La sorpresa táctica y el carácter disruptivo del Sistema Milei empujan a la oposición a rediseñar su plan de supervivencia
Provisoriamente (esto es: hasta hoy), la Experiencia Milei logra trazar una raya en la arena en la que se dibujaron...
03 de Junio de 2024
Disrupción: rotura o interrupción brusca.
Diccionario Real Academia Española.
- - -
Este país no tiene solución; siempre será un quilombo.
Taxista porteño -uno de estos días.
- - - - -
Provisoriamente (esto es: hasta hoy), la Experiencia Milei logra trazar una raya en la arena en la que se dibujaron, durante décadas, conductas gubernamentales fallidas. Para ratificarlo, en 2019, Mauricio Macri perdió la oportunidad de ser reelecto y, ya en 2023, el peronismo no logra -por primera vez- la chance de retener el poder por un período consecutivo. De manera tal que se instala, en buena parte del electorado, la idea de que las fórmulas ensayadas se han agotado, y que 'no pueden esperarse resultados nuevos repitiendo las mismas recetas'. Sobre ese terreno fangoso, Javier Milei logra apropiars6666666666e del desencanto, y exhibe entre sus activos la falta de pasado. Resulta sorprendente que tan modesto capital haya resultado decisivo en la opinión de un electorado, el cual asoció esa orfandad con la propuesta ultraliberal anticipada por el candidato, aunque sus votantes valoraron el programa no por sus méritos teóricos (que la mayoría ciertamente no logra racionalizar), sino por la mera oferta de rotura o quiebre entendida como puerta incierta a la esperanza.
Milei produce hechos sorprendentes de diversa naturaleza:
-Aisla a la Argentina, enfriando relaciones con paises con buen tráfico comercial como Colombia, declarando que su presidente es 'un criminal'.
-Hace lo propio con Brasil, afirmando que Lula da Silva es 'comunista', e iniciando un proceso de instalación de la idea de que la Guerra Fría (el enfrentamiento entre Oriente y Occidente, que se proyectara entre 1945 y 1989) y la consecuente oposición capitalismo-comunismo es un Armagedón de final abierto. Con el país que constituye el principal destino de las exportaciones nacionales, deteriora el clima diplomático, al afirmar que su gobierno no desea mantener relaciones con Estados comunistas, jugando a agotar la paciencia china e irritando a potencias como la Federación Rusa, haciendo declarar por Defensa que Buenos Aires colaborará con Ucrania en la producción de material de guerra. Dispuesto a declarar al mundo su adhesión incondicional al dueto Estados Unidos de América/Israel, responde a la injuria inicial de un ministro español escalando el conflicto hasta el punto en que la Unión Europea,como bloque monolítico, se exprese repudiando sus dichos -suceso aún no acaecido por las gestiones que se iniciaron recientemente para que el monarca español atemperase los ánimos.
Esta conducta, basada en golpes sorprendentes, no parece estar sometida aun plan riguroso y serenamente meditado. De lo contrario, cuesta entender que, en la reunión de Davos frente a los ejecutivos de grandes empresas multinacionales, haya intentado seducirlos, tras espetarles de modo inclemente que la mayoría de los presentes estaban siendo atrapados por el 'socialismo'.
La primera impresión es que la sorpresa observa por finalidad el alinear a la Nación a nivel internacional, para hacerle jugar algún papel notable en lo que prevee como agudización de la contradicción Estado pro-mercado versus Estado interventor/empresario. Esta recurso a la sorpresa parece ser táctico; esto es, que integra un manojo de apelaciones dirigidas a construir un fin último, de índole estratégica: la instalación defintiva del esquema liberal diseñado hace décadas por la Escuela austríaca de política económica. Su carácter táctico hace que los golpes sorpresivos ingresen, acaso probablemente, en un plano de decinación progresiva, en la misma proporcion en que se estabilice el proyecto primordial, y en la medida en que la negociación política -estrenada con el Ministro Guillermo Francos seis meses después de asumir- se resigne al juego de concesiones recíprocas que constituye el núcleo de los acuerdos parlamentarios.
La oposición, no entrenada en el juego de guerra mileísta, experimenta un estado de indisimulable parálisis, en el que juega papel destacado el hecho de que las encuestas de imagen seguirían dando al Presidente de la Nación un margen de positividad similar a los votos obtenidos al asumir. El signo conscuente del estado de la oposición es la fragmentación, tanto por razones ideológicas como por el reparto de los despojos que arroja aún la playa después del tsunami liberal. Un cuadro provisorio mostraría, al menos, estos cuarteles:
1. El peronismo de base kirchnerista se abroquela en la Provincia de Buenos Aires como último bastión a entregar. Otros tres peronismos se alistan para el combate por la conducción: a) el que pretende que es posible volver a abrevar en las fuentes, en el primer peronismo de Perón y Eva Perón. Con un moderado restyling, que incluiría arrojar por la borda todo atisbo de progresismo a lo Cristina, este sector aprovecharía el giro hacia la derecha occidental para exhibirse como un alternativa sensata y potable para las expectativas de la clase media; b) un peronismo pragmático de escaso espesor ideológico apelará a una Junta de Gobernadores, e incluirá la opción de acuerdos civilizados con Presidencia si los hechos con su brutal franqueza imponen como única a la salida liberal y, c) un peronismo que acepta la derrota a la que considera transitoria y espera agazapado que la sublevación popular frente a la crueldad del ajuste les permita ponerse a la cabeza del levantamietno que termine con el gobierno e inaugure la opción de una crisis tipo 2001, con su eventual Duhalde de la hora y su pericia como 'piloto de tormentas'.
2. El radicalismo parece deber aún la factura que debe impaga su acuerdo con el ex presidente Macri. Abandonada toda memoria de los postulados del yrigoyenismo prudentemente interventor, se debate frente a la crisis terminal de la alianza con la que llegó al gobierno en 2015. El sector pro-mileista interpreta que su responsabilidad histórica es impedir el retorno del populismo peronista en cualesquiera de sus derivas, y que todo costo es una ganga, teniendo en cuenta 'que se esta jugando la suerte de la República'. Este endeble paraguas de base ética tendría por finalidad ganar tiempo, vía la legitimación de acuerdos con la presente gestión. El Sector Macri desea exactamento lo mismo pero, al parecer y con buen criterio, cree que una independencia como Partido lo habilitaría para negociar porciones de poder desde posiciones de fuerza más vigorosas. Claro está que, teniéndose en consideración que, a la hora de los desprecios, el Presidente ha considerado al macrismo epítome del fracaso o una mera versión de un kirchnerismo de buenos modales, una aún probable consolidación del Proyecto del líder anarco-capitalista reduciría sin contemplaciones las chances de los sobrevivientes de PRO para hacerse de retazos de poder.
3. Las denuncias del gobierno en torno a irregularidades que afectan a las organizaciones sociales -aún pendientes de resolución- golpean directamente en la frágil línea de flotación de los minúsculos partidos de izquierda. Esta corriente se adentrará en el período más obscuro de su inestable historia política y, con gran probabilidad, no alcance el piso requerido para pasar a los comicios generales durante las PASO de 2025.
4. Los partidos y personajes del conservadurismo que se engalanan de contar con alguna presencia en el interior, serán fagocitados por el mileísmo sin esfuerzo, aún cuando el proyecto liberal no supere una perfomance mediocre.
5. El insignificante elemento residual del nacionalismo nostálgico perderá toda presencia electoral. El giro occidental, a despecho de algunos desorientados, se condice con una mezcla algo turbia de liberalismo y melancolía por la monarquía o la Inquisición perdidas, pero de ninguna manera apunta a la legitimización de corrientes fascistizantes.
El taxista del prefacio resumió, en una frase de altísimo peso específico, casi un tratado de sociología práctica argentina. El estado de asamblea permanente es la nota distintiva de nuestro ADN aborigen.
Experimentamos -de alguna manera- un éxtasis inefable: nos hallamos frente a la sospecha permanente de una crisis que no termina de resolverse. Ya sabemos que esa sensación no es transitoria: es, lisa y llanamente, una forma de ser en el mundo.
Experimentamos -de alguna manera- un éxtasis inefable: nos hallamos frente a la sospecha permanente de una crisis que no termina de resolverse. Ya sabemos que esa sensación no es transitoria: es, lisa y llanamente, una forma de ser en el mundo.
Seguir en
@Atlante2008
Sobre Sergio Julio Nerguizian
De profesión Abogado, Sergio Julio Nerguizian oficia de colaborador en El Ojo Digital (Argentina) y otros medios del país. En su rol de columnista en la sección Política, explora la historia de las ideologías en la Argentina y el eventual fracaso de éstas. Sus columnas pueden accederse en éste link.