El gobierno de Felipe Solá aprueba la liberación de 2,500 presos en Buenos Aires

El ministro de Justicia bonaerense, Eduado Di Rocco, estimó que "el 10 por ciento de la población carcelaria", es decir unos 2.500 presos, "no son peligrosos" y "podrían ser favorecidos con excarcelaciones". "Hicimos el muestreo y el resultado es que hay 2.500 presos que no son peligrosos que podrían ser favorecidos con excarcelaciones. Pero la provincia no puede disponer esto. Los que deciden son los jueces", explicó Di Rocco. El funcionario precisó en declaraciones a un matutino porteño que "hay muchos internos que llevan detenidos más de dos años y ni siquiera está terminada la instrucción". De cualquier modo, Di Rocco advirtió: "que quede claro, no vamos a poner en riesgo el sistema de seguridad". Según las estimaciones oficiales, muchos de los presos que podrían quedar libres son enfermos que por su estado de salud no revisten "peligrosidad". Además, unos 500 son delincuentes que según exámenes psiquiátricos y psicológicos podrían gozar de regímenes de prisión atenuados, como por ejemplo salir con una pulsera electrónica. De acuerdo con las cifras oficiales, el 80 por ciento de los 25 mil presos alojados en las 29 cárceles bonaerenses no tienen condena. De ese total, el 74,56 por ciento no tiene sentencia en primera instancia -se trata de 14.726 presos-. A su vez, de esa cifra, 10.298 están presos desde hace más de dos años (sin la sentencia), con lo que se estaría violando el Pacto de San José de Costa Rica, de rango constitucional desde 1994. La Corte Suprema de la Nación instó a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la provincia de Buenos Aires a flexibilizar el régimen de excarcelaciones. Ese régimen fue endurecido dos veces durante la gestión de Carlos Ruckauf como gobernador y otra en el actual mandato de Felipe Solá. El ministro Di Rocco se mostró "satisfecho" por el fallo de la Corte porque coincide con su propuesta en "la ley de cupos, que ya presentamos en la Legislatura". "La verdad es que la provincia no puede sostener este hacinamiento", subrayó el funcionario bonaerense. La noticia constituye toda una muestra del evidente alejamiento de la política para con las necesidades de la ciudadanía en la Provincia de Buenos Aires. En la propuesta de liberación de presos subyace claramente la idea de que el gobierno de Felipe Solá no tiene la intención de construir nuevas cárceles ni mucho menos de mejorar las condiciones de la población carcelaria actual. De esta manera, la provincia verá -una vez más- incrementados los índices delictivos y simultáneamente, logrará continuar su tarea de empeorar la realidad en las cárceles en sus distritos.