POR GUILLERMO CHERASHNY: POLITICA

Perfil de Adrián Félix López, testigo principal del affaire Skanska

Adrián López, especialista en defensa personal, tiene en sus manos al ministro De Vido y a numerosos empresarios vinculados a la construcción de obra pública y energía.

21 de Julio de 2010
Adrián Félix López -ex presidente de Infiniti Group y Calibán- tiene 47 años y cursó el Liceo Militar formando parte de la promoción 38 del Liceo General San Martín. De haber continuado en el Liceo, López hubiera pertenecido a la promoción 109. Sus compañeros son hoy coroneles de primer año. López, por otra parte, es especialista en defensa personal. Dos años atrás, en ocasión de que dos "motochorros" le sustrajeron su reloj de pulsera Cartier, demolió a trompadas al primero y, al aproximarse el segundo, logró también reducirlo, además de quebrarle un brazo. Todo esto sucedió en pleno cruce entre Juncal y Av. del Libertador, en el barrio porteño de Retiro. Al poco tiempo se hizo presente la policía, y al ser llevados a la comisaría N° 15, sita en Suipacha y Sargento Cabral, el comisario a cargo lo inquirió : "Si los cagaste a trompadas, ¿para qué les rompés el brazo?". López, sin inmutarse, le contestó : "Para que no robe más". Este hombre sabe que es el "Sarlenga" del kirchnerismo, en referencia al ex titular de Fabricaciones Militares en tiempos del menemismo. Sarlenga, con su confesión, desbarató el operativo de venta de armas a Croacia y Ecuador. En su declaración testimonial de cuatro días seguidos, López solo se ocupó de mencionar el pequeño detalle de que las facturas truchas encubrían el pago de una coima que iba a parar, nada menos, a manos de Julio De Vido, Ministro de Planificación de la Administración Kirchner. Luego tuvieron lugar numerosos ofrecimientos miserables, a los efectos de obtener su libertad y para que se fuera vivir al exterior junto con su hijo, por unos pocos miles de dólares. El hombre -que tiene en su cabeza la matriz de la corrupción kirchnerista- está sólo y espera para decir todo lo que sabe. El problema es que corre un riesgo concreto de ser asesinado. El pabellón de contraventores de Viamonte y Cerrito -creado por el Código de Convivencia capitalino-, luego reformado por la mayoría macrista, sólo tiene uno o dos presos por día. Pocos saben que el hombre que tiene la llave del futuro de la pareja presidencial está ahora furioso, y que tiene a su familia en la miseria.
Por Guillermo Cherashny, Brokersdata.tv