Algunos nuevos desarrollos en el negocio del espionaje
La CIA es noticia, pero no por las razones correctas.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense, afamada por sus procederes ocultos y por su predilección a operar en las sombras, ha aparecido en una serie de noticias recientes. El 22 de julio pasado, la Casa Blanca anunció que William Burns, Director de la Agencia, ascendería a una posición con status ministerial en el Gabinete de Joe Biden. Esto significa que, más allá de ser -en la teoría- una fuente gubernamental de información confiable con potencial para ser empleada para el diseño de políticas públicas, Burns se convertirá per se en formador de políticas -equiparable al Secretario de Estado Antony Blinken, a Jake Sullivan (Consejero de Seguridad Nacional) y a Lloyd Austin (Secretario de Defensa). Aún cuando el gesto de referencia es mayormente simbólico y crea alguna superposición de roles y funciones, no carece de precedentes. El ex presidente Ronald Reagan incluyó a su Director de la CIA y viejo amigo William Casey en su Gabinete, mientras que el inefable Bill Clinton encumbró a -nada menos- dos Directores, John Deutch y George Tenet.
Más interesante todavía, de los cuatro Directores de la CIA con rango ministerial, sólo Casey era un oficial de inteligencia con experiencia, habiendo servido en la antigua OSS durante la Segunda Guerra Mundial, y devenido luego en un controvertido director pues mostraba predisposición a respaldar operaciones innecesariamente riesgosas, particularmente en América Latina. Por su parte, Deutch era, antes bien, una suerte de burócrata profesional, habiéndose desempeñado en el Pentágono previo a mudarse a la Agencia. Abandonó la CIA después de permanecer poco más de un año en su despacho -partió en diciembre de 1966- y, tiempo después, se supo que almacenó material clasificado en su ordenador portátil -lo cual parece ser una costumbre muy arraigada en el Partido Demócrata. Bill Clinton lo perdonó tras ser Deutch imputado por fallar a la hora de resguardar esa información clasificada. Tenet se desempeñó como personal del Congreso antes de llegar a Director en Langley y, como es sabido, le obsequió al pueblo estadounidense el estrepitoso fracaso de inteligencia conocido después como Guerra de Irak.
De igual modo, Burns es un diplomático de carrera -no un espía-; y ha de subrayarse que ambos roles son ciertamente diferentes. Aunque quizás no sea así para Joe Biden, ni para quien sea que esté tirando de los piolines, tras bambalinas. Al comienzo de su Administración, Biden se aproximó a Burns para que fuera su promotor de problemas globales -un hombre con título y credenciales que lo habilitaban para comunicarse confidencialmente co líderes del extranjero por fuera de los canales diplomáticos tradicionales. Su rol consistió en acortar los puentes entre lo público y lo clandestino, y en negociar con la seguridad nacional desde una perspectiva civil. Esto resultó en viajes desde y hacia Washington, y desde capitales extranjeras -más recientemente, involucrándose en Ucrania y Rusia, donde alguna vez Burns sirvió como Embajador de los EE.UU..
Según se dijo, Burns y el presidente se han reunido con frecuencia, en tanto Burns ha sido particularmente influyente en el criterio decisional de Joe Biden en lo que respecta a Ucrania. La CIA y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) habían estado empleando intercepciones proporcionadas por satélites y sistemas de comunicaciones para monitorear el acopio de personal y equipo militar ruso en la periferia de la frontera con Ucrania y, en noviembre de 2021, tres meses previo a la invasión, Biden envió a Burns para un periplo de bajo perfil hacia Moscú, para advertir al Kremlin frente a las consecuencias surgidas de una eventual acción armada. El Kremlin replicó que la insistencia ucraniana en unirse a OTAN, sumado ello a la agresión contra la región del Donbás -étnicamente emparentada con Rusia- eran cuestiones que no podían tolerarse. Pero nadie en Washington estaba prestando atención.
El encumbramiento de Burns remite a una eventual y considerable desventaja, por cuanto mezcla roles y responsabilidades en el seno de la Administración. La CIA existe para proporcionar información de la cual se espera sea confiable para que los tomadores de decisión política comprendan y responsan con sensibilidad ante escenarios complejos que involucran a gobiernos extranjeros. A los efectos de garantizar que la información de inteligencia y la política no se autovaliden sin contralor, tradicionalmente, la Aefncia limita su contacto colaborativo entre oficiales de casos que recopilan información en el terreno, y entre los analistas que producen los informes finales que luego van a parar a los tomadores de decisión. El hecho de que el Director de la CIA sea hoy, al mismo tiempo, quien proporcione información de inteligencia y luego quien participe en conversaciones que definirán las respuestas adecuadas comporta el riesgo de que la información de inteligencia en sí misma termine contaminada por consideraciones políticas. Ese rol de naturaleza dual impactará, asimismo y de manera sutil, en las perspectivas y prioridades de la propia Agencia. En otras palabras, se evidenciará una tendencia a dar forma a información de inteligencia con base en las expectativas de la Casa Blanca, del Departamento de Estado y del Pentágono -los cuales podrían distorsionar los datos, en razón de consideraciones estrictamente vinculadas a lo político. Lo que esto implica es que, si acaso la Administración americana deseare llevar la guerra a Rusia, alguien como Burns probablemente termine puliendo la información para que coincida con ese objetivo.
La maniobra en torno a Burns no debería representar sorpresa alguna, dado que Joe Biden se caracteriza por una clara tendencia a rodearse con individuos que sólo responden afirmativamente (en inglés del original, 'Yes men'), antes que involucrarse con líderes genuinos y administradores entrenados. De hecho, Burns ha sido un muy entusiasta simpatizante de la guerra, por lo general contradiciendo informes que versan que las cosas están marchando decidiamente mal para Ucrania en el teatro bélico. Pero, espere, que hay más: otro relato circula hoy sobre la CIA e involucra a Burns, quien ha dicho que ve hoy una oportunidad de valor para reclutar espías rusos, dado el desbarajuste que ha provocado el pretendido 'motín' tutelado por Yevgeny Prigozhin.
En una conferencia ofrecida en la Fundación Ditchley en Londres, el pasado 1ero. de julio, consignó Burns: 'La desafección frente a la guerra continuará carcomiendo al liderazgo ruso, más allá de la dieta estable de propaganda y de la acostumbrada represión. Esa desafección crea una oportunidad única en toda una generación para nosotros en la CIA, en el centro de nuestro servicio de inteligencia humano. Y no permitiremos que se desperdicie. Recientemente, hemos utilizado redes sociales -hemos compartido nuestro primero post en video en Telegram, por cierto-, para hacer saber a los valientes ciudadanos rusos cómo contactarnos de manera segura en la dark web. Registramos dos millones y medio de vistas en la primera semana, y ciertamente que estamos abiertos para nuevos negocios'.
Burns estaba refiriéndose a un resbaladizo clip de reclutamiento que apareció online hacia mediados del mes de mayo, y que fuera intitulado 'Por qué contacté a la CIA: mi decisión' (Why I contacted the CIA: My decision), el cual muestra a ciudadanos rusos aferrándose a la decisión de tomar contacto con la Agencia. El material de la CIA fue posteado originalmente en un canal de Telegram -red social sobre la que se cree es una fuente popular sobre noticias no filtradas, con origen ruso. El material -en idioma ruso- incorpora instrucciones sobre cómo contactar a la CIA de modo anónimo y seguro. El video ya ha sido recogido por otras plataformas, incluyendo YouTube, Twitter, Instagram y Facebook.
El proyecto sobreviene luego de un ensayo previo de reclutamiento que siguió a la invasión de Ucrania, y sobre el cual la CIA declaró fue exitoso, con 'contactos varios llegados desde allí'. Lo que, naturalmente, puede ser una mentira. Complementariamente, se conocieron otras versiones de clips producidos en ruso, pero de contenido cómico. En sí mismo, el clip podría no observar impacto alguno en los rusos preocupados por Ucrania; sin embargo, la revelación de Burns al respecto de lo que la CIA está haciendo prueba que él no es un oficial de inteligencia. Por propia cuenta, el video tiene más de Hollywood que de Langley, en razón de que revela las propias intenciones y actividades a un adversario -todo lo cual es una maniobra pésima, dado que revela 'fuentes y métodos', un pecado capital en el mundo del espionaje. Asimismo, las condiciones que dieron lugar a los desertores soviéticos antes de 1991 ya no existen; Putin es hoy una figura innegablemente popular en su país, mientras que las disparidades entre la vida actual en Rusia y la vida en Occidente -tanto en términos de materialismo como de libertades individuales- son apenas distinguibles.
Russia Today (RT), canal tutelado por el Estado ruso, también ha informado que la CIA está duplicando esfuerzos en el terreno para reclutar a ciudadanos rusos presuntamente insatisfechos. Refiriéndose a la cobertura de un reciente evento (titulado 'La CIA en sus 75 años'; 'CIA at 75') que se llevó a cabo en la Universidad George Mason en el estado de Virginia, RT citó al Director Adjunto de Operaciones, David Marlowe, quien dijo a una 'audiencia selecta' que oficiales de la CIA en el exterior se habían involucrado recientemente en un esfuerzo de magnitud para explotar 'terreno fértil' con miras a reclutar a agentes rusos entre 'oficiales militares abrumados, oligarcas que han visto sus fortunas reducirse a partir de las sanciones, hombres de negocios, y otros que han abandonado Rusia'.
Marlowe desarrolló sobre el modo en que el modelo trabaja, afirmando: 'Estamos observando, alrededor del mundo, para hallar rusos que se muestren disgustados con el conflicto en Ucrania, como lo estamos nosotros'. Acto seguido, Marlowe empleó el mismo eslogan al que recurriera Burns en el Reino Unido: '... porque estamos abiertos para los negocios'. En rigor, el gobierno ruso ha denunciado lo que pareciera ser intentos públicos por reclutar a sus diplomáticos y agregados militares en Europa y en los Estados Unidos, mediante acercamientos en la vía pública o en algún ambiente social azaroso, ofreciéndose dinero u otras recompensas a cambio de información. Los informes rusos consignan que oficiales estadounidenses han estado dando vueltas en la periferia de embajadas de la Federación Rusa, acercándoles tarjetas con números de teléfono al personal para que se contacten con el FBI o con la CIA.
Inevitablemente, fórmulas como esa (en inglés del original, 'cold pitches') rara vez funcionan porque, aún si el objetivo se mostrara dispuesto, él o ella deberían considerar también la posibilidad de que su lealtad está siendo puesta a prueba por la agencia o el organismo para el que se desempeña. De hecho, los comentarios de Burns sobre el videoclip de la CIA probablemente terminen reduciendo las chances de que algún funcionario o ciudadano ruso deserte efectivamente. El Kremlin, enfurecido por la crudeza de los intentos en pos de lograr que sus ciudadanos incurran en el delito de traición, prestarán desde ahora mayor atención a sus empleados con acceso a información altamente sensible -de tal suerte que incrementarán la vigilancia de los movimientos de diplomáticos y espías desplegados en Moscú, y en otras geografías. Todo lo cual convierte a un Director de la CIA que revele sus planes, combinando ello con videos y proposiciones cruentas de ofrecimiento de dinero, en un perfecto dignatario del fracaso -si es que alguien seriamente se interesara por penetrar la seguridad que rodea a un adversario.
Artículo original, en inglés
Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.