La droga que no fue

El Ministerio de Seguridad bonaerense aclaró ayer que la versión sobre el secuestro de 520 kilos de cocaína en un procedimiento realizado el último jueves en la localidad de Open Door, cuando en realidad se trató de 311 kilos, se debió a una "apreciación a simple vista" hecha por un policía y "tomada como oficial" por un periodista. De este modo, la cartera que conduce León Arslanian salió a corregir oficialmente la confusión surgida en torno a la cantidad de droga secuestrada en el procedimiento bautizado como "Oro Blanco", cuando la Policía detectó el cargamento en un camión proveniente de Santiago del Estero que simulaba realizar una mudanza. La cifra inicial de los 520 kilos brindada por la Policía había sido rectificada por el propio juez federal de Mercedes Héctor Echave, a cargo de la causa, quien confirmó que la carga ascendía a poco más de 311 kilogramos. "En total fueron secuestrados 13 bolsos, conteniendo 11 de ellos 24 envoltorios de cocaína, y los dos restantes 18 paquetes de la misma droga. Cada uno de estos envoltorios pesaba entre 1,035 y 1,050 gramos", señaló el Ministerio en un comunicado. Asimismo, afirmó que la versión sobre los 520 kilos "obedeció a una apreciación a simple vista realizada por un funcionario policial, la que fuera tomada como oficial por el movilero de un medio de comunicación que se presentó en la comisaría donde se llevaban adelante las primeras diligencias del caso". Explicación a todas luces contradictoria, más teniendo en cuenta la cantidad de personal policial involucrado normalmente estos operativos, que solamente emiten opinión acerca de la cantidad secuestrada, luego de realizar los pesajes correspondientes. Imposible saber, con tanta precisión, el peso de una mercadería que ocupa no poco espacio. En el comunicado, el ministerio avaló además la actuación policial en el procedimiento. "Desde el momento de la apertura de la caja del camión interceptado hasta el pesaje de la droga en la comisaría de Luján, el procedimiento fue realizado ante la presencia de tres testigos que circunstancialmente circulaban por el lugar del operativo en un vehículo Peugeot 504 (taxi), los que fueron requeridos para poder llevar a cabo las diligencias bajo las condiciones que indica la ley", indicó. El episodio sirve claramente como un elemento de juicio más para los opositores al Ministro Arslanián, y a los defensores de que la "política de purgas" impulsada por él son de dudosa utilidad. El razonamiento que se presenta es que el policía que se sabe a punto de ser dado de baja de la fuerza, por lógica tenderá a quebrantar la ley en toda ocasión que le sea posible, y mucho más si la situación le permite hacerse de dineros que le pudieran servir para un "buen pasar", luego del retiro. He aquí el origen de las sospechas de que la misma policía bonaerense está implicada en secuestros extorsivos y de armado de causas.