Una pequeña pero poderosa Singapur: el sueño de Lee Kuan Yew
Singapur, una pequeña isla-nación en el sudeste asiático, es un ejemplo destacado de un rápido desarrollo económico.
14 de Marzo de 2024
Singapur, una pequeña isla-nación en el sudeste asiático, ha sido presentado como un notorio ejemplo de desarrollo económico. El milagro de referencia, sin embargo, no puede desvincularse de la figura de su principal patrocinador y arquitecto, Lee Kuan Yew. Nacido el 16 de septiembre de 1923, Yew fue un político y letrado que logró convertirse en primer ministro del país, desde 1959 hasta 1990. Fue durante ese mandato que Singapur consolidó su transformación, de claustrofóbico territorio con recursos naturales entre escasos e inexistentes, hacia un modelo de éxito económico y prosperidad.
Lee Kuan Yew nació en una familia rica de origen chino. Su educación se caracterizó por una fuerte influencia británica, habiendo estudiado derecho en el Reino Unido. Tras retornar a territorio singapurense, se desempeñó como traductor para la agencia de noticias Komei, en tiempos de la ocupación japonesa. Ya en 1954, Yew fundaría el Partido de Acción Popular (PAP), del que fuera su primer secretario general. El abogado y líder político propició la independencia de Londres -con lo cual logró ponerle fin al dominio británico en 1965; tras promocionar la concreción de una breve federación junto a Malasia -la ex Malaya-, Singapur obtuvo condición de Estado autónomo.
Lee Kuan Yew nació en una familia rica de origen chino. Su educación se caracterizó por una fuerte influencia británica, habiendo estudiado derecho en el Reino Unido. Tras retornar a territorio singapurense, se desempeñó como traductor para la agencia de noticias Komei, en tiempos de la ocupación japonesa. Ya en 1954, Yew fundaría el Partido de Acción Popular (PAP), del que fuera su primer secretario general. El abogado y líder político propició la independencia de Londres -con lo cual logró ponerle fin al dominio británico en 1965; tras promocionar la concreción de una breve federación junto a Malasia -la ex Malaya-, Singapur obtuvo condición de Estado autónomo.
El visionario estadista comprendió que, para acompañar el proceso de pacificación y reconciliación entre los residentes del territorio -caracterizados por diferencias culturales profundas-, era preciso poner en marcha un programa de reformas de magnitud. La meta: reconvertir a Singapur en un Estado industrializado y moderno, para que abandonase su condición de, en palabras de Yew, 'pozo negro saturado de miseria y degradación', cuya atribulada población era mayormente pobre y residente en putrefactos asentamientos precarios. Con ese declarado objetivo, puso en marcha una serie de remarcables políticas de liberalización económica, cortejó a la inversión extranjera, se reconvirtió el sistema educativo para enaltecer su calidad, y se desató un abarcativo combate contra la corrupción en la esfera pública.
El legado de Lee Kuan Yew -quien falleció el 23 de marzo de 2015, a los 91 años de edad- continúa en plena vigencia, siendo observado con particular interés en el concierto internacional; y aún hoy en la República Argentina. Merced a su intervención, Singapur alcanzó una extraordinaria transformación económica, convirtiéndose en un país próspero, moderno y esencialmente libre de corrupción. En el milagro, subyace la ironía: el país adoptó un modelo de economía de mercado, pero con fuerte control estatal.
Asimismo, cabe consignar que el florecimiento económico del país se vio impulsado por una inmejorable posición geoestratégica, en rutas críticas de comercialización y de tránsito marítimo entre China, la República de la India y naciones del sudeste asiático. Adicionalmente, y en función de que la disponibilidad de espacio físico es una obvia dificultad logística, la economía singapurense transicionó de una de carácter manufacturero a una sustentada en los servicios, apostando también a las finanzas, la tecnología y el turismo.
Asimismo, cabe consignar que el florecimiento económico del país se vio impulsado por una inmejorable posición geoestratégica, en rutas críticas de comercialización y de tránsito marítimo entre China, la República de la India y naciones del sudeste asiático. Adicionalmente, y en función de que la disponibilidad de espacio físico es una obvia dificultad logística, la economía singapurense transicionó de una de carácter manufacturero a una sustentada en los servicios, apostando también a las finanzas, la tecnología y el turismo.
Hoy en día, Singapur es uno de los países más ricos del mundo en términos de PBI per cápita, alcanzando casi los US$ 73 mil en cifras de 2021; el PBI del país asciende a US$ 400 mil millones, con casi cinco millones y medio de habitantes. A la postre, la historia de Singapur remite a un nutritivo testimonio sobre la visión, una planificación estratégica enriquecida con altos estándares de eficiencia, y una ejecución efectiva.