Javier Milei, presidente electo de la Argentina: una nueva esperanza para las Américas
En Argentina—país en donde una de cada cuatro personas trabajan para el Estado...
En la Argentina—país en donde una de cada cuatro personas trabajan para el Estado, y donde más de la mitad de la población es beneficiaria de algún formato de asistencia estatal-, catorce millones de ciudadanos votaron recientemente en favor de contar con un gobierno limitado.
En efecto, votaron para recortar el Estado. Un genuino reformista, afín al libremercado, Javier Milei, se ha convertido en el primer presidente libertario del planeta, cosechando una cifra récord en votos, al analizarse la historia argentina.
Respaldado por su ex rival política y por la formidable selección de la figura de su vicepresidente, Milei logró lo imposible en América Latina, en años recientes; esto es, el haber unido a un amplio espectro de conservadores, libertarios y progresistas clásicos, con el objeto de rescatar a la Argentina de la putrefacción regional representada por el socialismo.
Se esperaba que la segunda vuelta electoral del pasado domingo 19 de noviembre retornara resultados más reñidos, conforme las encuestas previas consignaban una diferencia de entre uno y dos puntos porcentuales entre Milei y Sergio Massa, ministro de Economía y oponente -provenido del establishment. Sin embargo, las cifras ni siquiera se acercaron a la realidad. Triunfando en 20 de las 23 provincias, Milei barrió con su rival, imponiéndose a Massa por un margen de 12 unidades porcentuales.
Y esta no era una elección corriente en el cuadrante latinoamericano. La Argentina pertenece al Grupo de los Veinte, es un líder regional en el bloque comercial sudamericano del MERCOSUR, parte del denominado 'triángulo del litio', y flamante socio de la República Popular China en la Iniciativa para la Ruta de la Seda (en inglés, Belt and Road Initiative).
Las fuerzas del globalismo -desde el crédito del pasado verano septentrional otorgado por el Fondo Monetario Internacional a la Argentina (US$ 7.500 millones), al swap de $6.5 mil millones de yuanes ofrecido por Pekín, un mes previo a los comicios- se involucraron en un esfuerzo fallido en pos de inclinar la economía nacional para favorecer al candidato Sergio Massa.
Luiz Inacio Lula da Silva -presidente de Brasil, de izquierda- desplegó consultores políticos a la Argentina, Pedro Sánchez, primer ministro de España, comunicó públicamente su respaldo a Massa, en tanto el mandatario colombiano Gustavo Petro hizo lo propio. Este último se despachó en arrebatos en la red social 'X', luego de confirmarse la victoria de Milei en la puja presidencial.
El triúnfo de Milei, en consecuencia, no se produjo sólo en detrimento de Massa. En rigor, padecieron la derrota las élites del planeta cuyo propósito era mantener a la Argentina en su sendero de pobreza, siempre mirando al socialismo. La llave para la victoria de Milei habrá de convertirse en una verdadera lección para no pocos líderes políticos conservadores y progresistas clásicos en occidente -particularmente en los Estados Unidos de América.
Milei se apuntó una remarcable primera vuelta el 22 de octubre pasado, tras una brutal competencia contra Patricia Bullrich, ex ministro de Seguridad y referente de una opción alternativa del centroderecha. Milei se las arregló para anotarse un 30% de los sufragios durante la primera vuelta, mismo porcentual que había obtenido durante las primarias de agosto -pero suficientes para superar a Bullrich, que despuntó un 23%.
Ese fue el momento en que Bullrich hizo lo que otros candidatos presidenciales del espectro de centroderecha evitaron hacer: se unió a la campaña de su otrora rival.
Bullrich no sólo estaba compartiendo expresiones de respaldo para Milei; en los hechos, sumó la robusta infraestructura política del partido PRO, liderado por Mauricio Macri -ex presidente del país.
Así fue como los principales referentes de PRO se tomaron las calles, las redes sociales y toda señal existente para agruparse en torno a la figura de Milei, y denunciando a sus principales socios de la coalición, la Unión Cívica Radical. Los integrantes de este consorcio político privilegiaron su interés individual en desmedro del objetivo más importante en cualquier elección; esto es, ganar. Luis Petri, ex candidato a la vicepresidencia por Bullrich y miembro de la UCR, fue crítico a la hora de aunar apoyos en la base electoral de la coalición Juntos por el Cambio, aún contra la oposición dentro del propio espacio.
Y la iniciativa rindió frutos, especialmente en el Gran Buenos Aires -el distrito más populoso de la Argentina, donde reside el 28% del electorado. En oportunidad de desarrollarse la primera vuelta, Massa ganó en 38 de los 40 municipios del GBA, triunfando Milei en ninguno de ellos. El último domingo, sin embargo, Massa ganó apenas en 24, mientras que Milei se apuntó 16. Complementariamente, Milei cosechó hasta tres veces más votantes que Massa en la Provincia de Buenos Aires, comparándose su performance con la de Massa.
En los últimos años, numerosos presidentes oriundos de la izquierda radical en América Latina arribaron al poder fracturando a sus opositores políticos, polarizando el medioambiente electoral, y dividiendo a los movimientos del concierto del centroderecha. Por fortuna, la Argentina fue lo suficientemente inteligente como para aprender de esa histórica lección, tomando nota de los fracasos de otros líderes conservadores latinoamericanos.
En Colombia, en ocasión de los comicios presidenciales de 2022, el partido político del centroderecha Centro Democrático respaldó una alternativa basada en el más de lo mismo. Lo hizo apoyando a Oscar Iván Zuloaga, un fallido contendiente presidencial, en lugar de tomar partido por la Senadora María Fernanda Cabal. Un año antes, durante los comicios presidenciales de Chile, en 2021, prominentes figuras del espectro libertario cayeron en la trampa de responsabilizar al populismo o al hombre fuerte de los años setenta, Augusto Pinochet, como principales enemigos de la libertad -en lugar de poner el foco en el candidato marxista que golpeaba las puertas.
Por su parte, Jair Bolsonaro no pudo anotarse mayor respaldo de otros presidentes conservadores latinoamericanos, lo cual permitió que la prensa brasileña e internacional calificara de autócrata al ex mandatario.
Los resultados son devastadores. Todos esos países hoy deben lidiar con un serio retroceso económico y con oleadas de turbulencia social, mientras que los regímenes izquierdistas a cargo se acercan a los peores modelos autoritarios del cuadrante: toman partido por La Haban, por Caracas, por La Paz, y Managua.
Milei y Bullrich tenían más claro el panorama. A pesar de las críticas originadas en la comunidad libertaria de la Argentina, sin mencionar a los titulares de la prensa internacional, Milei comprendió que alinearse junto a fuerzas populistas de filiación nacionalista en España, Brasil y otras geografías, sería algo esencial para consolidar una victoria.
Tal como el propio Milei lo consignara en distintas entrevistas: 'Si Usted se planta contra el socialismo, pues entonces está conmigo'. El ahora presidente electo firmó entonces la Declaración de Madrid, patrocinada por el partido político Vox español, y la promesa estadounidense personificada en el núcleo Americans for Tax Reform (Estadounidenses a Favor de la Reforma Impositiva). Habló en la Conferencia para la Acción Política Conservadora en México, y en el Foro Madrid (de Bogotá, Colombia), mientras que la ahora vicepresidente electa Victoria Villarruel se sumó a una nutrida colección de eventos y periplos en el concierto internacional.
Villarruel fue otra clave para la resonante victoria, en razón de que complementa a la perfección al presidente electo en áreas que no son su fuerte; esto es, la seguridad nacional. Villarruel es ex alumna de los programas del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, en el Centro William J. Perry para Estudios de Defensa Hemisférica, en Washington, D.C. Ha estudiado protocolos y formatos para contrarrestar las amenazas transnacionales, junto a expertos y académicos del Centro para una Sociedad Segura y Libre (Center for a Secure Free Society), el cual encabeza quien esto escribe. Asimismo, Villarruel cuenta con un amplísimo CV en materia de contraterrorismo. Más importante, ella ha construído credibilidad junto a las más importantes instituciones de seguridad de la Argentina, entre sus fuerzas armadas y la Policía Federal.
Milei supo reiterar, a lo largo de la campaña, una expresión: 'He llegado para despertar leones; no para arriar corderos'. Después del pasado domingo, la Argentina se ha saturado de leones listos para recuperar su país de las garras de las fallidas políticas peronistas, y de la corruptela que caracteriza a los amigos del kirchnerismo -nucleamiento que ha destruído este gran país.
Milei ha vencido con solidez a los socialistas, impulsando un nuevo paradigma político en la América Latina; '¡Libertad!'.
Artículo original, en inglés
El autor, Joseph M. Humire es director ejecutivo en el Centro para una Sociedad Libre y Segura (Center for a Secure Free Society), y fellow invitado en el Centro Douglas y Sarah Allison para Política Exterior, en el think tank estadounidense The Heritage Foundation.