EE.UU.: los medios de comunicación mienten acerca del obvio retroceso cognitivo de Joe Biden -y la maniobra no funcionará
La factoría de noticias de la izquierda en los Estados Unidos trabaja tiempo completo en su último y mayor intento...
La factoría de noticias de la izquierda en los Estados Unidos trabaja tiempo completo en su último y mayor intento por falsear las noticias.
Pues, bien; así es el asunto; la audiencia debe creer que, a efectos de ser un aliado de 'nuestra democracia', no hay que dudar de que el presidente Joe Biden está fresco como una lechuga.
Todos esos videos en donde Usted puede verlo mirando fijo hacia un punto, maniobrando extrañamente, cayéndose, tropezando, pronunciando palabras inteligibles, dándole la mano al aire, olvidando nombres, describiendo conversaciones recientes con personas que murieron hace años, todo ese contenido, son 'fake news' o noticias falsas.
De tal suerte que la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo ante los periodistas que los clips que exhibían a Biden 'perdido' y 'confundido' no eran más que 'falsas noticias baratas' ('cheap fakes') -modo poco elegante para torcer el costumbrismo 'deepfake', esto es, la alteración digital de videos que no podrían distinguirse de la realidad).
Jean-Pierre cita al matutino The Washington Post, supuestamente, para desmitificar (en inglés, 'debunk') aquellos videos, aunque jamás ha dicho que hubiesen sido alterados digitalmente. Una desmentida ciertamente poco convincente.
En lo personal, entiendo que la renovada costumbre de utilizar el calificativo 'deepfake' busca reemplazar al término 'orwelliano'. Ahora, el apparatchik de un régimen en particular busca que el público deje de creer en algo que uno puede ver claramente con los propios ojos; o, si se quiere, lo que se pretende es que el público apague sus cerebros y descarte esa información.
No puede ser más obvio el hecho de que la Casa Blanca y sus socios en los medios de comunicación del Partido Demócrata consideran que los problemas de salud de Joe Biden representan un serio problema político.
Asimismo, está claro que entienden que la crisis está escalando. Por supuesto; en algunas ocasiones, Biden parece estar bien pero, aún en su mejor momento, el presidente se muestra visiblemente más lento de lo que era pocos años atrás. La probabilidad de ocurrencia de nuevos incidentes parece estar incrementándose.
En primer lugar, el Wall Street Journal publicó una extensa pieza a comienzos de junio, subrayando que Biden estaba protagonizando tropiezos 'a puertas cerradas'.
Ahora, imaginamos lo que Usted está pensando: 'Pero, si esas señales ya se han vuelto públicas'.
Naturalmente que así es. La declinación de la salud de Biden ha sido un problema desde que se lanzó a la presidencia durante 2020. Desde entonces, el problema solo ha empeorado, tal como se esperaría de problemáticas relacionadas con la avanzada edad.
Pero, cuando The Wall Street Journal se involucra, es un asunto diferente. Es una señal que consigna que la élite de los medios de comunicación ya no puede continuar ignorando el problema -ni aún descartarlo.
Los amigos de Biden en los medios, sin embargo, se lanzaron a un intento por esmerilar al Journal, como era de esperarse -e hicieron lo propio con cualquiera que se atreviera a sugerir que algo no anda bien con el presidente.
No obstante, las malas noticias siguieron llegando. Casi con rigor diario, se conocen nuevos videos que muestran al jefe de Estado americano comportándose extrañamente.
En una celebración con motivo del Juneteenth -el pasado 10 de junio, en las afueras de la Casa Blanca-, el presidente pareció congelarse en una bizarra sonrisa, mientras todos a su alrededor danzaban.
A Biden se lo vio particularmente mal en eventos llevados a cabo en Francia, al conmemorarse el octagésimo aniversario del Día 'D' -pocos días después de publicado el artículo en el WSJ.
En una oportunidad, Biden pareció dudar al momento de sentarse durante la ceremonia en compañía del presidente Macron -Biden, nuevamente, se congeló. The Associated Press -bendita sea- realizó un 'fact-checking' del video que mostró el incidente. Y la cosa fue a peor.
En otro video de alcance viral, Biden y un grupo de líderes mundiales observaban a paracaidistas militares aterrizando cerca de ellos. De súbito, Biden se alejó del sitio como extraviado y, acto seguido, fue traído de la mano por la primer ministro italiana, Giorgia Meloni.
Los blancos caballeros de los medios acudieron para 'corregir' lo exhibido por los clips de Biden, afirmando que el presidente se alejó para conversar con los paracaidistas y que, en esa instancia, las cámaras no registraron el hecho. Se dijo entonces que el New York Post y que otros medios eran “mentirosos!” por publicar los clips privándolos del contexto.
De todos modos, la contextualización confeccionada por los medios afines a la Casa Blanca no han logrado que mejore la percepción de la situación. El problema no es que Biden tenga por costumbre merodear sin rumbo; es el modo en que lo hace, y las reacciones de quienes lo acompañan en esas circunstancias.
A continuación, llegó -en mi perspectiva- en video más perjudicial de todos.
En un evento para recaudar fondos, organizado por el Partido Demócrata el pasado fin de semana, Biden volvió a congelarse en pleno escenario. ¿Buscaba esperar por el aplauso de la concurrencia? Probablemente, esa sea una interpretación para explicarlo.
Pero la extraña pausa no fue el problema central. Lo que otorgó mayor viralización al clip fue el modo en que el ex presidente Barack Obama, sobre quien muchos sospechan es el verdadero titiritero detrás de la Casa Blanca, lleva a Biden de la muñeca y, en pocas palabras, lo conduce fuera del atril, como si se tratara de un niño pequeño.
Cualquier persona que haya estado cerca de alguien mayor y que padece una acelerada declinación mental o física entiende lo que está sucediendo. Hoy día, quienes rodean al presidente se esmeran por asistirlo sin avergonzarlo -pero las señales son imposibles de ocultar.
La cuestión es que Biden no es un retirado cualquiera, en sus años de declive. Se espera que renueve la presidencia en los próximos comicios de los Estados Unidos -y carga sobre sus hombros enormes responsabilidades, con capacidad para decidir el destino de millones de personas.
En cualesquiera de los casos, en la Casa Blanca y en medios de prensa afines, se insiste: 'No permita Usted que sus ojos lo engañen; el presidente está bien'.
Muchos observan que Trump es apenas tres años más joven que Joe Biden, de manera tal que cualquier preocupación sobre la edad debería también aplicarle al ex mandatario.
Pero, para infortunio de los medios, pocos se creen esa narrativa. No todo mundo envejece igual. Por las razones que fueren, Biden envejece más tempranamente. Y no es difícil de verlo.
Este es el motivo por el cual el asunto es tan devastador, y por qué la izquierda desespera por falsear la condición de Biden. Nada tiene que ver con política ni con ideas, donde es posible volcarse a mentiras o a una retórica sofisticada para engañar a la opinión pública.
No hace falta contar con los servicios de un abogado constitucionalista ni con los de un experto en políticas de Estado, para certificar que Biden se abraza a un pronunciado retroceso físico y cognitivo.
Si Biden luce mal en público, puede Usted apostar a que el problema luce peor en privado -tal como lo ha señalado el Wall Street Journal.
Por este motivo, los legisladores del Partido Republicano en el Congreso tienen razón cuando exigen contar con el detalle de entrevistas de Joe Biden con el consejero especial Robert Hur, en relación a su posesión de documentación clasificada durante su temporada como senador y luego como vicepresidente. Hur decidió no imputar a Joe Biden, porque se trata de 'un anciano de memoria pobre' y de 'facultades disminuídas'.
Entonces, ¿qué tan disminuído está realmente el presidente?
En función de las exigencias que debe tolerar un mandatario estadounidense, todos deberíamos estar preocupados. Si Biden definitivamente no está en condiciones, entonces ¿quién está genuinamente en control del Ejecutivo?
El pueblo de los Estados Unidos de América tiene derecho a saberlo.
Artículo original, en inglés
Jarrett Stepman se desempeña como colaborador y columnista en el sitio web The Daily Signal (Estados Unidos). Reside en Washington, Distrito de Columbia.