ECONOMIA & NEGOCIOS: DUELO Y CRASH

La independencia de la 'Fed', en jaque: mercados en el abismo

Los mercados financieros globales han atravesado semanas turbulentas...

22 de Abril de 2025


Los mercados financieros globales han atravesado semanas turbulentas, marcadas por caídas significativas que han afectado especialmente a Wall Street. El índice S&P 500 ha experimentado pérdidas notables, desplomándose más del 10% en tan solo dos días, un evento que ha arrastrado a otras bolsas mundiales.

Donald Trump, Jerome Powell

En Europa, el Ibex 35 registró una caída superior al 5,8%, la más pronunciada desde la pandemia, con el sector bancario sufriendo el mayor impacto. Esta volatilidad se ha extendido a mercados en Asia y América Latina, reflejando una preocupación global ante las políticas comerciales y monetarias de Estados Unidos. En el centro de esta tormenta se encuentra la creciente tensión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y Jerome Powell, titular de la Reserva Federal (Fed), enfrentamiento que a todas luces ha contribuído a exacerbar la incertidumbre económica.
 

Abismo bursátil: panorama de inestabilidad

La reciente caída de los mercados ha sido vertiginosa y generalizada. Wall Street, epicentro financiero de los Estados Unidos de América, ha visto cómo el S&P 500, indicador crítico de la salud económica, se derrumbaba en cuestión de días, marcando una de las peores correcciones desde la crisis sanitaria de 2020. Mientras tanto, en Europa, el Ibex 35 no se quedó atrás, con una caída que golpeó especialmente a los bancos. Este sector, vulnerable a la incertidumbre económica, enfrenta riesgos crecientes ante la posibilidad de impagos de préstamos en un escenario de recesión. La venta masiva de acciones bancarias refleja el temor de los inversores a un deterioro prolongado de las condiciones económicas.
 
Otros activos también han sentido el impacto. El dólar estadounidense ha perdido terreno frente a otras monedas, señal de una disminución en la confianza hacia la economía norteamericana. Por el contrario, los bonos del Tesoro han experimentado un aumento en su demanda, al convertirse en un refugio para los inversores que huyen de los activos de riesgo. Paralelamente, el oro ha alcanzado nuevos récords históricos, consolidándose como el activo seguro por excelencia en tiempos de crisis. Estos movimientos subrayan un cambio en la percepción del riesgo, con los mercados preparándose para un periodo de inestabilidad prolongada.
 
El origen de este pánico se encuentra en la escalada de una guerra comercial liderada por la Administración Trump. La imposición de aranceles generalizados a importaciones clave ha desencadenado represalias de países como la República Popular China, que ha respondido con sus propios aranceles a productos estadounidenses. Esta confrontación ha reducido el comercio entre las dos mayores economías del mundo, un motor esencial del crecimiento global. Aunque los aranceles no se han implementado en su plenitud, los inversores han actuado de manera preventiva, descartando activos de riesgo y abrazándose a la seguridad aparten del oro y los bonos.

La incertidumbre comercial no se limita a China. La Unión Europea y otros actores globales han expresado su preocupación y amenazado con medidas retaliatorias, lo que podría fragmentar aún más el comercio internacional. Los mercados temen que esta dinámica desemboque en una recesión global, dado que el comercio es un pilar fundamental del crecimiento económico. Durante un fin de semana reciente, ciertos inversores reflexionaron en torno a la seriedad de las amenazas de Trump, concluyendo que no eran mera retórica negociadora. El resultado fue una nueva ola de ventas al inicio de la semana, intensificando la volatilidad.


La Disputa entre Trump y Powell: Una Batalla por el Control Monetario

En medio de esta crisis, la relación entre Donald Trump y Jerome Powell se ha convertido en un factor determinante de la inestabilidad financiera. Trump ha intensificado sus ataques contra Powell, acusándolo de reaccionar con lentitud ante la necesidad de bajar las tasas de interés para estimular la economía. En publicaciones en su red social Truth, el presidente ha apodado a Powell "Sr. Demasiado Tarde" y ha insistido en que su destitución es urgente. Sin embargo, la legislación estadounidense limita el poder presidencial en este ámbito: Powell, cuyo mandato como presidente de la Fed se extiende hasta 2026, solo puede ser removido por "causa justificada", como mala conducta o incompetencia, no por desacuerdos políticos.

Esta no es la primera vez que un presidente estadounidense choca con la Fed, pero la agresividad y publicidad de este enfrentamiento son excepcionales. Históricamente, la independencia de la Reserva Federal ha sido un pilar de la estabilidad económica, y Trump ha roto con esa tradición al presionar abiertamente por una política monetaria más laxa. Powell, por su parte, ha mantenido una postura cautelosa, enfocada en datos económicos más que en demandas políticas. En un discurso reciente, advirtió que los aranceles de Trump podrían ralentizar el crecimiento y aumentar la inflación, complicando la misión de la Fed de mantener la estabilidad.

El conflicto se ha tornado personal y político. Trump ha respondido a las advertencias de Powell exigiendo su despido inmediato, acusándolo de actuar con motivaciones políticas al no reducir las tasas. Powell, en cambio, ha dejado claro que está dispuesto a defender su posición en los tribunales si Trump intenta destituirlo. Un precedente legal de 1935, el caso Humphrey’s Executor v. United States, respalda esta postura, al establecer que los presidentes no pueden remover a miembros de agencias independientes por desacuerdos ideológicos. Una batalla legal prolongada añadiría aún más incertidumbre a unos mercados ya nerviosos.


Secuelas económicas y reacciones del mercado

La disputa entre Trump y Powell ha erosionado la confianza en la independencia de la Fed, un atributo crucial para la credibilidad de los mercados estadounidenses. La senadora Elizabeth Warren (Partido Demócrata) ha advertido que un intento de destituir a Powell podría desencadenar un colapso financiero, al socavar la integridad de los mercados de capitales. Esta percepción de riesgo ha debilitado los activos estadounidenses, contribuyendo a la volatilidad observada en Wall Street y más allá.
 
La economía estadounidense, que Trump heredó en una posición sólida, muestra signos de fatiga. La incertidumbre sobre los aranceles ha elevado las expectativas de inflación y dañado la confianza de consumidores y empresas. El Banco de la Reserva Federal de Atlanta ha pronosticado una contracción económica en el primer trimestre de 2025, sugiriendo una desaceleración más grave de lo anticipado. La Fed, en respuesta, ha revisado sus proyecciones, anticipando un crecimiento más lento y una inflación potencialmente más alta. Este panorama coloca a Powell en una encrucijada: estimular la economía arriesgando una inflación descontrolada o mantener tasas altas y enfrentar la ira de Trump.
 
Analistas y entendidos advierten que los aranceles podrían costarle a la economía estadounidense hasta un 1% de su PBI, evocando recuerdos de la guerra comercial de 2018-2020. Si Trump lograra reemplazar a Powell, nombres como Judy Shelton o Christopher Waller han surgido como probables sucesores, cada uno con enfoques que podrían alterar drásticamente la política monetaria. En cualesquiera de los casos, la destitución de Powell sobrevendría con un costo elevado en términos de confianza inversora, riesgo que pocos están dispuestos a subestimar.
 
Amén de la turbulencia, la Fed es ha esmerado por calmar los ánimos. Su declaración de estar lista para intervenir si la situación se descontrola permitió a Wall Street cerrar con ganancias tras una semana volátil. Sin embargo, este alivio parece temporal. Las críticas de Trump a Powell han provocado caídas inmediatas en los activos estadounidenses, mientras que su anuncio de un posible desaceleramiento económico ha avivado los temores de recesión. Los mercados, sensibles a cada declaración, reflejan la fragilidad del momento.

 
Evaluación prospectiva: combo de incertidumbre y volatilidad

En los próximos meses, la disputa entre Trump y Powell seguirá dominando la narrativa económica. Si Trump persiste en su presión por tasas más bajas y Powell mantiene su enfoque basado en datos, el enfrentamiento podría intensificarse. El desarrollo de la guerra comercial, especialmente las negociaciones con Pekín y la Unión Europea, será igualmente crítico. Una escalada adicional podría solidificar los temores de recesión, mientras que un acuerdo inesperado podría ofrecer un respiro a los mercados.
Los inversores enfrentan un periodo de alta volatilidad. La capacidad de la Fed para preservar su independencia será clave para restaurar la confianza, pero las amenazas legales y políticas de Trump complican este objetivo. Mientras tanto, los mercados seguirán reaccionando a cada titular, desde las críticas presidenciales hasta las proyecciones económicas de la Fed.
 
En conclusión, la caída de los mercados refleja una confluencia de factores: la guerra comercial de Trump, la incertidumbre económica y su enfrentamiento con Powell. Este choque ha puesto en duda la autonomía de la Fed, amplificando la inestabilidad financiera. Aunque la Fed está preparada para actuar, la resolución de esta crisis sigue siendo incierta, y los inversores deben prepararse para un concierto portador de renovadas turbulencias.