INTERNACIONALES: ESTADOS UNIDOS

La escarpada pendiente hacia la Casa Blanca: encuestas y tendencias

La elección presidencial estadounidense de este 2024 bien podría ser una de las competencias más reñidas...

20 de Octubre de 2024


La elección presidencial estadounidense de este 2024 bien podría ser una de las competencias más reñidas en la historia contemporánea, con ambos contendientes -Donald Trump y Kamala Harris- compitiendo cabeza a cabeza en el concierto de las encuestas publicadas. Entre las variables a considerar, destacan no solo los datos compartidos por los estudios de opinión más reconocidos, sino también las evaluaciones en torno a la dinámica de los aspirantes y el sentimiento de la ciudadanía, que suele expresarse fundamentalmente a través de redes como 'X'.

Kamala Harris versus Donald Trump
Así, pues, las encuestas confeccionadas tanto a nivel nacional como en estados críticos para una eventual definición consignan reñidos márgenes entre Harris (Demócrata) y Trump (Republicano). De acuerdo a una constelación de fuentes, Harris mantenía hasta hace poco una ventaja de escasos puntos porcentuales -lo cual sugería un empate técnico al sopesarse los márgenes de error que competen al trabajo con un universos para consultas ciudadanas. En la práctica, la cercanía entre los contendientes no hace más que subrayar la naturaleza a todas luces impredecible del comicio: cualquier leve ventaja consolidada en distritos específicos podrían ser suficientes para torcer el resultado.

De tal suerte que, en estados cruciales para la definición de los comicios, como es el caso de la Florida, Pennsylvania, y Michigan, las encuestas publicadas ilustran un concierto disputado. De acuerdo a algunos estudios, Harris cuenta con una ligera ventaja; sin embargo, en los últimos días, la misma se ha reducido y, nuevamente, el margen de error comienza a volverse protagonista.

 
Marginalmente, una colección de análisis -que se agregan a posteos en la red 'X'- sugieren la ocurrencia de cambios demográficos remarcables: en particular, se informa que Kamala Harris comienza a padecer la fuga de votantes afroamericanos, aunque los estudios de opinión todavía no confirman la consolidación de esta tendencia. Análogamente, la estratagema comunicacional de Trump se ha esmerado en aglutinar eficientemente su propia base electoral, mientras que el mensaje del aspirante Republicano incluso llega a segmentos de electores Demócratas desilusionados con los resultados de la gestión combinada Biden/Harris. Este factor podría incidir de manera crítica sobre la conformación del colegio electoral.
 
Acto seguido, valdrá la pena evaluar la presentación de los mensajes de uno y otro candidato en 'X': mientras que la campaña de la vicepresidente Harris ha puesto el foco en el pasado de Trump y en la supuesta amenaza que el ex presidente representa para el sistema democrático, la estrategia del Republicano lo compele a enfocarse en los padecimientos económicos de la ciudadanía y en el áspero asunto de la inmigración descontrolada. Con el planteo de esta variable, la Campaña Trump revela su apelativo emocional al sentimiento nacionalista de la denominada 'América profunda' -que por cierto dista de las percepciones registradas en grandes urbes, generalmente cercanas al Partido Demócrata.
 
La Plataforma Harris ha centrado todo énfasis en la reedición de un ecosistema político afín al progresismo, con la búsqueda de unidad para enfrentar a la 'amenaza contra la democracia' que -según ya se comentara- encarnarían Trump y sus políticas. 
 
El magnate, por su parte, puede hacer alarde de una evidente consolidación de su propia masa crítica electoral. Trump ha decidido complementar esa ventaja competitiva subrayando una y otra vez la incompetencia de Harris, y recordando los logros macroeconómicos cosechados durante su gestión. A título complementario, el Republicano ha explotado con relativa inteligencia su refritado de intrigas judiciales, presentándolas en su narrativa como la puja contra el establishment que lo tiene como irredento protagonista. A su vez, esta modalidad -que también revela un apelativo, o una táctica de segmentación con reflejo en técnicas de la mercadotecnia- contribuye a energizar a su masa de votantes. Con ello, el proceso psicológico identificatorio estaría sellado.

A la postre, cabe señalar que el mundillo de las encuestas se ve afectado por un historial de diferencias con la realidad. Las victorias que Trump cosechó contra los estudios de opinión en el pasado podrían compartir una pista sobre las 'sorpresas' que podrían ocultarse tras la numerología. No obstante, será lícito apuntar que la definición de los resultados podría vincularse directamente con el modo en que cada uno de los aspirantes logre movilizar a su caudal de votantes con mayor efectividad.

El próximo 5 de noviembre determinará el final para todas las especulaciones.