SOCIEDAD: NUEVA CONVOCATORIA DEL PADRE DE AXEL

Blumberg convoca a nueva marcha para principios de junio

Juan Carlos Blumberg volverá a reclamar -marcha mediante- por la implementación de cambios en la justicia, ya que afirma que la dirigencia política continúa haciendo caso omiso de los reclamos de la ciudadanía. La movilización sería fijada para principios de junio, y sólo resta constatar la reacción de la actual Administración, tradicionalmente reacia a las convocatorias del padre de Axel.

21 de Julio de 2010
El ingeniero Juan Carlos Blumberg anunció una nueva marcha para principios de junio con el fin de denunciar los "graves problemas" que afectan a la Justicia argentina. "En principio sería el 2 de junio, pero todavía no quiero confirmar nada", sostuvo Blumberg a un medio radial, donde convocó a la sociedad a que participe de la marcha. El padre de Axel se mostró indignado con las reiteradas liberaciones de delincuentes que luego "vuelven a delinquir" y repasó una serie de fallos con los que se mostró asombrado. "La libertad de los asesinos de Cabezas, la absolución de la Cámara Federal de los acusados por la causa AMIA, uno ve que hay cosas que no están funcionando. En San Martín hace poco liberaron a un violador que atacó a una nena", se indignó Blumberg. El anuncio implica que la sociedad saldrá nuevamente a la calle, por cuarta vez, para exigir respuestas ante la inseguridad aunque, en este caso, el reclamo estará direccionado a la actividad de los jueces y de la Justicia en general ante los delincuentes. La primera movilización que hizo reclamos a la dirigencia política en general y al gobierno bonarense en particular se realizó el 1° de abril, la segunda fue el 22 de ese mismo mes y la tercera y última fue el 26 de agosto. En cada uno de los casos, la movilización popular logró cambios sustanciales y un avance en las herramientas legislativas para combatir el delito. En esta oportunidad, el empresario Juan Carlos Blumberg criticó duramente a los camaristas Gustavo Bruzzone y María Laura Garrigós de Rebori por dejar la causa luego de fallar a favor de la liberación del empresario Omar Chabán, el principal acusado por la tragedia de República Cromañón. Asimismo, cuestionó el paso al costado que dieron los camaristas después del escándalo y se preguntó: "¿Para qué hicieron lo que hicieron? Eso significa que no tienen la seguridad de lo que fallaron, ellos se creen los sabios que saben todo", observó Blumberg, para luego anticipar que pedirá el juicio político contra los magistrados. El gobierno del Presidente Kirchner normalmente apeló a la cautela en ocasión de las anteriores movilizaciones realizadas en torno a la figura del padre de Axel, pero sus funcionarios oportunamente criticaron la iniciativa de los reclamos. Blumberg apeló también a similares cuidados para no nombrar al Presidente en sus discursos, pero el primer mandatario fue silbado ruidosamente en ocasión de la última marcha, que tuvo lugar frente a la Casa de la Provincia de Buenos Aires. Incluso se ha sospechado que sectores afines al Gobierno oportunamente estuvieron detrás de esfuerzos que intentaron restar número de ciudadanos a las marchas, y en cada escenario de movilización es llamativa la diferencia entre las estimaciones de ciudadanos presentes por parte de los medios, y por parte de la Policía Federal -que normalmente calcula los números "a menos"-. Las mismas sospechas recaen sobre ciertos grupos piqueteros que en su momento amenazaron con tomar parte de las marchas, con el objetivo de utilizar el "factor miedo" para restar concurrencia. Por estos días, el caso Blumberg está siendo objeto de estudios por parte de expertos provenientes de las oficinas del FBI (la oficina de investigaciones estadounidense), que arribaron a la Argentina para analizar más de cerca el fenómeno y su impacto en la sociedad. En nuestro país, la figura de Blumberg ha generado suspicacias entre la dirigencia política, que ve en el padre de Axel una amenaza velada a sus intereses y estructuras de poder. Llama también la atención el hecho de que Blumberg se ha convertido en la única figura pública que logra encolumnar detrás de si a clases bajas, medias y altas por igual, precisamente lo que la dirigencia política tradicional sólo puede lograr mediante empleo de métodos financieros o coercitivos -para nombrar el caso de los beneficiarios de planes sociales que deben asistir a actos políticos, bajo amenaza de no cobrar sus subsidios-. Incluso el mismo Presidente Kirchner debió, oportunamente, apresurarse ante los medios para apoyar la causa de Blumberg desde el Gobierno Nacional, ante el crecimiento de la imagen pública del padre de Axel, luego de un período inicial de desconfianza hacia sus convocatorias y luego de haber criticado su causa en ocasión de un acto en el sur argentino. Blumberg incluso tuvo la audacia de criticar a viva voz a los organismos de derechos humanos, de quienes dijo que jamás se habían acercado para apoyarlo al momento de la muerte de su hijo y que "defendían los derechos de delincuentes". No obstante la dureza empleada, la crítica encontró fuerte eco en las decenas de miles de personas que asistieron al último acto, que castigaron con una estruendosa silbatina a los grupos de defensa de los derechos civiles.
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