Sin castigo para ATE y los personeros del paro en el Garrahan

La opinión pública cada vez da mayores muestras de furia y fastidio ante la actitud delincuencial de los empleados de ATE, que virtualmente han tomado las instalaciones del hospital Garrahan y amenazan a aquellos que se encuentran predispuestos a trabajar. La percepción reinante es que el Estado hace tiempo que ya no cuenta con los medios legales ni represivos para terminar con el conflicto que pone en riesgo la salud de un importante número de infantes. Pese a la advertencia de sanciones del Gobierno, los trabajadores no médicos del hospital de niños Juan P. Garrahan cumplían hoy un nuevo paro de tres días, en medio de la preocupación de los padres cuyos hijos necesitan de tratamientos e intervenciones urgentes. Mientras tanto, se profundizaron las diferencias entre la conducción de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y los delegados del centro de salud que responden a ese gremio. El delegado Gustavo Lerer -que ostenta varias causas penales, además de cobrar distintos sueldos por más de $3,000 mensuales- descargó la responsabilidad en el Ejecutivo por la medida de fuerza y sostuvo cínicamente que a este último "no le interesan los pacientes". "Quisimos dialogar y nos responden con persecución, nos califican de terroristas, nos acusan de un sabotaje", se quejó el sindicalista, quien afirmó insólitamente que "la clave del conflicto la tiene el Gobierno, nosotros postergamos la medida el viernes pero ellos no nos llamaron, están apostando al conflicto". Por su parte, el titular de ATE Ciudad de Buenos Aires, Pablo Micheli, renovó sus discrepancias con Lerer y se manifestó en contra de la realización del nuevo paro, que comenzó esta mañana en reclamo de un sueldo básico de 1800 pesos. "Está mal esto, tenemos una diferencia muy profunda con los delegados dentro del hospital. Era tiempo de conversar y discutir la posibilidad de suspender las medidas", indicó Micheli, urgido por expresar ante los medos su desacuerdo, dado que la sociedad percibe cada día con mayor claridad que las actitudes de ATE se acercan más al terrorismo que a un reclamo justo. Se supo que esta tarde Micheli citó a Lerer en la sede de ATE, sobre la avenida Belgrano, para que la cúpula del gremio estatal le explicite la situación que se encuentra el sindicato ante multas del Ministerio de Trabajo y el temor a una suspensión de la personería jurídica, personería que a estas alturas increíblemente el gremio continúa manteniendo. Ayer, el ministro de Salud, Ginés González García, advirtió -aunque en pasiva actitud- que podría "sancionar" a los huelguistas inclusive con la cesantía de sus funciones. Mientras tanto, hoy volvieron a postergarse algunas intervenciones quirúrgicas, entre ellas la de Abigail Milialonco, una beba de cinco meses que debe ser operada del cráneo. Si bien en ese centro asistencial argumentaron que la postergación fue por problemas "respiratorios" de la pequeña, los familiares encontraron relación a la protesta que se lleva a cabo en el hospital porteño. Un par de horas después trascendió que la chiquita había sido trasladada a otra clínica de la Capital Federla pero eso fue desmentido por médicos, quienes señalaron que la pequeña por precaución no podía ser trasladada. La chiquita oriunda de Río Negro, se convirtió en un símbolo de la problemática que se origina en los pacientes por la huelga del personal de ATE. El conejo de Administración, se informó que "en cuanto a las cirugías, debieron suspenderse 7 a causa del paro". "Además, no se están cumpliendo las dotaciones mínimas sobre todo en las áreas de inducción y recuperación", indicó el informe. A todo esto, la defensora del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires, Alicia Pierini, aprovechó la oportunidad para lucirse mediáticamente, y solicitó "la urgente intervención del Procurador General de la Nación, Esteban Righi", al argumentar que con la huelga se "viola la Convención sobre los Derechos del Niño". "Es necesario y urgente que el Estado garantice el cumplimiento de los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes", subrayó. A pesar de las reacciones que la demencial huelga de ATE viene suscitando, el hecho concreto es que ni la Justicia ni el Gobierno Nacional harán absolutamente nada para tomar cartas en el asunto. Precisamente, la Justicia continúa bajo el velo de control que ejerce la Administración Kirchner, y desde la llegada del actual Presidente, las órdenes fueron a todas luces, evitar chocar con sindicatos, gremialistas y piqueteros, ante la preocupación de que las encuestas de popularidad pudieran bajar como consecuencia de la exhibición de una actitud persecutoria por parte del poder central.