Sobre el correlato cada vez más evidente entre macroeconomía y criptomonedas

Se asiste a una peculiar correlación entre criptomonedas y mercados de valores, junto a las variables macroeconómicas. En un inicio, los simpatizantes del bitcoin argumentaban que el criptoactivo más renombrado -y otros- exhibían una certificada inelasticidad ante los movimientos económicos y financieros tradicionales. En apariencia, el correlato hoy es más notorio que lo imaginado previamente.

 

Una semana atrás, por ejemplo, la cotización del bitcoin volvió a precipitarse con fuerza, luego de que la Reserva Federal de los Estados Unidos de América anunciara un nuevo incremento en los tipos de interés. En veinticuatro horas, el btc perdió US$ 1.000, desde $17.800 a $16.800, valores en los se mantiene al momento de publicarse la presente pieza. Si bien el retroceso de las criptomonedas tuvo lugar en un concierto de subas de tasas de interés más acotadas (cincuenta puntos básicos), cierto es que el descenso se hizo sentir.

 

A la postre, se auspician más aumentos de los tipos de interés para 2023, tal como informara oportunamente el titular de la Fed americana, Jerome Powell. Esta posibilidad inaugura una interrogante de cara al futuro de los mercados financieros tradicionales, que este jueves 22 de diciembre acusaron un impacto de magnitud -fundamentalmente el índice NASDAQ, que retrocedió en más de un 2,8%.

 

La inflación en los Estados Unidos no parece aminorar su paso, pese a los recurrentes estímulos financieros dirimidos por la Fed de Powell. Metodología tradicional: se recurre a encarecer el costo del dinero a efectos de desacelerar la actividad económica -destrucción de la demanda-, aunque los resultados no son los esperados. Así, pues, el PBI estadounidense creció un 3,2% de acuerdo a lo informado en las últimas horas, en tanto las solicitudes de subsidio por desempleo se han situado en las 216 mil (lejos de los 300 mil que evidenciarían una recesión técnica, y una desaceleración en la demanda de empleo).

Pese a que la inflación se ha mantenido elevado, la misma ha compartido algunas señales de retroceso en los últimos dos meses, pero esa progresión ha sido lenta.

 

El impacto de FTX no logra disiparse

 

Complementariamente, la defraudación perpetrada por el ex titular del exchange FTX, Samuel Bankman-Fried, ha amplificado la magnitud de un terremoto cuyas réplicas en el mundo de las criptodivisas aún no parecen detenerse.

 

Bankman-Fried fue detenido en Bahamas, y luego extraditado a los Estados Unidos a solicitud del Departamento de Justicia; hace pocas horas, confirmó el pago de una fianza (bail) por un total de US$ 250 millones, a efectos de esperar a las audiencias judiciales bajo arresto domiciliario. Amén del proceso oficial, el polémico dueño de FTX también será denunciado civilmente por ahorristas damnificados; muchos de ellos procederán individualmente, mientras que otros se apuntarán en demandas colectivas (class action).

 

En la palabra de entendidos en la materia, también se confirmaron numerosas sospechas sobre la operatoria de otro player importante del rubro: Binance. Este exchange se vio forzado a suspender los retiros de dinero de la stablecoin Circle (USDC), aunque tras un escarpado lapso de ocho horas, el servicio recobró cierta normalidad. No obstante, este otro gigante del concierto de las criptomonedas continuará bajo escrutinio.