POLITICA ARGENTINA: SERGIO JULIO NERGUIZIAN

Encrucijada opositora: discurso catastrofista o silencio táctico

Un ex secretario de comercio (2006-2013), devenido en activo panelista de canales de noticia por cable...

30 de Julio de 2024

 

Un ex secretario de comercio (2006-2013), devenido en activo panelista de canales de noticia por cable, anticipó meses atrás un mayo de tensiones crecientes. Ahora, postula un juicio político al Presidente (o, si éste prefiere obviar la humillación, una renuncia decorosa), 'porque el que te llevó a la recesión no puede ser el mismo que te saque de la recesión'. A días de ingresar en el incierto agosto, nada hace presumir un cataclismo como los profetizados en cualesquiera de sus apocalípticas versiones, tanto por el inquieto ferretero como por cierto sector de la oposición a quienes exaspera la tolerancia popular frente al ajuste más severo de último medio siglo.
 
Indefinición opositora a Milei, Oposición política en Argentina
Antes de producirse el sorprendente arribo de la Administración Milei, determinadas mutaciones en el comportamiento social crearon condiciones propicias para el hecho que 'no fue previsto, o que no pudo ser evitado', como reza la literatura jurídica al momento de definir la hipótesis de 'causa mayor'. Ensayamos una breve compilación:

1. Lenta, gradual -aunque firme- declinación del impulso de resistencia frente a la desigualdad social;
2. Naturalización del espectáculo de la injusticia social como un mecanismo derivado del funcionamiento integral de los mercados, que premian y castigan tanto a los precios como a las personas que participan de la cadena de valor;
3. Abandono de algunas banderas que, en el siglo veinte, definían posicionamiento ideológico: imperialismo o dependencia; 'Patria, sí; colonia, no'; 'Hasta la victoria, siempre'; 'El pueblo unido jamás será vencido';
4. Notable disminución del trabajo físico en el total de trabajadores ocupados, a consecuencia de causas originadas en la evolución de la aldea global (creciente mediación cibernético-robótica en las tareas laborales) como en cambios locales en la economía (abandono de los proyectos de sustitución de importaciones, conversión de la Argentina en un país de servicios, y debilitamiento del rol del proletariado industrial como deriva de la liquidación de fábricas);
5. Las partidos de centro descubren un nicho de mercado en la derecha, que ahora puede ser identidad explícita -por abandono del pudor con que se la ocultaba décadas atrás; 
6. El centro se corre a la derecha, y la izquierda busca un lugar en el centro. Nadie en este sector se atreve a postular la propiedad colectiva de los medios de producción y distribución de riqueza y, aún cuando el Artículo 17 de la Constitución Nacional exige, desde 1957, que se fomente la participación obrera en el control de las empresas, a nadie le parece oportuno recordarlo;
7. El peronismo, con sus vaguedades e imprecisiones ideológicas históricas, continúa representando una opción opositora con chance electoral. Sin embargo, se muestra caótico y deslucido, a partir del hecho escandaloso de que el Partido, incapaz de imbuírse de un funcionamiento democrático, no logra salir de la intervención y la parálisis, ya desde hace décadas.
 

Dudoso rédito del discurso catastrofista
 
Anticipar la inminencia de una tragedia, ofrece al menos estas alternativas prácticas:
 
1. Si la profecía se cumple, el prestigio del oráculo sólo crece en una minoría de seguidores, acólitos o fanáticos. Las mayorías abominan del sujeto que alardee de su talento para anticipar acontecimientos desgraciados, excepto los que se entusiasman con el apotegma 'Cuanto peor, mejor', de tristísimo recuerdo cuando las 'formaciones especiales' celebraron aquel golpe del 24 de marzo;
2. Si el pronóstico falla, las mayorías suelen recordarlo por décadas, y la anécdota sobrevive en versiones que terminan agregando más confusión al asunto al que se refieren. En general, se sospecha de connivencia tenebrosa, o bien de falsedades deliberadas: 'Los que apuesten al dólar, van a perder, de un Ministro de Economía, o 'El que depositó dólares, recibirá dólares', de parte de un Presidente, entre decenas de ejemplos de un repertorio en el que no parece sensato abundar. Aquellos que hoy nos advierten que el Poder Ejecutivo ha quedado prisionero en un callejón sin salida que sólo puede resolverse con una crisis institucional y aún materialmente violenta, se imaginan beneficiarios en la lista de los sorteados por la fortuna para capitalizar el fruto de una sociedad desgarrada. La historia argentina es una fuente indubitable para comprobar que aquellos que finalmente recogen las mieles de las situaciones terminales, jamás han sido quienes las fomentan o consienten. La literatura política ya hace siglos recogió la experiencia: 'La revolución devora a sus hijos';
3. Si la Administración Milei, contra la voluntad actual de algo más de la mitad de los ciudadanos, consolidara un resultado decoroso en las legislativas de 2025, los primeros en ser sacrificados serán aquéllos que apostaron a vislumbrar el fracaso y la deriva trágica de su gobierno. 

 
Beneficios del silencio prudente
 
1. En la oposición, destacánse -paradójicamente- quienes rehúyen a una toma categórica de posición frente al confuso fenómeno anarco-capitalista. Lo hacen, tras evaluar con los puños crispados, que la propiedad del silencio brinda más rédito que la servidumbre de la palabra emitida, especialmente cuando el adversario carece de antecedentes personales que permitan adivinar conductas, y cuando su ideario contradictorio y aún doctrinariamente endeble permite anticipar con alguna precisión la resolución de la crisis. Incluso, difundir la opinión de que el Presidente es un individuo emocionalmente desequilibrado y, por tanto, impredecible, plantea dudas sobre la solvencia intelectual de aquellos que se animan a resolver el acertijo;
2. El silencio puede ser también valiosa moneda de cambio, si su poseedor cree que el Poder lo considera transitoriamente útil para consolidarse. En estos casos, al parco dirigente se lo privilegia con el súbito cierre de causas judiciales irritantes y fastidiosas, como así también con el abandono o desprecio de denuncias que puedan poner en discusión su buen nombre y honor. Algunos políticos profesionales, que arrastran una zigzagueante carrera, esperan ser bendecidos en algún momento, por haberse abstenido de criticar acerbamente el Ejecutivo. Disponen, como aliciente, el listado de los que integran el equipo del Gobierno y, como advertencia, el despido intempestivo de todo funcionario que manifieste alguna discrepancia, aún las triviales e inocentes, con la visión del mundo y sus alrededores que exhibe el Sr. Presidente;
3. Existe también la actitud ambigüa frente al Misterio Milei. La misma consiste, a grandes trazos, en repetir algunos expresiones que han ganado difusión en los últimos siete meses. Véase la utilidad de alguna de ellas:

a) 'Es evidente que se está frente a un cambio de época'. Aunque su significación real es imprecisa, si acaso alguna tuviere, parece aludir al hecho de que la forma de hacer política y la manera habitual en la Argentina de administrar el Estado, están en proceso de extinción. Tiene la ventaja nada despreciable de que se inhibe de emitir un juicio de valor, de tal suerte que se justifica si se cree que el cambio de época es la antesala del infierno, como si se sugiere que es la alborada de un nuevo día en la desconcertante crónica argentina;

b) 'Es necesario algún tiempo más para calificar con seriedad la gestión gubernamental'. Notable por su astucia, el enunciado ubica al opinante entre aquellos que no precipitan un juicio sin tener todos los elementos requeridos por la sana crítica. A su vez, al pedir tiempo, logra proveérselo a sí mismo para dilatar un evaluación definitiva, por lo que es válida si la gestión del Gobierno es exitosa, en tanto se alista entre los que sólo opinan con objetividad y tolerancia, y lo es también si el derrumbe acontece -ya que se adelantarán a buscar platea entre quienes no se encandilaron con las primeras luces de la gestión de gobierno;

c) 'Si, aplicándose otros remedios, el paciente no mejoró, quizá haya llegado la hora de cambiar el diágnóstico y la terapia'. Esta preciosa gema de la hipocresía autóctona es notablemente versátil, cualidad bien valorada por la actividad política. En efecto, si bien el paciente no mejoró, tampoco se tiene una esperanza sólida en que su cuadro clínico mejore: el sutil 'quizá' hace la tarea sucia que las circunstancias imponen. Si el paciente empeora, habrá quedado en evidencia que no había llegado la hora de cambiar la terapia, o que la innovación resultó finalmente un fiasco más en la cadena de frustraciones nacionales;

Inicialmente, vale como estímulo al P.E. para que muestre el coraje que descuenta y puede ser recibido como un piadoso acto de fe. Si el desaliento invade a los que presencian el febril esfuerzo del siniestro sanatorio, se dispone de una vía de escape de bajo costo social: 'Nosotros no hacemos política obstructiva: facilitamos siempre la función del gobierno, aunque tampoco esta vez el éxito haya coronado los esfuerzos que se hicieron'.
 
La percepción constante de que la Nación corre el riesgo de deslizarse hacia un punto sin retorno, reposa en el fondo de todas las horas argentinas. Es un invariable de la civilización local, de tal magnitud y vigor, que la sensación de considerarlo irreversible no puede evitarse. Como aconsejaba Oscar Wilde respecto de las tentaciones: la única manera de resistir al delirio colectivo parece ser la rendición incondicional.


 
Sobre Sergio Julio Nerguizian

De profesión Abogado, Sergio Julio Nerguizian oficia de colaborador en El Ojo Digital (Argentina) y otros medios del país. En su rol de columnista en la sección Política, explora la historia de las ideologías en la Argentina y el eventual fracaso de éstas. Sus columnas pueden accederse en éste link.