INTERNACIONALES: POCO FELIZ ACUSACION DE JORGE BUSTI A FUNCIONARIOS URUGUAYOS

La cuestión de las papeleras llega a incidente internacional

Los entrerrianos comienzan a conocer lo peor de su Gobernador, el oficialista Jorge Busti. El funcionario acusó a sus pares uruguayos de recibir "incentivos" por parte de las empresas extranjeras que lideran los emprendimientos, para poner en funcionamiento los proyectos de las papeleras. Inverosímiles intentos de desmentida por parte de Busti.

21 de Julio de 2010
La escalada en el roce diplomático con Uruguay por la instalación de papeleras frente a las costas de Entre Ríos ya se ha convertido en un incidente internacional, luego de que Uruguay llamara a consulta a su embajador en la Argentina. El canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, señaló que la situación generada por los dichos del gobernador entrerriano sobre supuestos "incentivos" que habrían influido en el gobierno de su país para facilitar la instalación de dos papeleras en la margen del río Uruguay, "no deteriora las relaciones entre los dos pueblos", aunque el episodio es seguido muy de cerca -y con furia- por el presidente uruguayo, Tabaré Vásquez. Si bien el domingo había llamado a consulta al embajador en Buenos Aires por el tema, Gargano explicó que en las últimas horas conversó en distintas oportunidades con su par Rafael Bielsa. Y dijo esperar que esos contactos lleven el diálogo "a buen puerto". La estrategia es desmentir las molestias existentes ante la prensa de los dos países, pero lo cierto es que tanto el presidente uruguayo como sus funcionarios se han mostrado furiosos por lo que constituyen declaraciones graves por parte del gobernador entrerriano. Por su parte, Busti también salió este lunes a moderar sus cuestionamientos hacia el gobierno uruguayo por la instalación de dos plantas de ceulosa en Fray Bentos, frente a la costa de Gualeguaychú, aunque sus intentos de desmentida no están teniendo éxito en los medios. Busti se está movilizando en forma desesperada para echar culpas a los uruguayos -en el sentido de que "malinterpretaron" sus dichos-, pero sólo cabe una interpretación a sus palabras : que funcionarios uruguayos cobraron "coimas" o sobornos para que se permita instalar a las papeleras. De todos modos, el episodio periodístico más triste lo ha aportado el periódico argentino "Clarín", que plantea una falsa dicotomía entre "contaminación o fuentes de trabajo", gentileza de la periodista Valeria Román. El periódico claramente está operando en pro de la posición del gobierno de Jorge Busti, al colaborar en la promoción de una idea aún no probada ni siquiera por los más enconados ambientalistas, al respecto de que los emprendimientos contaminarán el curso fluvial que comparten ambas naciones. Las palabras exactas de Busti fueron : "a lo mejor había algún incentivo para que el Uruguay aceptara las papeleras". La Cancillería uruguaya creyó ver en esas declaraciones una acusación de corrupción, y consideró los dichos como un "agravio". El conflicto por las papeleras sobre el río Uruguay se desató en mayo pasado debido a la autorización de Montevideo para que se instalen en esa costa dos fábricas, una española y otra finlandesa. Ese hecho generó la reacción inmediata de vecinos y organizaciones ecologistas, tanto argentinas como uruguayas, que denunciaron los daños que los contaminantes de esa industria podrían ocasionar en la zona. Pero el análisis que asoma más creíble es aquel que presenta un escenario de pedido de muy elevados retornos por parte de funcionarios del Gobierno de Entre Ríos a las empresas en cuestión, que en un principio tenían la intención de instalarse en la Argentina. Como consecuencia de no haber recibido las inversiones en pugna, Busti comenzó desde su provincia -y queriendo insertar al Presidente Néstor Kirchner en su vendetta- una campaña para atacar a las papeleras con la idea aún no probada de contaminación futura. A este respecto, los embajadores de los países con mayores inversiones en la Argentina -entre ellos los de Estados Unidos y Francia-, se han quejado a sus respectivos países debido a que las empresas de esas naciones le son requeridos elevadísimos retornos para generar proyectos de inversión en el país. Concretamente, algunos empresarios extranjeros destacan que los funcionarios argentinos ya ni siquiera se conforman con el denominado "porcentaje", sino que además aspiran a obtener una porción del negocio de la empresa inversora, a modo de "socio sin riesgo". La otra modalidad es la de permitir las inversiones -retorno mediante-, pero a la vez obligar a las empresas foráneas a comprometerse a hacer negocios con empresas argentinas "amigas" de políticos locales.
El Ojo Digital Internacionales