Brasil, "al rescate" del presidente derrocado en Ecuador

La Fuerza Aérea de Brasil envió hoy un avión militar a un estado del occidente del país, listo para "rescatar" al ex presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez, a quien el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva concedió asilo. La Fuerza Aérea informó de que el avión despegó de una base militar de Brasilia a las 13.40 horas (16.40 GMT) y quedó preparado en la ciudad de Río Branco, capital del estado de Acre, fronterizo con Perú, a la espera de la autorización para entrar en Ecuador. "El avión permanecerá en el aeropuerto de Río Branco esperando la negociación del salvoconducto en Quito y la autorización del gobierno brasileño para rescatar al ex presidente", explicó la estatal Agencia Brasil, que citó portavoces de la Cancillería. Según versiones de la televisión local no confirmadas de inmediato por EFE, la aeronave llevará a Brasilia a Gutiérrez, a su esposa y a dos hijas. También está previsto el embarque de algunos ex colaboradores de su gobierno, según estas informaciones. Por orden de Lula, la tripulación del avión fue puesta en guardia desde ayer, miércoles, poco después de que Brasil otorgara el asilo diplomático a Gutiérrez, quien se refugió en la embajada brasileña en Quito. Hoy Lula también concedió el asilo territorial a Gutiérrez, lo que significa que el ex presidente tiene permiso para ingresar al territorio brasileño y vivir en él. El asilo fue otorgado por un período de dos años, renovable y con la condición de que Gutiérrez no incurra en prácticas políticas, según las autoridades. Brasil negocia el salvoconducto ante el nuevo gobierno ecuatoriano de Alfredo Palacio, que hasta el miércoles era el vicepresidente de Gutiérrez y quien ha calificado la gestión del coronel retirado como una "dictadura". Gutiérrez afronta en su país ocho procesos judiciales y cargos de "represión", por lo que la oposición política ecuatoriana le había pedido a Brasil que no le otorgase el asilo. Según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores, el embajador de Brasil en Ecuador, Sergio Florencio Sobrinho, está encargado de negociar el salvoconducto para que Gutiérrez no sea detenido al salir de la embajada y "deje el país con seguridad". La Cancillería de Brasil destacó que el país es signatario de la Convención sobre Asilo Político de la Organización de Estados Americanos (OEA) que regula este instrumento diplomático. Según la Convención, le cabrá al país "la clasificación de la naturaleza del delito o de los motivos de la persecución que por ventura el presidente depuesto de Ecuador esté sufriendo en su país", destacó la Agencia Brasil. El gobierno de Lula alegó que los casos de urgencias contemplados en la Convención incluyen aquellos en los que el individuo en cuestión es perseguido "por personas o multitudes que no puedan ser contenidas por las autoridades". Brasil también afirma que con este gesto está reafirmando una larga tradición de solidaridad diplomática. Gutiérrez fue destituido el miércoles tras una intensa jornada de protestas y disturbios callejeros en Quito. Según los analistas, más allá de su buena voluntad política, Brasil quiere reafirmar su liderazgo en la región. Mientras la Argentina ha claudicado en la búsqueda de un mayor protagonismo en Latinoamérica, Brasil se encuentra recorriendo el camino opuesto, y aprovecha cada oportunidad para reafirmar su posición de influencia. Tampoco caben dudas de que Itamaraty tomará nota de esta acción y de otras en el futuro para argumentar que tiene derecho a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Ecuador, además, se ha convertido en los últimos años en un importante centro de inversiones de empresas brasileñas. El más importante banco estatal de desarrollo mantiene una cartera con Ecuador de 532 millones de dólares, de los que 76,6 millones están siendo liberados este año en forma de créditos a empresas brasileñas que construyen obras en el país andino. Ese dinero ayudará a financiar la ampliación del aeropuerto internacional de Quito, un puente y una carretera entre la capital y Guayaquil por valor de 360 millones de dólares. Por su parte, la petrolera estatal brasileña Petrobras está invirtiendo 80 millones de dólares este año de un total de 150 millones de dólares en un proyecto de extracción petrolera en el amazónico Parque Yasuní, pese a las protestas de grupos ecologistas.