Wagner pierde el pulso ante el poder ruso

La marcha de la justicia que protagonizara el jefe mercenario Yevgeny Prigozhin en el mes de junio, quien para muchos internacionalistas catalogaron como un intento de golpe de Estado, terminó saldándose al mejor estilo de la antigua Unión Soviética -cobrándose con la muerte repentina de su máximo líder en un presunto accidente aéreo.


Prigozhin lideró una rebelión armada contra el Kremlin, abandonando el frente de batalla ucraniano para direccionar sus esfuerzos hacia Moscú y, de antemano, tomarse la ciudad sureña de Rostov. Este acto rebelde fue llevado a cabo tras conocerse una fuerte acusación lanzada por Prigozhin contra el ministerio de defensa ruso, luego de haberse registrado un ataque sorpresivo de las fuerzas rusas contra uno de los campamentos de Wagner.

Posteriormente, la intentona golpista fue intervenida por el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, quien se ofreció como mediador político brindando protección y asilo a Prigozhin y a sus combatientes. A partir de este acto, buscó evitar un derramamiento de sangre interno en Rusia. La intervención dio como resultado un encuentro entre Putin y el ex líder del Grupo Wagner, aclarándose la situación y comprometiéndose a reunificar esfuerzos bajo el objetivo común (Ucrania). Es importante traer a colación que Bielorrusia es uno de los grandes aliados que posee actualmente Rusia en el frente occidental, en el citado conflicto.

¿Qué es este Grupo Wagner que, en apariencia, hizo tambalear la fuerza, el poder político y militar del Kremlin? Se trata de una compañía militar privada de origen ruso fundada por Dmitry Utkin (ex GRU) y financiada por el mismo Prigozhin, que presta sus servicios a los aliados de Moscú en diferentes naciones del mundo con notorio valor geopolítico y estratégico para los intereses rusos, particularmente en cuadrantes específicos como Siria, República Centroafricana, Libia, Malí o Venezuela. Dentro de su gran portafolio de servicios, está la de brindar seguridad a líderes políticos y consolidar territorios desde el punto de vista militar, económico y político. Es considerado un grupo paramilitar o transversal (subsidiario) que entrena en guarniciones del ministerio de defensa y recibe armamento. Asimismo, se han hecho públicas diferentes acusaciones de violaciones de derechos humanos de parte de este núcleo de soldados de fortuna, mediando actos de saqueo en poblaciones civiles. La ministro del Interior británica Suella Braverman declaró ante medios oficiales, hace pocos días, que Wagner es una 'organización terrorista', calificando a su elemento como 'violento y destructivo' -según surge de lo publicado por el medio France 24.

En su oportunidad, el levantamiento de Wagner –bajo el discurso de Prigozhin- reveló que los objetivos de Rusia al invadir Ucrania distaban de la narrativa de una 'guerra justa' frente a una amenaza de la OTAN contra el Kremlin, que debían enfrentar a una Ucrania amenazante o por la creación de grupos neonazis ucranianos que afectaban los intereses rusos en la región; sino que más bien se trataba de una necesidad de imposición geopolítica y económica en el este de Europa, dejando en evidencia a una Rusia invasora y agresora. Este discurso intentó desvirtuar y deslegitimar la guerra ruso-ucraniana, y más en las palabras del líder operativo de Wagner quien, por entonces, ejecutaba golpes militares para favorecer a Moscú. Adicionalmente, Prigozhin supo acusar de traidores al Ministro de Defensa, Serguei Shoigu, como también al jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov.

Hacia el 23 de agosto, medios oficiales registraron un accidente aéreo al norte de Moscú donde perecieron unos diez pasajeros; entre los fallecidos se encontraba el máximo líder de Wagner, y su segundo al mando de la organización Dmitry Utkin -quedando así la compañía militar acéfala.

Analistas internacionales han consignado que el evento podría entenderse como un posible ajuste de cuentas, dado el desafío planteado antes al Kremlin. Acto seguido, se ha sugerido también que podría tratarse de una advertencia con formato de 'mano dura', en razón de las próximas elecciones internas rusas -fechadas para el 17 de marzo del 2024, y donde el presidente Vladimir Putin buscará reelegirse por tercera vez, de modo consecutivo.

Bajo la lupa de la realpolitik, se plantean postulados a considerar en el escenario internacional donde poder del Estado habrá de primar y situarse por encima de cualquier amenaza que intente desestabilizarlo. En igual sentido, 'la razón del Estado', conforme lo formulara Armand Jean du Plessis (Cardenal Richelieu) durante el siglo XVII, habrá de supeditarse a la supervivencia del mismo. Finalmente, su preservación habrá de priorizarse, recurriéndose a los medios necesarios. También Nicolás Maquiavelo supo consignarlo en El Príncipe: el poder no habrá de afrontar amenaza alguna y, de presentarse ésta, deberá emplear los métodos que sean necesarios para erradicarla.