INTERNACIONALES: LA RENUNCIA DEL PRESIDENTE MESA

Infierno boliviano

Mientras continúan los bloqueos a La Paz, llevados adelante en su mayoría por activistas políticos que responden a Evo Morales y otros grupos, el ex presidente Mesa advirtió que el país se encuentra "al borde de una guerra civil". La ciudad capital boliviana no tiene agua ni luz, y se encuentra sumida en el desabastecimiento.

21 de Julio de 2010
Con 13 personas heridas, una de ellas con la mano amputada, y más de medio centenar de detenidos, culminó la violenta jornada de ayer en Bolivia, donde se intensificaron las protestas en reclamo de elecciones, tras la renuncia anteanoche del presidente Carlos Mesa. Según fuentes parlamentarias, el Congreso de Bolivia se reunirá mañana en Sucre, a las 10,30 hora local, para decidir si acepta o no la dimisión del presidente Carlos Mesa, ante la imposibilidad de celebrar la sesión en La Paz a causa de las protestas y la violencia que generan los grupos que responden a Evo Morales y los indigenistas. Así lo anunció anoche el presidente del Congreso boliviano, Hormando Vaca Díez, quien explicó que la decisión fue adoptada tras consultar con los grupos parlamentarios y coincidir en que La Paz no reúne suficientes condiciones de seguridad. Según el orden constitucional, si se acepta la renuncia del presidente, quien debe asumir es el titular del Senado, Vaca Díez. Pero que este político asuma el control del país también se opone a las exigencias de los manifestantes que responden a Evo Morales. Este ha advertido oportunamente que no hay otro camino que no termine con las renuncias de Vaca Diez él y el titular de Diputados, Mario Cossío, de modo que el jefe de la Corte Suprema pueda adelantar las elecciones previstas para 2007. En medio de este convulsionado panorama político ayer se desataron enfrentamientos en los alrededores de la Plaza Murillo, que alberga los poderes Ejecutivo y Legislativo, y fueron protagonizados por mineros y campesinos llegados a la urbe para secundar las protestas que exigen la convocatoria a una Asamblea Constituyente y la nacionalización de gas y el petróleo -curiosamente, recursos que ellos mismos no utilizan masivamente, no obstante recurren a la violencia para pedir su "nacionalización"-. Los legisladores habían pedido a los manifestantes que liberaran las calles de La Paz y levanten los bloqueos, a fin de poder llegar hasta el Parlamento e iniciar hoy la sesión. Pero como hasta anoche los manifestantes seguían firmes en su postura, se decidió pasar la sesión para mañana y mudarla a la ciudad de Sucre. Al desorden que vive La Paz, que ayer nuevamente sufrió por escasez de agua, combustible y alimentos, se sumó el anuncio de la principal empresa de recolección de basura de que suspenderá su servicio debido al bloqueo de los caminos y a la falta de combustibles. En tanto, el presidente Mesa salió del Palacio de Gobierno y recorrió la Plaza Murillo, paseó frente al Legislativo y la Catedral, sin hacer declaraciones. Poco después, el ministro de la Presidencia, José Antonio Galindo, pidió a los movimientos sociales que cesen la huelga y el cierre de las carreteras, especialmente para permitir el abastecimiento de carburantes. Bolivia se encuentra sumida en una profunda crisis social, luego de que una revuelta popular depuso del poder el año pasado al presidente Sánchez de Lozada y el Congreso proclamó presidente al entonces vicepresidente Mesa. En las últimas tres semanas se agudizaron las protestas de grupos indígenas y campesinos que reclaman la nacionalización de los hidrocarburos, el referendo autonómico y una Asamblea Constituyente, entre otros pedidos. Debido a la situación, el embajador de España en Bolivia, Francisco Montalbán, dijo ayer que esta legación diplomática cuenta con un mecanismo de evacuación de sus conciudadanos, pero consideró que por el momento no será activado. El Departamento de Estado de Estados Unidos autorizó la salida de Bolivia de los diplomáticos, sus familiares y del personal no imprescindible de su embajada, y advirtió a sus ciudadanos que eviten viajar a ese país. Por su parte, la OEA dijo ayer que se limitará a brindar "toda la cooperación" a las "legítimas autoridades" bolivianas. En el seno del organismo se produjo un fuerte intercambio entre representantes de Estados Unidos y Venezuela, debido a que los primeros continúan responsabilizando al presidente Hugo Chávez de gran parte de la violencia que tiene lugar en Bolivia. Ya son varios los países que se suman a la sospecha estadounidense de que Chávez financia y apoya al movimiento de Evo Morales.
El Ojo Digital Internacionales