Cancilleres se reúnen para analizar carrera armamentista venezolana

La cumbre pretende aplacar las voces de quienes advierten sobre una carrera armamentista en la región, promovida desde Venezuela por Hugo Chávez. Además de comprar 100 mil fusiles rusos, generó incomodidad la venta de España a Venezuela de una corbeta, cuatro lanchas patrulleras, seis aviones de transporte y dos aviones de reconocimiento para detectar submarinos. Más cuando el negocio se dio en plena crisis colombiano-venezolana desatada por la captura del guerrillero conocido como Rodrigo Granda. La reunión también serviría para que Chávez avance en la compra de 48 aviones Tucano a Brasil, el mismo país que está participando en el proceso licitatorio que Colombia abrió para la adquisición de unos 22 aviones de combate. Extraoficialmente se dice que Brasil es quien tiene más posibilidades de ganar la licitación. Aunque el Gobierno colombiano le ha restado importancia a las últimas "compras" de Chávez, existen sectores, como la oposición en Venezuela y hasta el ex presidente Andrés Pastrana, que expresan su preocupación al respecto. Pero el señalamiento más fuerte ha tenido origen en Washington, desde donde altos funcionarios del gobierno Bush han manifestado plena desconfianza en las adquisiciones venezolanas, lo que a su vez ha desatado enérgicas respuestas de Hugo Chávez. Precisamente el diario ABC de España, señaló ayer que la visita de José Luis Rodríguez Zapatero quiere favorecer un clima de confianza en la región que transforme esa tensión en cooperación; incluso, proponiéndole a Chávez y a Uribe que desarrollen un esquema de cooperación antiterrorista de condiciones similares al que sostienen España y Francia, y con el cual se han logrado contundentes resultados contra el grupo extremista ETA. Pero la tensión no es cosa nueva entre los dos países. Hace cuatro años, y es paradójico, cuando Estados Unidos anunció la donación de helicópteros para el Plan Colombia, el presidente venezolano Hugo Chávez acusó al Gobierno colombiano de romper el equilibrio estratégico al calificar el programa como "un plan de guerra" porque, según él, "podría significar el incremento de la violencia en el resto de la región". Y el año pasado Venezuela criticó la venta de tanques AMX que pretendía hacerle España a Colombia. Venta que se frustró tras el cambio de gobierno en el país europeo. Para el Gobierno de Colombia la acusación era un poco descabellada, toda vez que los helicópteros donados por EE.UU. son básicamente para el transporte y su objetivo es la infraestructura cocalera, o sea la seguridad interna de Colombia, que para nada tiene implicaciones en el balance estratégico internacional.