Cuatro aristas a considerar, mientras los EE.UU. y los aliados del cuadrante Indo-Pacífico se reúnen para contrarrestar a China

En los últimos días, los líderes políticos de los Estados Unidos, Australia, la República de la India y del Japón previeron reunirse en la ciudad americana de Wilmington, estado de Delaware, con el objeto de llevar a cabo la cuarta Cumbre de los Líderes 'Quad'. Conforme Pekín insiste en inflamar las tensiones en el Mar del Sur de China y a lo largo de la frontera que comparte con la India, los siguientes son los cuatro aspectos que la referida alianza de naciones discurrió en ocasión del encuentro.

Seguridad Marítima
 

Las acciones chinas en el Mar del Sur de China consignan una de las más graves amenazas contra la estabilidad en el cuadrante Indo-Pacífico. Sólo en el mes de agosto pasado, navíos chinos embistieron a cuatro embarcaciones de las Filipinas en la periferia del Arrecife Sabina, situado en la zona económica exclusiva tutelada por Manila. Asimismo, aeronaves chinas ejecutaron riesgosas maniobras en cercanía de una aeronave de la fuerza aérea filipina.

Si Pekín equivocara el cálculo, o si presionara más allá de la cuenta, se produciría un serio riesgo de conflicto, el cual podría precipitar el involucramiento estadounidense -y, potencialmente, el del Japón, dado que las Filipinas son un socio de la alianza 'Quad'. Esta sociedad exhibe un sólido interés a la hora de disuadir a China de provocar una escalada en las tensiones -a saber, en impedir que Pekín modifique súbitamente el statu quo vigente.

El foco de atención en el concierto marítimo se ha convertido en un área de cooperación incrementada para el consorcio 'Quad', y debería ser reforzado con mayor énfasis en los próximos años. Se precisa invertir en esfuerzos adicionales con miras a fortalecer la pesca ilegal no informada que navíos chinos llevan a cabo a lo largo del cuadrante bajo mención.

 

Soberanía

Amén de las acciones temerarias incurridas por China en este gigantesco cuerpo de agua, Pekín mantiene su empeño en alimentar disputas territoriales con activos de 'Quad', infringiendo su soberanía e integridad territoriales. En años recientes, China incluso ha seleccionado con quién desarrollar escaramuzas —en algunos casos, literalmente—; lo ha hecho con el Japón, en el ejemplo de las Islas Senkaku -en disputa-, y con la India, a lo largo de su amplia franja fronteriza compartida (en obvia referencia a la LOC; acrónonimo en inglés para Line of Control, o Zona de Control).

Más recientemente, China incrementó sus desafíos en perjuicio de la soberanía japonesa en torno a Okinawa, cuando la Universidad Marítima Dalin anunció planes con miras a establecer un 'Centro de Investigaciones Ryukyu' -que remite a la instancia histórica pretérita en la que Okinawa era conocida como el Reino de Ryukyu. Este factor ha potenciado las preocupaciones frente a la eventualidad de que China interponga reclamos históricos -basados en registros pasados- sobre el archipiélago, que al día de la fecha alberga importantes bases militares estadounidenses y personal de ese país.

En la lectura de un comunicado conjunto, los socios del consorcio 'Quad' aprovecharon la oportunidad para oponerse a los esfuerzos chinos, los cuales pretenden poner bajo amenaza la soberanía de los Estados emparentados con el cuadrante Indo-Pacífico. 


Cooperación en materia de defensa

En un contexto que se presume más amplio en sus consideraciones estratégicas, el incremento de la cooperación en el ámbito de la defensa probará ser crítico a la hora de reforzar el interés primario del 'Quad' en la manutención de un escenario libre y abierto. La ampliación de la infraestructura militar china -tanto en el plano de armamento convencional como de fuerzas estratégicas- representa una amenaza directa contra la seguridad y la prosperidad de los afiliados al 'Quad' -lo propio debe decirse al respecto del incremento de la velocidad en la manufactura de armamento nuclear, nutrido por la agenda de Pekín.

Los intentos de la Administración Biden con miras a estabilizar el vínculo entre Washington y la República Popular han fracasado, no dando lugar a resultados tangibles que hubiesen modificado el cálculo decisional chino.

Así las cosas, el consorcio 'Quad' habrá de seguir explorando todo sendero que facilite el fortalecimiento de la cooperación en el territorio de la defensa. Tal como lo demostrara el empeño de AUKUS -esto es, el convenio trilateral de defensa firmado entre Australia, los EE.UU. y el Reino Unido-, en efecto es posible invertir en una base industrial entre socios y economías vinculadas, con el objeto de optimizar el esfuerzo colectivo de disuasión. A pesar de los desafíos planteados por el marco AUKUS, provisiones de igual tenor, como ser los casos de la información de inteligencia y la cooperación en el dominio tecnológico, deben ser puestas a sana consideración entre los integrantes de 'Quad'. En tal virtud, se propiciará un mayor empeño cooperativo en lo que atiene a poderío militar y desarrollo económico.

 

Tolerancia frente a contingencias en la cadena de valor

China, de alguna manera, ha logrado reconvertir o 'armamentizar' las cadenas de valor, perjudicando a los socios del 'Quad'; entre los ejemplos que así lo ilustran, está el caso de las catorce quejas o reclamos contra Australia, y el efecto 'Cuello de Botella' en la provisión de minerales críticos que han perjudicado a Tokio. Toda vez que las naciones intentan diversificar sus cadenas de valor para no recaer en la dependencia frente a la oferta china, el 'Quad' puede servir como destino y facilitador en la reprogramación de procesos.

El notorio crecimiento poblacional de la India y el recurrente apetito por el aumento de las manufacturas ofrecen una opción ciertamente atractiva para firmas que busquen instalarse en este sólido mercado laboral, que presenta riesgos reducidos. Los socios 'Quad' pueden prestar atención a la República de la India y tomar su ejemplo, en el empeño de 'reshoring' (vale decir: reemplazar a las materias primas chinas en los procesos). 

 

Artículo original, en inglés


Jeff M. Smith es fellow de investigación en el Centro para Estudios Asiáticos, dependiente del think tank estadounidense The Heritage Foundation, con foco en el sudeste asiático. Por su parte, Andrew J. Harding es asistente de investigación en el citado centro.