POLITICA: DISCURSO FALLIDO DEL JEFE DE GABINETE

Skanska : fracaso rotundo de Alberto Fernández en el Congreso, quien comprometió a Jorge Telerman. La oposición se retira del recinto. La audiencia, una simple puesta en escena del kirchnerismo

La audiencia del ministro ex menemista Alberto Fernández concluyó en una burla que reveló, finalmente, lo que en definitiva es el Congreso de la Nación de la actualidad, a los ojos de la opinión pública : un teatro donde se representan obras de ficción. El jefe de Gabinete arregló con los legisladores kirchneristas un cuestionario preparado y risible, en donde ni siquiera respondió en profundidad. La oposición se retiró del recinto. Gruesa ofensiva de Fernández contra Roberto Lavagna, Elisa Carrió y el Jefe de Gobierno.

21 de Julio de 2010
Cualquiera que observó por televisión el "debate" que el impresentable ministro Alberto Fernández protagonizó en el Congreso, se hubiera dado cuenta de que el funcionario mentía. Fernández recurrió innumerables veces al recurso de gesticular con sus manos, como si se las lavara con un jabón invisible. Su forma de vocalizar y de levantar la vista dejó en claro que el ministro trataba de ganar tiempo. Y es que la puesta en escena ya se había convenido entre los diputados kirchneristas a sueldo, esos que levantan la mano en forma automática para apoyar los proyectos del Ejecutivo. Para que el agudo lector comprenda, el Congreso de la Nación funcionó desde siempre bajo este sistema. En tiempos de Carlos Menem, cada voto se pagaba a US$100,000. Hoy por hoy, los precios se han pesificado, pero eso en nada implica que hayan bajado. Mucho de esto saben Balestrini, Yoma, Alassino, Pichetto y demás cuestionables figuras. Lo mismo podría confirmar, desde la tumba, "Chacho" Jaroslavsky. El lector también debe comprender que, toda vez que un diputado o senador juegan a la "figurita difícil", en el lenguaje de la política significa "quiero más dinero del que me están ofreciendo". La democracia argentina no puede detener la insaciable hambruna de quienes representan al pueblo. Estos personajes parasitarios del sistema ya no se conforman con los $15 mil mensuales -en blanco- que cobran en la mano, ni con sus ejércitos de empleados ñoquis a disposición. El vampiro -ese interesantísimo ejemplar del mundo animal- necesita ingerir, en forma de sangre, dos veces el peso de su propio cuerpo para no morir. Si uno de ellos no ha ingerido su cuota diaria, otros más se acercarán para asistirlo y evitar su deceso. ¿Coincidencias con el sistema político argentino que hoy rige el kirchnerismo? Este sistema es idéntico al que salvó a Alberto Fernández ayer y al impresentable y ex prófugo Aníbal Fernández, cuando alguna vez debió rendir cuentas por el sensible tema de la falta de seguridad. Pero lo de Alberto fue todavía más vergonzoso. Legisladores de la oposición ya tenían la "data" al respecto de que todo estaba organizado en forma de charada, entre el ministro y los legisladores oficialistas que se compran con los recursos aportados por los contribuyentes. Los opositores querían preguntar a Fernández sobre los casos Greco, Skanska, la manipulación del INDEC y la protesta de los docentes en las provincias, particularmente en Santa Cruz. Cualquier agudo lector habrá observado que el propio Presidente Néstor Carlos Kirchner dejó de insistir en sus ataques a Sobisch, Gobernador del Neuquén. Dejó de atacarlo, sencillamente porque, a la larga, esas armas podrían volverse en contra de la mismísima Casa Rosada. Porque lo cierto es que el conflicto docente es peor en Santa Cruz que en la provincia del gobernador opositor. Santa Cruz es una auténtica dictadura, implantada en el corazón de la Patagonia. Pero hay que reconocer que el Presidente tiene razón cuando destaca los altos salarios de los docentes. El gremio docente ya tiene demasiado de anarquista y de político, y muy escasa relación con la docencia. Cambiar la dictadura piquetera del pasado reciente por una dictadura de los docentes sería mal negocio para el país. Sin dudas. Alberto Fernández fue al Congreso de la Nación, presa de un evidente nerviosismo, solo parcialmente tranquilo pues las preguntas que se le realizaran no involucrarían demasiado peligro. Pero lo concreto es que el oficialismo kirchnerista no tiene respuesta alguna para los desaguisados de Skanska y Grecco, porque los funcionarios del Presidente están seriamente comprometidos en demasiadas cuestiones espinosas. De hecho, la opinión pública nacional hace rato ha comenzado a percibir la corrupción que los medios aún no se animan a referir, pues no pueden perder los dineros de la publicidad oficial. La verdad acerca de estas cuestiones no se pueden leer, por ejemplo, en el diario Clarín, primer beneficiado del supermercado kirchnerista de la libertad de expresión. Ya ve la ciudadanía que Julio de Vido está metido de lleno en innumerables ejemplos de retornos que se solicitan a las empresas privadas en el ámbito de la obra pública. Sabe la opinión pública que Ricardo Jaime, Secretario de Transporte, tiene más de una docena de causas abiertas en la Justicia por malversación de fondos públicos. Dineros que pertenece a Ud. y a quien esto escribe. A pesar de ello, Ricardo Jaime ya ha dicho con impunidad, que "el Presidente puede pedirme cualquier cosa, excepto la renuncia". Señor Presidente, ¿tiene Usted menos poder que su Secretario? ¿Por qué Jaime disparó esa frase con tanta desvergüenza? ¿Sabe él algo que la opinión pública desconoce? Saben también los argentinos que Aníbal Fernández es el Ministro de Inseguridad de la Nación. Fernández es un individuo que habla de cualquier tema, menos de cómo mejorar la seguridad, cuestión en la que ya ha fracasado. A Guillermo Moreno solo le falta sentarse a la mesa y poner un revolver a la vista, para amenazar al empresariado argentino, que por si esto fuera poco, es rehén de personajes bizarros como Hugo Moyano y su destructiva prole. Recuerda la opinión pública al piquetero Luis D Elía, quien cobraba más de $15 mil mensuales -nuevamente, dinero de los propios argentinos- para atacar a automovilistas y saquear comisarías. Hoy por hoy, lo que pocos saben es que D Elía continúa movilizándose como funcionario del gobierno argentino, y esto se vio en la visita reciente a la República Islámica de Irán, cuyos líderes jamás reciben en visita oficial a individuos que no están respaldados por otro gobierno. Cuando la guerra contra Irán comience, la postura kirchnerista pro Chávez y pro iraní sufrirá la ira del mundo occidental que comienza en Washington. No falta mucho para que los argentinos comiencen a hacer de villanos en las películas de Hollywood, al lado de los "malos" tradicionales de Al Qaeda y dictadores venezolanos de poca monta de lengua suelta. Ese día será en que los argentinos deberán pagar un alto precio por los errores garrafales de las políticas de su presidente. En definitiva, la ciudadanía ya se ha percatado de los altos niveles de corrupción en el gobierno del Presidente Néstor Kirchner. La duda al respecto de si las instrucciones provienen de la propia Casa Rosada ya se han disipado. Ningún funcionario de los mencionados hubiera hecho nada sin la autorización de su "carismático" líder. La afirmación de Alberto Fernández al respecto de que "la oposición quiere hacer ver a este gobierno como corrupto", solo amerita una violenta carcajada. Señor Fernández, Ud. llegó tarde : la gente ya cree en la corruptela de su gobierno. Demasiada compra de medios. Hartos casos de compra de encuestas de opinión. Presiones y amenazas a la prensa. Compra indiscriminada de votos en cada elección, mediante entrega de electrodomésticos. ¿Hace falta más? Y sin embargo, la desvergüenza pudo más. Fernández se despachó abiertamente contra Jorge Telerman, el candidato a Jefe de Gobierno odiado por él desde las primeras batallas en la Capital Federal. Destacó el ministro que el gobierno porteño se manejó con facturas apócrifas relacionadas con publicidad. La operación involucra una factura de medio millón de pesos encargada por el Gobierno de la Ciudad a través de la empresa Soul Group. Lo concreto es que Jorge Telerman deberá dar ahora una respuesta por este tema, y no nos referimos a las pobres excusas que dio hasta ahora, tachando de "delirio" el comentario de Fernández. La bronca de Fernández contra Telerman no proviene solamente de las órdenes de ataque dadas por Kirchner en pago de la alianza de Carrió con el "afrancesado" Jefe de Gobierno. La pelea viene desde tiempos inmemoriales en que Alberto Fernández, en una ensoñación ridícula, imaginó que podía llegar a ser intendente de la Capital Federal. Más bizarro era el sueño, si se recuerda que el impresentable y corruptísimo titular de SUTERH, Víctor Santa María, apoyaba la iniciativa. En definitiva, Fernández ataca a Telerman porque su jefe se lo pidió y porque le envidia el puesto. La otra razón es que, dada la evidente falta de argumentos de parte de funcionarios del gobierno para defenderse de las acusaciones de corrupción, es necesario pasar al ataque, utilizando el mecanismo de propaganza nazi o goebbeliano, a estas alturas, un clásico del kirchnerismo : atacar al emisor del mensaje, no comentar sobre el mensaje mismo. Por eso el cartucho de dinamita ha cambiado de manos, para caer en manos de Jorge Telerman. Fernández logra concentrar la atención en otro punto, que no es ya el gobierno. Cámaras de TV, fotógrafos y reporteros rodean al actual Jefe de Gobierno porteño. ¿Podrá defenderse? No puede. Porque el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es una suerte de biombo que intenta ocultar las travesuras menos elegantes de la política. El pacto de silencio entre dirigentes se ha quebrado, sugiere inteligentemente Ambito Financiero el día jueves. Alberto Fernández sabe que Telerman no le puede responder con virulencia verbal. Por eso Telerman está predestinado a perder este round. ¿Afectará este golpe al actual intendente en las encuestas? Es muy probable. Después de todo, el objetivo era quitar más puntos al afrancesado y remitirlos al signo de pregunta y simil Chirolita, Daniel Filmus. Pero a pesar de esta movida, Filmus no llegará a segunda vuelta. Comienza a insinuarse entonces el "Plan B" del Presidente Néstor Kirchner : si todo sale mal, destruir a Telerman y darle el empujoncito a Mauricio Macri para que gane. Luego, acosar al presidente de Boca para que largue y se presente contra él en las presidenciales de octubre. Poner luego todo el dinero de las arcas públicas y vencerlo. Ganarle a "la derecha". Se debe reconocer al Presidente que piensa a futuro. El problema es que, en el presente, tiene los pies enterrados en el barro. Pero la ofensiva del jefe de Gabinete estuvo lejos de terminara allí. Disparó luego contra el candidato presidencial -y, debemos añadir, sin futuro- Roberto Lavagna. Destacó el ministro que su equipo en el Ministerio de Economía alentó la realización de pagos al grupo Greco y que, indirectamente, sembró el camino para que el Estado abonara la demencial cifra de más de $300 millones para el grupo empresario. Con respecto al caso Skanska, desautorizó las declaraciones del testigo Adrián López con el pobre argumento de que es la única persona que habla de retornos y corrupción estatal. Fernández se llenó la boca de las idénticas palabras del Presidente, al respecto de que el episodio correspondía a un "arreglo entre privados". ¿Su justificación? Que el dinero de las "coimas" salio de un fondo fiduciario privado. Un comentario que se traduce en una obviedad infantil pues, en tiempos del kirchnerismo, cualquier empresa que desee participar de un negocio tiene que pagar retornos... con su propio dinero. Por otro lado, y si bien el funcionario arremetió contra TGN y la propia Skanska, sería imposible que el ente regulador -Enargas- no estuviera al tanto de las operaciones ilícitas. Finalmente, la defensa de Fernández fue paupérrima de principio a fin. Pocos lo querrían de abogado defensor en un juicio en el que uno se juega la vida. Analizando limpiamente la estrategia comunicativa del ministro, esta resalta como puramente electoralista. Hubo reparto de agresiones contra las personas de Elisa Carrió, Jorge Telerman y Roberto Lavagna. Todos los mencionados deberán ahora, examinar sus pasos y ejercitar una férrea defensa. Como conclusión no deseada, el episodio podría adjudicar un par de puntos más de intención de voto a Mauricio Macri, quien -solo por ahora- ha salido indemne de estas peleas familiares. Pero la conclusión sobre el tema del día no puede llegar a otro puerto que concluir que la presentación del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, ha sido un verdadero insulto a las instituciones y a la ciudadanía. Todo se arregló para no comprometer -y ni siquiera, ruborizar- al funcionario kirchnerista a cargo del control de medios. Detrás de la mirada atenta de Fernández está el recordatorio permanente para los diputados oficialistas, al respecto de quién les paga el sueldo y los "extras". La misma historia de siempre, con otros protagonistas.
El Ojo Digital Política