Hijo de militar, muerto en incendio intencional

Un ingeniero agrónomo de la localidad entrerriana de Concordia -pero residente en Colón desde hacía 5 años-, murió a causa de un incendio que tuvo lugar en su propiedad de esa ciudad. El hecho tuvo lugar en la madrugada del lunes. Alejandro Morelli, de 43 años, se encontraba durmiendo en el departamento que alquilaba en calle Andrade al 600, cuando comenzó el incendio, según indicaron algunas fuentes, originado en el garage de la vivienda. Al llegar los bomberos, encontraron todo el departamento mayormente quemado y al señor Morelli tirado en la vereda, pero ya fallecido. Según las primeras pericias, el hombre se habría tirado por la ventana del primer piso pero ya había inhalado suficiente humo como para producirle la muerte. Bomberos establecería más tarde que el incendio fue intencional. La autopsia realizada dio como resultado que murió por asfixia y sus restos fueron trasladados a Concordia, ciudad de donde es oriunda su familia. Las conclusiones a las que llegaron los peritos expertos de la ciudad de Paraná dan cuenta de que el incendio se habría originado en el garage del departamento, precisamente en el automóvil de Morelli. En la cochera también se encontraba una moto de alta cilindrada. Tal fue el lugar de la primera explosión. La víctima era hijo era hijo del coronel Manuel Alejandro Morelli quien estuvo al frente de la Superintendencia de Seguridad Federal durante la última dictadura militar, y con cuyo nombre se bautizó al campo de polo El Paracao, sito en la capital provincial. Tal medida fue criticada por organismos de derechos humanos y ello motivó que el Presidente de la Nación, Néstor Kirchner, dispusiera el pase a “disponibilidad” y posterior pase a retiro del jefe de la Segunda Brigada de Caballería Blindada, general Juan Carlos Wellington, que había ejecutado esa iniciativa. Algunas fuentes, como el sitio web Seprin.com, destacan las insistencias de la familia al respecto de que el homicidio puede tener relación con una supuesta acción de grupos de ultraizquierda, ya que las investigaciones policiales no arrojan como resultado conflictos con terceros. La víctima no tenía problemas financieros, ni psicológicos, y ninguna de sus relaciones hace vislumbrar la posibilidad de un atentado.