SOCIEDAD: MATIAS E. RUIZ

UCDC ('Un Cacho de Cultura')

El estado de crisis permanente que hoy experimenta la Argentina impide que sus más que sufridos ciudadanos...

19 de Febrero de 2024

 

El estado de crisis permanente que hoy experimenta la Argentina impide que sus más que sufridos ciudadanos centren su atención en lo que sucede en reparticiones estatales específicas, sencillamente porque desconocen su existencia, porque les resultan extrañas -acaso remotas-, o porque las grandes 'cajas' circulan por andariveles diferentes. 
 
De tal suerte que las circunstancias exigen confeccionar una disección de áreas 'culturales' (el entrecomillado no sería accidental), hoy bajo la égida del pulposo Ministerio de Capital Humano.
 
Secretaría de Cultura, Clemente, Ministerio de Capital Humano, Sandra Pettovello, Corrupción en Cultura, Robo de piezas culturales
Así las cosas, el ejercicio del análisis invita a considerar piezas de información compartidas por dolientes empleados del sector, quienes se han esmerado con el sano propósito de impedir que instituciones otrora señeras se precipiten por el empinado abismo del descrédito. Por estas horas, los asalariados que corporizan un genuino aporte al ámbito cultural -en contraposición al colectivo de quienes se identifican como 'ñoquis'- se las ingenian para detectar interlocutores válidos -esto es, alejados de cualquier agenda-, dispuestos a escucharlos con atención e interés. 
 
Acto seguido, se presenta al lector una serie de prolegómenos que han tenido lugar a lo largo de casi cuatro décadas -extensa temporada durante la cual, alternativamente, la repartición bajo análisis se denominó Secretaría de Cultura (por entonces dependiente del Ministerio de Educación y Justicia, luego Ministerio de Cultura y Educación), Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación y Ministerio de Cultura. En un capítulo previo, se examinó el colorido desarrollo de la sustracción del patrimonio histórico, episodio que -como ya fue consignado- sólo pudo consolidarse en razón de un caldo sazonado por negligencia, complicidad y confianza de sus responsables, quienes aspiraban a que noticias más espectaculares en magnitud fungieran como maniobra de cobertura para enmascarar escandalosos latrocinios. 
 
Al necesario prólogo, le sigue una decena de ejemplos, o 'Cachos de Cultura'
 
1) Una funcionaria que fuera hija de un notario (fugaz ministro de María Estela Martínez de Perón) en el área de Museos (temporada alfonsinista), supo conseguir la 'reasignación' de partidas presupuestarias previsionales para un Congreso Internacional merced a su sólida relación con un influyente funcionario y coleccionista del área económica de la antigua administración radical;
2) Se agrega al listado la subrepticia muerte de una empleada senior -que custodiaba celosamente las piezas de un museo nacional- a consecuencia de unas peculiares 'gotitas' que le agregaban a su té ciertos empleados que la veían como un obstáculo para ascender;
3) Un encumbrado funcionario de voz ronca, en los albores del menemismo, solicitaba a grito limpio le acercaran una palangana para lavarse los pies a su solemne despacho de Alvear 1690; a posteriori, sucedido por un autoproclamado 'católico militante' que no tuvo empacho ni pudor a la hora de posicionar a su amante para que ésta 'coordinara' la Secretaría Privada (enloqueciendo en el proceso a sus torturadas empleadas);
4) Un funcionario del área de Museos que se vio forzado a renunciar luego de que, en oportunidad de realizar un periplo hacia el interior del país, había decidido 'relajarse' con una señorita que, en determinado momento, al verlo profundamente dormido, lo creyó muerto. La mujer estalló en alaridos, y la calma del hotel se vio conmovida -enterándose el staff del establecimiento y todos sus huéspedes de oportunidad. El escándalo golpeó las puertas de Buenos Aires, pero el individuo en cuestión no fue reprendido: permaneció en un cargo menor gracias a su cercanía con un fugaz funcionario menemista, célebre privatizador de canales televisivos;
5) Una funcionaria que desarrollaba extrañas 'celebraciones' en un reconocido museo nacional en horarios de madrugada, en circunstancias durante las cuales, a consecuencia de la falta de pago de adicionales destinados a la custodia de instituciones culturales, Policía Federal decidió retirar sus efectivos. La citada mujer tuvo por misión 'limpiar' de 'personas peligrosas' dicho organismo (¿qué tenían aquéllas de 'peligrosas'? Pues, denunciaban la comisión de ilícitos);
6) Una funcionaria que celebró su cumpleaños número cincuenta en un museo -durante un festín organizado para numerosos invitados-, alcanzó la fama en el ámbito cultural tras declarar que no existían diferencias 'entre lo público y lo privado'. Alejada de reglas elementales que hacen a la discreción, una de sus allegadas relataba a quien quisiera oírla que la funcionaria era amante de un encumbrado dirigente de la Unión Cívica Radical; su seña particular: el hombre era corto de vista;
7) En los años noventa, otra destacada funcionaria hacía valer su cercanía con un altísimo funcionario del Gabinete nacional exhibiendo una foto en la que ambos bajaban por una amplia escalera de un conocido teatro lírico de Buenos Aires. Cuando los aires políticos cambiaron de rumbo, esa funcionaria comenzó a servir en el Colectivo Kirchnerista, y le fue otorgado un despacho en Alvear 1690. Allí, se la recuerda por su frecuente solicitud de remises para que la transportaran a su estilista de preferencia. Asimismo, la susodicha tenía por costumbre discutir a viva voz con una empleada de la Secretaría Privada que -según alegaba- pretendía 'sacarle al novio'. Quienes padecieron su jefatura difícilmente olviden sus vestidos de colores electrizantes y la vulgaridad de ciertos amigos con los que daban clases en una universidad que hoy cuenta con un polémico referente a nivel mundial;
8) Cierto director de un museo solía llegar de improviso a altas horas de la noche; en un memorable episodio, se topó con un empleado de seguridad y con otra de maestranza, consumando ambos su relación amorosa en la cama de un habitualmente denostado virrey del Río de la Plata. El servidor público que protagoniza este breve relato introdujo en la política nacional a un dirigente que se caracteriza por su reaparición constante, cuando todo mundo supone que ha quedado enterrado para siempre; 
9) Otro funcionario de alto nivel en Cultura, tras rehusarse a pagarle 'en blanco' a una empleada doméstica, terminaría designando a la misma en un cargo en un organismo que debería velar por el cuidado de museos, monumentos y bienes históricos. La empleada bajo análisis, cuando ya nadie se hallaba en la repartición, permanecía en el salón de reuniones de los expertos en estas cuestiones asistiendo a los capítulos unitarios de 'Betty, la Fea'. El funcionario señalado aquí se las arregló para nutrir una extendida supervivencia, respaldando a Héctor Cámpora, a Raúl Alfonsín, a Carlos Saúl Menem y a la Familia K.; 
10) Otro funcionario que intenta mostrase emotivo al transmitir los valores de un prócer argentino mientras los furcios afloran durante la lectura de sus discursos. Y que, acto seguido, retorna presuroso a su elegante despacho para que una empleada le prepare el pollito y las verduras del mediodía. Su modo de relacionarse con terceros no guarda relación ni parentesco con la figura histórica que tiene por costumbre evocar.
 
Debe mencionarse una paradojal arista: increíblemente, las instituciones descritas aún contabilizan empleados que las quieren. Se trata de los mismos que podrían ponerlas a buen resguardo, si acaso alguna autoridad nacional se mostrase dispuesta a escucharlos. 
 
Estos estoicos empleados son injuriados y atacados sistemáticamente por sus superiores; son acosados con perturbadora frecuencia por personal administrativo (un staff marginal caracterizado por estudios incompletos y por su visible animadversión hacia quienes realmente trabajan). La sistematización del ataque sobreviene con 'procedimientos' hostiles, usualmente reñidos con la ley.
 
A modo complementario, un colectivo integrado por dirigentes gremiales y titulares bien identificados de los organismos convienen la invención de 'servicios extraordinarios' para que el personal que motoriza las persecuciones basadas en la envidia termine duplicando sus ingresos. A la postre, el staff inepto iguala o incluso supera los haberes de quienes se esfuerzan en su puesto de trabajo -aún cuando estos últimos suelan desempeñar tareas fuera del horario establecido para su función. A título de ejemplo, se conocen casos de directores y personal calificado que pusieron fin a su carrera con serios problemas de salud y poniendo la renuncia a disposición, tras la imposibilidad de tolerar el acoso y el hecho de que individuos sin mayor capacitación ni formación fueran mejor remunerados que ellos.
 
Hace cuestión de horas, el Presidente Javier Gerardo Milei supo expresarse respecto del gramscismo en el concierto cultural, puntualizando que ese ámbito habrá de ser escenario de una lid.
 
Será lícito recordar que el Señor Presidente de la Nación ya no revista en la oposición, sino en el oficialismo. El jefe de Estado cuenta con los instrumentos y resortes necesarios para facilitar que quienes genuinamente se propongan proceder al rescate de las instituciones culturales y exhiben su predisposición a ayudar -compartiendo sus experiencias y recomendando cursos de acción-, sean escuchados
 
Caso contrario, la 'cultura' seguirá capturando un significativo 'cacho' del presupuesto si esta exclusiva 'fiesta', que contabiliza ya cuarenta años. 


 
Sobre Matias E. Ruiz

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.