Las cárceles, centro de gravedad estratégico del conflicto interno ecuatoriano
La crisis de inseguridad en Ecuador y la declaratoria de conflicto armado interno...
14 de Enero de 2024
La crisis de inseguridad registrada en Ecuador y la posterior declaratoria de conflicto armado interno por parte del presidente de la república exigen confeccionar un análisis que tenga por objeto ubicar el centro de gravedad estratégico. De esta manera, se determinarán las fortalezas y las debilidades propias de los grupos de terrorismo urbano vinculados al crimen organizado transnacional. Asimismo, el trabajo nos permitirá diseñar escenarios y cursos de acción para proceder con su neutralización y, de esa manera, resguardar al Estado, a la población y a la infraestructura más importante.
Centro de gravedad es el sitio donde se concentrará la fuerza del adversario; en el caso que nos ocupa, las veintitrés organizaciones dedicadas al terrorismo urbano, conforma la designación gubernamental. El Estado habrá de concentrar la totalidad del poder de la fuerza pública a, como ya se dijo, neutralizar y destruir su centro de mando y control. Así las cosas, el centro de gravedad de los diferentes grupos de terrorismo urbano son las cárceles y presidios donde, adicionalmente, se conduce la enajenación de una economía ilegal que mantiene y ofrece cohesión financiera al aparato delictivo en el concierto nacional.
Existen, en consecuencia, 35 centros de privación de libertad; en ellos, las 23 organizaciones terroristas consolidan su dominio en cada pabellón, ejerciendo desde esos sitios una gobernanza con finalidad criminal. En cada recinto carcelario, el control es ejercitado en forma directa por las citadas organizaciones delictivas, gracias al nivel de penetración y corrupción en las instituciones estatales encargadas de su administración.
Complementariamente, la comentada economía ilegal financia las operaciones de terrorismo urbano, la adquisición de armamento, munición y explosivos, el reclutamiento de nuevos adeptos -bajo presión o en función de simpatías detectadas. Estas dos relevantes variables (prisiones y economía ilegal) constituyen el corazón del crimen organizado.
De igual modo, el centro de gravedad involucra tres elementos sustanciales. El primero de ellos son los actores; esto es, las veintitrés organizaciones terroristas con capacidad operativa a nivel nacional, que operan en santuarios variopintos -distribuídos en la mayoría de las provincias del país. Es desde esas locaciones que ejercen la referida gobernanza criminal, llevando terror a la población general.
El segundo elemento de referencia es la logística criminal, la cual se ha diversificado en diferentes actividades, como ser el narcotráfico, el contrabando de armamento, la minería ilegal, y el lavado de activos de origen ilícito -entre las más importantes actividades delictivas.
En tercer orden, es menester referirse a los mercados delictivos, los cuales generan recursos para las actividades de los núcleos, con el consiguiente efecto pernicioso para el sistema financiero nacional, para su población, y para el Estado. Estos mercados son: el secuestro, la extorsión (las vacunas), la captura de santuarios, el microtráfico, la trata de personas, el ya comentado contrabando de armas, el tráfico de órganos, y etcéteras.
Las organizaciones terroristas bajo análisis operan bajo la modalidad de un holding con una clara subdivisión de trabajos, tareas, responsabilidades y sectores de empleo. La estructura delictiva se encarga de entrenar a las diferentes unidades, y de equiparlas apropiadamente, con el objeto de que puedan cumplir con su misión; trátese de atacar al colectivo social o de perpetrar atentados contra instalaciones estatales -sembrando el terror.
El gobierno del presidente Noboa habrá de atacar directa y frontalmente, recurriendo a todo el poderío del Estado, sobre el centro de gravedad de la delincuencia organizada; retomando el control de las prisiones, locaciones donde -como ya se advirtiera- se sancionan las maniobras de terrorismo urbano. En simultáneo, habrá el Poder Ejecutivo proceder con la interrupción de la economía ilegal que brinda el oxígeno que las organizaciones necesitan para continuar delinquiendo.
La destrucción de ese punto neurálgico o centro de comando y control de la delincuencia, reduciría sus capacidades y descabezaría el mando delictivo. A su vez, ello impedirá cualquier tipo de reacción por parte de los perpetradores.
Centro de gravedad es el sitio donde se concentrará la fuerza del adversario; en el caso que nos ocupa, las veintitrés organizaciones dedicadas al terrorismo urbano, conforma la designación gubernamental. El Estado habrá de concentrar la totalidad del poder de la fuerza pública a, como ya se dijo, neutralizar y destruir su centro de mando y control. Así las cosas, el centro de gravedad de los diferentes grupos de terrorismo urbano son las cárceles y presidios donde, adicionalmente, se conduce la enajenación de una economía ilegal que mantiene y ofrece cohesión financiera al aparato delictivo en el concierto nacional.
Existen, en consecuencia, 35 centros de privación de libertad; en ellos, las 23 organizaciones terroristas consolidan su dominio en cada pabellón, ejerciendo desde esos sitios una gobernanza con finalidad criminal. En cada recinto carcelario, el control es ejercitado en forma directa por las citadas organizaciones delictivas, gracias al nivel de penetración y corrupción en las instituciones estatales encargadas de su administración.
Complementariamente, la comentada economía ilegal financia las operaciones de terrorismo urbano, la adquisición de armamento, munición y explosivos, el reclutamiento de nuevos adeptos -bajo presión o en función de simpatías detectadas. Estas dos relevantes variables (prisiones y economía ilegal) constituyen el corazón del crimen organizado.
De igual modo, el centro de gravedad involucra tres elementos sustanciales. El primero de ellos son los actores; esto es, las veintitrés organizaciones terroristas con capacidad operativa a nivel nacional, que operan en santuarios variopintos -distribuídos en la mayoría de las provincias del país. Es desde esas locaciones que ejercen la referida gobernanza criminal, llevando terror a la población general.
El segundo elemento de referencia es la logística criminal, la cual se ha diversificado en diferentes actividades, como ser el narcotráfico, el contrabando de armamento, la minería ilegal, y el lavado de activos de origen ilícito -entre las más importantes actividades delictivas.
En tercer orden, es menester referirse a los mercados delictivos, los cuales generan recursos para las actividades de los núcleos, con el consiguiente efecto pernicioso para el sistema financiero nacional, para su población, y para el Estado. Estos mercados son: el secuestro, la extorsión (las vacunas), la captura de santuarios, el microtráfico, la trata de personas, el ya comentado contrabando de armas, el tráfico de órganos, y etcéteras.
Las organizaciones terroristas bajo análisis operan bajo la modalidad de un holding con una clara subdivisión de trabajos, tareas, responsabilidades y sectores de empleo. La estructura delictiva se encarga de entrenar a las diferentes unidades, y de equiparlas apropiadamente, con el objeto de que puedan cumplir con su misión; trátese de atacar al colectivo social o de perpetrar atentados contra instalaciones estatales -sembrando el terror.
El gobierno del presidente Noboa habrá de atacar directa y frontalmente, recurriendo a todo el poderío del Estado, sobre el centro de gravedad de la delincuencia organizada; retomando el control de las prisiones, locaciones donde -como ya se advirtiera- se sancionan las maniobras de terrorismo urbano. En simultáneo, habrá el Poder Ejecutivo proceder con la interrupción de la economía ilegal que brinda el oxígeno que las organizaciones necesitan para continuar delinquiendo.
La destrucción de ese punto neurálgico o centro de comando y control de la delincuencia, reduciría sus capacidades y descabezaría el mando delictivo. A su vez, ello impedirá cualquier tipo de reacción por parte de los perpetradores.
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@CoronelPazmino
Sobre Mario Pazmiño Silva
Mario Pazmiño Silva es Coronel (R) del Ejército del Ecuador. Cuenta con un Master en Seguridad y Desarrollo. Es Presidente del Centro de Análisis e Investigación Internacional, Consultor Internacional en Seguridad y Defensa. Oficia de Analista para diferentes medios de comunicación sobre temas de Terrorismo e Inteligencia, y desarrolla publicaciones para distintos medios de comunicación en América Latina. Su correo electrónico, aquí.