El referéndum porteño, cada vez más lejos de realizarse
Hay nubarrones en la estrategia del Jefe de Gobierno por lograr la realización del referéndum : trascendió que las firmas recolectadas no llegan a 40,000 y que se avizora imposible alcanzar el medio millón exigido por la Justicia.
21 de Julio de 2010
El interesante empuje inicial que tuvo la iniciativa de los ibarristas para realizar el referéndum porteño decayó ostensiblemente : es que a las 30 mil firmas obtenidas en las primeras dos semanas, sólo se han añadido otras 10 mil.
La estrategia de los seguidores del Jefe de Gobierno se basó en intentar convencer a cualquier precio a los ciudadanos de que firmaran. El argumento era entablar conversación con quienes se acercaban a las mesas y explicarles el interés de Aníbal Ibarra en extender el debate sobre el incidente Cromagnon y hallar soluciones y mecanismos apropiados para evitar hechos similares en el futuro.
Pero los allegados al Intendente porteño no ocultan su enojo por la demora en la remisión de planillas para recolección de firmas desde la Justicia porteña, y es visible también la falta de colaboración de los pequeños partidos de extracción kirchnerista, que originalmente iban a participar para convencer al ciudadano.
Ocurre que estos no quieren moverse hasta no discutir el reparto de nuevos puestos en la administración de la Ciudad, y obviamente, esto no ayuda a los efectos de ganar tiempo.
Por su parte, Unión por Todos -el partido de Patricia Bullrich- es el único partido que ha sacado mesas a la calle para lograr la realización del referendo, aunque con distinto objetivo : remover a Ibarra de la Jefatura de Gobierno. Pero los intentos de Bullrich tampoco están logrando mucho eco en la ciudadanía.
Del otro lado de la vereda política, Izquierda Unida, a través de su máximo representante Vilma Ripoll, insiste a viva voz que "el plebiscito no debe realizarse, puesto que obedece a una estrategia de Ibarra para mantenerse en el poder y escapar de su responsabilidad de la tragedia de Cromañon".
El caso de Cromañon representa verdaderamente un momento negro en la historia argentina. Pero los ribetes de la tragedia son ciertamente medulosos. Si bien corresponde otorgar un grado importante de responsabilidad a quien, al momento del hecho, es el Jefe de Gobierno, tampoco es menos cierto que, tanto aquellas personas que fueron víctimas y sobrevivientes, colaboraron en extremo para que los hechos se dieran como finalmente se dieron.
Deben asumir su cuota de responsabilidad el Jefe de Gobierno y funcionarios de la Ciudad, la oposición que inescrupulosamente intenta sacar rédito político de las muertes, los organizadores del evento y responsables de la seguridad en el boliche y utilización de bengalas -entre los que se debe incluír al infame grupo Callejeros-, y por supuesto, al enigmático e irreverente pseudoempresario de la noche, Omar Chabán.
Mientras tanto, los ciudadanos de Buenos Aires siguen preguntándose por la necesidad de firmar para que tenga lugar el referendo revocatorio o confirmatorio de la gestión de Aníbal Ibarra. En definitiva, el ciudadano es siempre el último rehén de los caprichos de los responsables políticos de turno.
Cómo puede explicarse, si no, la falta de interés en firmar?
El Ojo Digital