Golpean y torturan a empresario marplatense, con fines de robo

Un empresario gastronómico marplatense fue secuestrado por dos hombres cuando salía de su su negocio esta madrugada y, tras ser torturado, fue obligado a retirar dinero de cajeros automáticos hasta que fue liberado porque la camioneta de su propiedad se quedó sin combustible, informó la policía. La víctima fue identificada como Santiago Catáneo de 31 años, propietario del restaurante Star Hall de Playa Grande quien pasadas las 5 de hoy, cuando abandonaba el comercio y se aprestaba a subir a su camioneta Mazda, fue interceptado por dos personas. Los delincuentes golpearon a Catáneo y lo torturaron quemándole la cara con cigarrillos para obligarlo luego a extraer dinero de distintos cajeros automáticos. Además le quitaron dinero que llevaba consigo y una cadena de oro. Fuentes policiales dijeron que cuando la víctima y sus secuestradores se trasladaban por la Autovía 2 con dirección a Capital Federal, la camioneta se detuvo porque se quedó sin combustible, frente a la Base Aérea de Mar del Plata, poco antes del aeropuerto local y a unos pocos kilómetros del ingreso a la ciudad. Entonces, los delincuentes deciden poner fin al secuestro y abandonan a la víctima para huir. Catáneo caminó hasta el aeropuerto donde fue atendido y llevado hasta el destacamento vial para hacer la denuncia. Continúa siendo innegable que la inseguridad no sólo no disminuye, sino que crece. Es cada vez más notorio el hecho de que la delincuencia aprovecha las debilidades de la justicia argentina, derivada principalmente de la corrupción que no ha escapado a ningún gobierno, y la evidente tendencia de muchos jueces a otorgar más derechos al delincuente que a la víctima. Tal tendencia se puede observar particularmente en algunos miembros de la Cámara Federal de San Martín, quien por estos momentos se encuentra examinando ciertos tecnicismos que lograrán dejar libres a autores de secuestros extorsivos de peligrosos antecedentes. El sistema carcelario se encuentra también desatendido, y la sobrepoblación de presos es más que obvia. Mientras tanto, el Ministro de Seguridad de Buenos Aires, León Arslanián, y su jefe directo, el Gobernador Felipe Solá, aprovechan cada aparición mediática para quitar importancia a la realidad de los delitos violentos; una guerra silenciosa -sólo en los medios-, que cada año se lleva más víctimas que los enfrentamientos entre la subversión y el Proceso militar de la década de 1970.