cada ciudad es diferente. Y, en algunas de ellas, una persona de una familia puede dirigirse al mercado cada un par de días para hacer compras de hortalizas y verduras, mientras otros tienen prohibido movilizarse. En general, alguien que está sujeto a cuarentena en China verá que se ha puesto una alarma en su puerta, para verificar cada cuántos segundos la ha abierto; luego, se emitirá un alerta a la estación de policía más cercana. De tal suerte que Usted no podrá abandonar su domicilio.
Aschieris: Digamos, entonces, que la gente abandona sus casas, o bien los propios manifestantes, ¿a qué se arriesgan? ¿Cuáles son las posibles consecuencias?
Cunningham: Bueno, los manifestantes están arriesgándolo todo. El CCP es extremadamente poderoso, e integra un régimen brutal. Así que debo yo decir que las manifestaciones no son algo que no se conozca en China. En realidad, son bastante frecuentes, pero por lo general se dan contra funcionarios locales. De modo tal que, en ese caso, el riesgo no es tan elevado como cuando los manifestantes salen, como ahora, a exigir que el CCP y Xi Jinping deben renunciar. 'No más totalitarismo. Queremos democracia', es lo que se ha oído en algunas de las recientes manifestaciones del fin de semana.
De manera tal que algunas de estas personas, bueno, eso muestra el nivel de desesperación que las caracteriza, al desafiar abiertamente a un régimen que, literalmente, puede desaparecerlas. Simplemente debemos mirar a lo que ha sucedido con quienes sobrevivieron a las protestas de la Plaza de Tiananmen de 1989. Algunos de esos ciudadanos vivieron para ver la luz del día. La mayoría fueron reprendidos; y muchos vieron cómo sus vidas fueron arruinadas.
Aschieris: Hablemos ahora un poco más sobre las manifestaciones de Tiananmen de 1989, y también de Xi Jinping. Hemos visto que le fue otorgado un nuevo mandato de cinco años, pero también hemos atendido a las manifestaciones que, como Ud. dice, plantean su renuncia. ¿Qué tan probable es ese escenario para China? ¿Mantiene Usted alguna predicción al respecto?
Cunningham: Eso es extremadamente improbable. A criterio de remover al CCP o a Xi -la probabilidad de que Xi sea removido del poder sería más elevada que las chances de remover al CCP. Pero, fundamentalmente, en este punto, si los manifestantes quisieran derribar al CCP, ello requeriría que se produjera una fractura en la cúpula del Partido. Y, tras el reciente Congreso del mismo, con la inédita consolidación de poder de que hizo gala Xi Jinping, esa alternativa es aún menos probable de lo que ya era. El liderazgo ha sido capturado por la gente de Xi.
Es muy improbable que eso suceda. Pero, si las cosas se ponen verdaderamente malas -y eso exigiría que el liderazgo senior del Partido decida la partida de Xi, también improbable. Ahora mismo, ignoramos si las manifestaciones se prolongarán en el largo plazo, o si irán reduciéndose en magnitud. Asistimos a un concierto sumamente dinámico. Pero, de mantenerse en el largo plazo, probablemente el asunto no termine bien para los manifestantes.
Aschieris: Claro; esa era otra de las preguntas, es decir, ¿por cuánto tiempo creería Usted que las manifestaciones se mantendrán? ¿Cree Usted que lograrán ampliarse, o que mantendrán la magnitud presente?
Cunningham: Bueno; ahora mismo, todavía no se ve una manifestación de orden masivo como las que se vieron en Hong Kong pocos años atrás, instancia de la que tomó parte el grueso de la sociedad allí, hasta cierto punto.
Ahora mismo, y hasta el momento, en China las manifestaciones son un fenómeno localizado, salvo que están teniendo lugar en todo el país. Pero hablamos de universidades, de manifestaciones en campus, de personas que se manifiestan en cercanía de sus comunidades. Es difícil organizar manifestaciones a gran escala en razón del Estado policial, debido al hecho de que las comunicaciones entre las personas son monitoreadas -y seguirán siéndolo.
Razón por la cual es una pregunta con respuesta abierta. Como dijimos, es una situación muy dinámica. Las cosas podrían escalar a partir de aquí. Todo estaba relativamente tranquilo hasta el fin de semana en China... Todo podría terminar rápidamente pero, de mantenerse esta situación, o de tornarse más compleja, entonces veremos que el fenómeno se prorrogará.
Aschieris: Previamente, Usted se refirió a Tiananmen; quisiera conocer su opinión al respecto de lo comentado por el experto en China, Gordon Chang, en Fox News, el pasado lunes. El dijo que el concierto actual es más peligroso que 1989, es decir, que la masacre de Tiananmen, porque en ese entonces, los manifestantes querían mantener al Partido en su sitio, aunque reemplazando a algunos de sus líderes. Dijo Chang que el concierto actual se parece más a 1949, cuando el pueblo chino había puesto fin a sus esperanzas con el gobierno nacionalista de Chaing Kai-shek, y luego llegaron los comunistas. ¿Qué opina Usted sobre lo vertido por Chang?
Cunningham: Sencillamente, es demasiado pronto para conocer el verdadero alcance de estas manifestaciones; yo diría que, en algunos puntos, lo dicho por Chang es correcto. En algunas localidades, se arenga activamente a que Xi y el Partido se retiren. En otras, solo piden que se ponga fin a las restricciones anti-COVID, y por un retorno de las libertades, como era antes. Así que aún debemos considerar la dirección que las manifestaciones vayan adquiriendo, si es que acaso se orientan hacia la construcción de un movimiento coherente.
Aschieris: También quisiera conocer vuestra opinión sobre la Casa Blanca. Emitieron un comunicado este lunes. Fue un comentario en Twitter de Kristin Brown, de la cadena CBS, apuntando: 'Hemos dicho que la política de COVID cero no es una política que busquemos implementar aquí, en los Estados Unidos. Y, como ya dijimos, creemos que será difícil para la República Popular China contener el virus recurriendo a una estrategia de COVID cero'.
El comunicado también subrayó: 'Nosotros nos enfocamos en lo que funciona, y eso significa utilizar los instrumentos de la salud pública para aumentar las tasas de vacunación, incluyendo los refuerzos, los testeos y los tratamientos, para que éstos sean accesibles. Durante mucho tiempo, hemos dicho que todo aquel que quiera hacerlo, puede protestar en los Estados Unidos, pacíficamente, y en todo el mundo. Esto incluye a la República Popular China'.
¿Qué piensa Usted al respecto?
Cunningham: Bien. Me alegra el planteo de esa pregunta. No puedo imaginar una respuesta más débil frente a lo que sucede hoy en China. Tenemos allí a personas que viven bajo uno de los regímenes más represivos del globo, el cual dicho sea de paso es nuestro rival geopolítico de mayor peso. Y esas personas están desafiando al régimen, defendiendo sus libertades; en algunos casos, plasmando su postura en favor de la democracia. ¿Esto es lo mejor que puede hacer el líder político del mundo libre? Me parece que la respuesta de la Casa Blanca es muy frágil.
Los Estados Unidos deberían estar defendiendo las libertades y la democracia. Asimismo, deberíamos pasar a la ofensiva, demostrando frente al mundo qué tan disfuncional es el régimen del Partido Comunista Chino. China busca mostrarle al mundo que somos nosotros los disfuncionales. Y ellos no están haciendo un buen trabajo, por lo cual deberíamos mostrarle al mundo los gigantescos fallos de ese sistema de gobierno, e insisto, reafirmar nuestra posición favorable a la libertad de las personas y a la democracia.
Agregaría a ello que he conocido a defensores de la democracia para China, pertenecientes a la Administración Obama, y me han confesado su decepción frente al hecho de que el entonces presidente no defendía a los manifestantes en otros países.
El CCP saldrá a decir que, de alguna manera, los Estados Unidos están detrás de las manifestaciones. No podemos darles una razón para creer que su gobierno está en lo correcto; deberíamos sentar posición, compartir los comunicados apropiados, y respaldar a esas maravillosas personas que han decidido plantarse y arriesgarlo todo, para defender sus libertades individuales y colectivas.
Aschieris: En la misma línea, tenemos al legislador Mike Waltz, de Florida, exigiendo que la Administración Biden denuncie públicamente y de inmediato a los confinamientos inhumanos ordenados por Pekín. Así lo apuntó en Twitter. ¿Espera Usted que la Casa Blanca haga eso, especialmente después del comunicado compartido el lunes?
Cunningham: Razonablemente, ¿espero que la Casa Blanca adopte esa medida? Desde luego que no. Ojalá lo hicieran.
Aschieris: Antes de cerrar nuestra entrevista, ¿hay algo más que quisiera Usted agregar frente a lo que hemos visto en China, y en el mundo?
Cunningham: Bueno, es ciertamente algo positivo que veamos personas manifestarse en otros países, en respaldo de los ciudadanos chinos. Yo diría que hemos de mantener expectativas realistas; por un lado, es altamente improbable que este desarrollo contribuya a derribar al CCP, pero deberíamos respaldara a quienes se manifiestan. El pueblo chino, con notorio fervor, exige libertad. Muchas de esas personas aspiran a contar con una democracia, y muchos también apoyan al gobierno. Hay allí una combinación de factores.
Pero el pueblo chino, o bien está hoy o lo estará, envuelto en una puja de largo plazo por la libertad. Ahora mismo, no llevan las de ganar; pero vemos cómo toman posición contra este régimen opresivo, un régimen poderoso que puede decidir sobre el futuro de esas personas; esta realidad certifica la desesperación que les es propia, y también la manera en que la chispa de la libertad brilla en ellas. E insisto; debemos respaldarlas.
Artículo original y podcast, en inglés