¿El hijo del Intendente de Vicente López, secuestrado "al voleo"?
En un discurso que demostró cautela y temor ante posibles represalias, el Intendente de Vicente López, Enrique "Japonés" García, defendió la actitud de los delincuentes -que trataron a su hijo "muy bien"-. Incluso deslindó toda sospecha de presión política, calificando al ilícito como "un secuestro al voleo".
21 de Julio de 2010
El intendente de Vicente López, Enrique García, aseguró esta mañana que su hijo Ezequiel "está muy bien" tras haber sido víctima de un secuestro exprés, y consideró que el incidente le pudo pasar a cualquier persona", porque "fue al voleo".
"Fue una cosa muy rápida. (Ezequiel) fue bien tratado, no tiene ningún golpe. Está diez puntos, va a ir a trabajar hoy. Lo que pasó con mi hijo puede pasar con cualquier persona. Le tocó a él como le pudo tocar a otro pibe, aunque últimamente estos hechos habían bajado en la zona norte", afirmó.
"Mi primo llevó esto adelante. Pagó, hizo el trámite de pagar", explicó, "porque hay secreto de sumario". Ezequiel García fue liberado a las 6 en la localidad de General Pacheco, luego de que se pagara una suma que, según versiones policiales, rondaría los cuatro mil pesos.
El joven había sido interceptado por un grupo de delincuentes cuando circulaba en su auto Peugeot 307 por la localidad de Olivos, poco después de haber salido a cenar con amigos.
Para el intendente García, el caso se produjo "al voleo. Pasó lo que pasa en este momento en la Argentina. Por suerte (Ezequiel) no tiene nada, lo trataron bien. Fue un final feliz".
Más allá de lo condenable del ilícito y de la actitud de los perpetradores, no es menos condenable la propia actitud del Intendente García, que se ha esforzado notablemente por caracterizar al secuestro de su hijo como "un hecho común", así como también de continuar la línea de falseamiento de la realidad en que incurre el Ministro de Seguridad Arslanián, al respecto de que el crimen "está bajando en Buenos Aires".
Arslanián concluye que el delito baja, citando la cifra de denuncias que es cada vez menor en las comisarías del Conurbano Bonaerense. Pero lo cierto es que las víctimas claramente evaden la posibilidad de denunciar los delitos. Por ende, tal estadística termina siendo completamente ajena a la realidad.
Oportunamente, el mismo Arslanián instruyó a las comisarías para que se resolvieran la mayor cantidad de delitos denunciados posible, o de lo contrario, incrementaría el alcance de sus tristemente célebres "purgas policiales". Como lógica consecuencia, los comisarios de la Policía Bonaerense instruyen a sus subordinados para que hagan todo lo posible para recibir menos denuncias.
Es así como finalmente, cualquier víctima de ilícito que se acerque por una comisaría de la Provincia de Buenos Aires se verá envuelta en una interesante aventura, en donde deberá sufrir horas de espera, maltrato de los uniformados, y hasta el pedido de una "contribución" para proceder con el papeleo.
El Ojo Digital y Los Andes