Guillermo Moreno, Secretario de Comercio, suma más denuncias por amenazas. El fracaso en el control artificial de la inflación. Felisa Miceli, ¿cerca de la renuncia? Los aumentos que vendrán luego de las elecciones de octubre
El control de precios implementado artificialmente por el Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, ya ha fracasado y las pruebas están a la vista. Moreno sigue acumulando denuncias por amenazas y ya es investigado por la Justicia. Mientras tanto, el sitio web Seprin.com ha sugerido que la Ministra de Economía, Felisa Miceli, camina por la cornisa y el Gobierno analiza su remoción.
21 de Julio de 2010
La noticia de la semana involucra a dos funcionarios de peso en la Administración Kirchner.
El Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, se vio involucrado en un grave episodio cuando, recientemente, y en una reunión privada, amenazó abiertamente a Marcelo Rossi, quien ahora es ex funcionario del área de Agricultura. Rossi se desempeñaba en el ONCCA, organismo que tiene importante margen de decisión sobre las políticas oficiales relacionadas con las operaciones de exportación de productos cárnicos, entre otros sectores del agro.
En pocas palabras, Rossi le expresó su desacuerdo al Secretario de Comercio al respecto de la política de presiones que Moreno aadministra desde su despacho. Ante la negativa del ex funcionario de ONCCA a aplicar los métodos de extorsión y amenaza a los distintos sectores involucrados en el agro y la ganadería -con el objeto de que empujen los precios de sus productos hacia abajo y así aplanar artificialmente el incremento de precios de las carnes-, todo derivó en una conversación de tinte mafioso cuando Moreno disparó : "estás en un quilombo", para terminar su sentencia con una abierta amenaza : "ojalá que no te pase nada".
Marcelo Rossi reaccionó con vehemencia, presentando su renuncia. Los detalles de la discusión fueron revelados con precisión por el matutino Ambito Financiero, y -en una ya clásica operación desinformativa-, minimizados por el Diario Clarín, de obvia cercanía con la Administración Kirchner.
Los más importantes sectores industriales de la Argentina ya han debido soportar las presiones y abiertas amenazas del Secretario de Comercio, conocido por sus gestos ampulosos y desesperados a la hora de controlar de la forma más ortodoxa los incrementos de precios que vienen haciendo añicos los bolsillos de los argentinos.
Son tiempos difíciles para Moreno, quien ya ha sido denunciado por los sectores del agro y la ganadería en la Argentina -tradicionalmente los más combativos-, y ahora por un ex funcionario del Gobierno, nada menos.
Pero, ¿cuál es el origen del comportamiento cuasimafioso del Secretario de Comercio? Muy sencillo : la desesperación por ocultar los verdaderos índices de inflación que el INDEC comenzaba a exhibir en sus relevamientos. De aquí que surgiera el conflicto con el organismo técnico, y que, por propia iniciativa -pues no se sabe hasta qué punto fue el propio Presidente quien lo presionó para que actúe en este sentido- intentara politizar en favor del oficialismo.
El trasfondo del comportamiento del polémico funcionario no es otro que la necesidad de tapar el sol con las manos, como se dice vulgarmente. Los incrementos de precios en todos los sectores productivos amenazan con hacer trastabillar las expectativas electorales del Presidente y sus aliados nacionales. El Gobierno Nacional no permitirá que el asunto explote en plena campaña electoral, pero el tema no solo comienza a escaparse de control, sino que es la propia Administración la que ha contribuído al descontrol. Los precios sufren incrementos groseros -especialmente en el rubro alimentario- de una semana a otra, y esto es comprobado por los consumidores cada vez que se dirigen a super e hipermercados y almacenes cada fin de semana para hacer la tan temida "compra del mes". Cada visita a cualquier centro de consumo arroja un costo cada vez más elevado para la misma cantidad de productos y esto es ya inocultable. A la debacle inflacionaria en el rubro alimentario -donde la carne es el producto que más aumentos viene exhibiendo-, se suman los incrementos del 1% promedio en el rubro automotor, y la posibilidad latente pero firme de que, finalmente, los precios de las naftas y el GNC se produzcan.
De hecho, y a pesar de las presiones que han partido del gobierno, no podrán evitar subas de precios importantes en los servicios como luz, gas, agua y electricidad. Petrobrás y RepSol YPF empujarán los precios de naftas y GNC, y los ejercicios de pricing -precios y costos- ya han sido realizados : los incrementos en el rubro de los combustibles en ningún caso bajarán del 10%, y podrían llegar hasta el 15% sin titubeo. Ni qué decir del gas natural, cuyo precio final ha sido mantenido hasta lo imposible; pero de este subproducto se esperan aumentos más importantes que en su momento fueron frenados -también artificialmente- por el Presidente y su polémico funcionario de la Secretaría de Comercio.
Pero la presente, lejos de ser una afirmación política, no involucra un ataque directo a las políticas oficiales. Los incrementos de precios finales de productos y servicios llegarán luego de las elecciones, sin importar quién sea el triunfador en los comicios. La actividad productiva toda necesita de los incrementos para seguir subsistiendo, y para hacer frente a la interminable oleada de pedidos de aumentos de salarios. En el caso de la industria petrolera, y si tales incrementos no se produjeran con la rapidez que se necesita, continuaremos asistiendo al cierre de estaciones de servicio y a la paralización absoluta de la exploración -que ya se vislumbra con claridad-.
El candidato que logre quedarse con el sillón de Rivadavia deberá ceder, le guste o no, a la demanda generalizada de incrementos. Para citar un ejemplo, el presidente del gobierno español, Zapatero, ya le ha dejado muy en claro al primer mandatario argentino que los incrementos que solicita Repsol serán impostergables para más allá de octubre. En este escenario, Néstor Kirchner se ha manejado con toda la virulencia posible para contenerlos, dado que cualquier movida en los precios de las naftas comprometería su situación de cara a las elecciones. En Balcarce 50 se sabe muy bien lo que sucederá si los precios de las naftas llegaran a incrementarse : toda la cadena productiva del país se vería arrastrada en una nueva espiral inflacionaria que ya no podría contenerse. Pero este es el precio que los argentinos deberán pagar por la desidia de sus dirigentes, que ni siquiera se acercaron a una política seria en materia de precios. En un país con las inversiones paralizadas, con sus empresas al límite de su capacidad instalada, una justicia laboral que premia a gremios y a trabajadores con suculentas indemnizaciones y premios por juicios -y, por si esto fuera poco, con más aumentos de salarios-, la estructura de costos se derrumba. En última instancia, el crecimiento económico del que tanto alardea el Presidente, termina siendo una fantasía, un extracto de los capítulos más oscuros de la Dimensión Desconocida.
Por otro lado, recientemente comenzó a circular el fuerte rumor de que la Ministra de Economía, Felisa Miceli, estaría cerca de su remoción de la presente Administración. Esto ocurriría en virtud del sospechoso rol de la ministra en relación al caso Greco. Además, en el tire y afloje permanente que se da entre los distintos funcionarios del gobierno, Miceli comenzó a quedarse sin aliados -entre los cuales le quedaría el todopoderoso Julio de Vido-, y ya hay ministros que piden su cabeza, a modo de chivo expiatorio por la crisis inflacionaria. La novedad fue publicada el martes pasado por el sitio web Seprin.com, alertado por sus fuentes dentro del propio gobierno de Néstor Kirchner. Los enemigos del ministro de Vido han conformado una suerte de avanzada para destronara Miceli, a los efectos de golpear por elevación al Ministro de Planificación. Por si esto fuera poco, de Vido se encuentra en una batalla permanente con el ultradenunciado Secretario de Transporte, Guillermo Moreno, quien, de acuerdo al organigrama, sería su subordinado pero en realidad se conduce en forma autónoma. Jaime acumula ya más de una docena de causas en la Justicia por corrupción y manejo indebido de fondos, mientras que Julio de Vido ha sido señalado como el "cajero" de la Administración Kirchner por Elisa Carrió, quien en su momento presentó las pruebas correspondientes en el Congreso de la Nación. Congreso que, obviamente, hizo oídos sordos a su planteo, dado que de momento se encuentra a sueldo de la Rosada, como ha sucedido siempre con el poder de turno.
En definitiva, las guerras intestinas que se desenvuelven en el gobierno se deben, de acuerdo a fuentes y entendidos, a 2 motivos : a) la necesidad permanente de congraciarse con el favor presidencial, y b) a aprovechar las oportunidades que el Estado ofrece para el enriquecimiento personal.
El sector industrial, mientras tanto, se ha hecho eco de idénticos métodos cuestionables a la hora de dirigir los negocios, por un lado, por propia conveniencia y para no dejar de existir o para no perder mercados, y por otra parte, porque no tiene opción alguna para denunciar la eterna cuestión de las coimas y retornos que les son solicitados desde altas esferas. Recurrir a la Justicia para denunciar estos hechos no es otra cosa que de una elevada ingenuidad y equivale a jugar a la ruleta rusa con el revólver todo cargado.
En cualquier caso, los incrementos de precios y servicios, de quedarse el Presidente Néstor Kirchner con otro período presidencial, tal vez no se produzcan un día después de finalizados los comicios. La necesidad de cubrir las apariencias podría trasladarlos a una época más "segura", como podría serlo marzo o comienzos de abril de 2008.
El Ojo Digital Política