POLITICA ARGENTINA: SERGIO JULIO NERGUIZIAN

Sobre el discurso de Milei: entre la tentación totalitaria y las condiciones objetivas para el consenso

Un sociólogo de comienzos del siglo XX, Juan Agustín García, intentó confeccionar una enumeración de los rasgos...

03 de Marzo de 2024

 

Un sociólogo de comienzos del siglo XX, Juan Agustín García, intentó confeccionar una enumeración de los rasgos de la cultura criolla y señaló -entre los principales- dos: el desprecio por la ley y el culto al coraje. Cincuenta años antes, cuando Juan Bautista Alberdi completó su estudio sobre los lineamientos básicos para la organización política de la Argentina a través de una constitución, advirtió que no podía negar la herencia histórica del caudillo y, por lo tanto, ideó para la forma de gobierno un sistema fuertemente presidencialista, alejado como modelo de la fuente de inspiración estadounidense, en la que un federalismo severo engrana con un Poder Ejecutivo acotado por el parlamento nacional.
 
Javier Milei
Al ejercer la función de regular el alcance de una ley, el presidente, mediante el decreto correspondiente, ejerce funciones legislativas -máximo cuando, contrariando la advertencia constitucional, modifica o desnaturaliza los objetivos de la norma. Ejerce funciones judiciales cuando, arrogándose los 'atributos de un príncipe', exime a un ciudadano de la obligación de cumplir la pena decidida por los tribunales, mediante el recurso del indulto.

La historia argentina puede ser escrita como la de liderazgos notables: Leandro N. Alem, fundador del radicalismo, caudillo de Balvanera; su sobrino, Hipólito Yrigoyen, arquetipo del caudillo radical; Juan D. Perón, llamado 'El Caudillo', por sus acólitos. 

El caudillo confía en su talento para alcanzar el poder. Vive, tras obtenerlo, para construir un aparato que lo consolide -y aún que lo perpetúe- en el poder. Cristina Fernández se arriesgó a una consulta popular con el objeto de modificar la Constitución y, así, garantizarle al Poder Ejecutivo la renovación indefinida de su mandato. Pero Sergio T. Massa, al frente entonces de un conglomerado opositor, bloqueó la inciativa. Antes Perón, por intermedio de una Asamblea Constituyente, juró en 1949 ante una Carta Magna que autorizaba la reelección inmediata del Presidente. Esta posibilidad fue reinstaurada en la reforma de 1994, con la que Carlos Saúl Menem se aeguró la reelección en 1995.

El objetivo del caudillo no consiste en violar la ley ni en forzar interpretaciones antojadizas o discutibles de la norma, si la fidelidad a la misma no se convierte en obstáculo para la acumulación de Poder, para su fortalecimiento y para el sistema de resguardos que aseguren su permanencia.

El Caso Milei es particularísimo: arriba al Ejecutivo sin actuación pública previa, mientras que su foja de participación en asuntos públicos se reduce a su rol de panelista en los medios de comunicación. Pero alcanza el gobierno tras sumar al 56% del electorado, porcentaje sólo superado por Juan Domingo Perón, si bien la comparación tiene lugar entre el balotaje reciente y las elecciones generales de 1973. Cristina Kirchner había alcanzado el 54% en generales de 2011.

Sobre 254 diputados, sólo una treintena pertenecen a su partido La Libertad Avanza. Ningún gobernador representa a LLA. En su discurso de apertura anual de desiones del parlamento, insinuó que, empujado por la negativa de ambos centros de poder a aprobar sus iniciativas, no le quedaría más recurso que ceder a la tentación totalitaria. Algo así como: 'Oigan, niños; lo haré con Ustedes, o sin Ustedes'.

En definitiva, el actual presidente está dispuesto a tensar la cuerda más allá de la prudencia, con fundamento en dos razones evidentes: a) interpreta que la 'casta' es perversa pero lo suficientemente inteligente como para saber perder cuando se impone una retirada táctica; b) con la meta de iniciar una negociación (ya que también dejó traslucir que, en determinadas condiciones, la dejaba abierta, al menos moderadamente); nada más efectivo que arrancar desde una posición de fuerza.

Así las cosas, Javier Gerardo Milei apuesta a que las fuerzas partidocráticas no desean el incendio, como tampoco la catástrofe social. Estima que le rehuyen a la conmoción, no tanto porque les preocupa el costo humano, sino porque el cataclismo puede ser de tal envergadura que podría arrastrarlos a su extinción. La Historia ha demostrado que los pueblos suelen salir de las crisis terminales dotando a un Jefe de la suma del poder.

En el epílogo, Milei amenaza en convertir su aislamiento y debilidad política en una formidable herramienta para construir poder y prestigio internacional. Su confesión de pobreza al decir 'no tengo nada que perder' y la opción de su 'ostracismo' como posibilidad asumida lo dotan, paradójicamente, de una fortaleza que -como tal- carece de antecedentes en la historia contemporánea.

Hace hoy algo menos de doscientos años, se le ofreció al Brigadier Juan Manuel de Rosas la gobernación de la provincia de Buenos Aires, a fin de dar término a la anarquía que la devoraba sin piedad. El honrado pidió la suma del poder público y exigió que la Cámara de Representantes ratificara, en tres manifestaciones consecutivas, que la delegación de atribuciones contaba con el respaldo popular. Asumía una dictadura, figura que se sabe distinta de la tiranía, en razón de que, en la segunda, la toma del poder total tiene lugar por vía de la violencia y sin previa delegación formal de potestades. El paquete de medidas enviadas por el Presidente Milei al Congreso involucraba modificaciones substanciales de normas del derecho civil y comercial vehiculizables a través de la delegación de facultades por dos años; claro que sin perjuicio de la auditoría jurídica de los Tribunales, cuando alguna cuestión así lo demandara. Se trata de un recurso demonizado por los constituyentes de 1853, para condenar el ciclo rosista recientemente finiquitado, y que aún subsiste en la reforma de 1994 con su texto original en el Artículo 29, el que califica de infames traidores a la Patria a quienes autorizen la cesión de facultades extraordinarias.

A efectos de evitar la profundización institucional de la crisis, el Presidente debe evaluar las condiciones objetivas dadas para abrir una negociación. Se entiende por 'objetivas' a aquellas circunstancias concretas del contexto sociopolítico que se sitúan por fuera del campo de su voluntad inmediata. Las fuerzas distribuídas en la mesa de arena podrían mostrar el siguiente teatro de operaciones:

a) Tras advertir al respecto de su decisión de dar todas las batallas que sean precisas, sin demasiado detenimiento en el costo social inmediato, invita Milei a gobernadores a que se apersonen en una ronda de consultas, en la sede del gobierno federal;
b) Los jefes de provincia acudirán con estudiada reticencia, a criterio de, por un lado, indicarle al Ejecutivo que podría quedarse sin aliados parlamentarios, de abandonar macristas y radicales la frágil nave que compartían;
c) El Presidente impone una cita en Córdoba, con el fin de que las provincias aprueben una guía maestra de diez principios de gobierno, siendo el primero de los mismos una innecesaria reiteración del precepto constitucional que declara inviolable la propiedad privada;
d) Mientras tanto, en Ciudad Gótica, en los encriptados pasillos del justicialismo/kirchnerismo, se alaba la intuición y la habilidad del Presidente Milei para leer las demandas populares y preservar imagen positiva en medio del ajuste más cruento de la historia económica contemporánea argentina. Conforme se advirtiera en oportunidades anteriores, el peronismo confiesa su debilidad por la conducción férrea de los asuntos de gobierno, tal como parece exhibirlo el Presidente después de repetir un centenar de veces que Carlos Menem ha sido el mejor Presidente de la historia nacional;
e) El Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, afín al Partido Demócrata al día de la fecha, se muestra dispuesto a sostener perentoriamente a un impredecible acólito, capaz de recibir al número dos de la Casa Blanca con abrazo efusivo para, horas después, encontrarse con Donald Trump -ignorando el protocolo, y fundiéndose con el ex mandatario norteamericano en un criollísimo abrazo;
f) Hipótesis probable: en Córdoba, se firman vagas e imprecisas normas que a nadie repugnan, a excepción de la piedra angular del acuerdo: un límite infranqueable a la potestad de emitir moneda, cuya consecuencia inmediata puede ser la inviabilidad financiera de media docena de provincias; 
h) Agudizada la crisis, si la agitación social no desestabiliza al gobierno, la apertura del cepo cambiario y la competencia de una oferta variada de monedas extranjeras allanarían el terreno para una eventual dolarización (o algún programa de similar tenor). Si, como parece, un Trump retomando el poder político norteño bendijera la adopción de la moneda norteamericana como parte de una estratagema que tuviere por finalidad recuperar el control del subcontinente y, así, frenar la Marea China, el ciclo cerrará su primera entrega. En una segunda fase, el peronismo blanqueará su fractura, y su elemento disidente/residual se constituiría en el bloque adicional que consolidaría y nacionalizaría a Milei.

Ha declarado el Presidente que nada tiene para perder. Esta orfandad lo vuelve naturalmente temerario. Don Miguel de Cervantes supo legar una memorable sentencia: 'Nada hace más audaz a un hombre que el saber que no tiene una moneda en el bolsillo'.


 
Sobre Sergio Julio Nerguizian

De profesión Abogado, Sergio Julio Nerguizian oficia de colaborador en El Ojo Digital (Argentina) y otros medios del país. En su rol de columnista en la sección Política, explora la historia de las ideologías en la Argentina y el eventual fracaso de éstas. Sus columnas pueden accederse en éste link.