Marcelo Tinelli la emprende contra Alberto Fernández, calificándolo como "el López Rega" del gobierno

Hay la percepción de que los funcionarios del Presidente Néstor Carlos Kirchner se manejan con una evidente improvisación. Sucede que no es la mejor idea para un gobierno argentino emprenderla contra figuras públicas que, aunque criticables, tienen una influencia notoria en cierta porción importante de la opinión pública. En su patético discurso ante el Congreso de la Nación, el ministro Alberto Fernández involucró a Marcelo Tinelli en la oscura trama de corrupción y facturas apócrifas del mundo de Skanska. Y la respuesta no se hizo esperar : el conductor comparó a Fernández con López Rega, en una suerte de nueva escalada de la que no solo no escapan los políticos, sino que donde tampoco se salvan figuras prominentes del espectáculo. El problema es que, de acuerdo a la investigación que sigue el letrado Javier López Biscayart, el nombre de Ideas del Sur -compañía administrada por el grupo empresario de Tinelli- apareció como proveedora de publicidad del gobierno porteño. Tinelli no solo criticó con dureza al ministro, sino que exigió, además, una disculpa pública a su persona y al Presidente Néstor Kirchner. Y en verdad que es un mal negocio para el gobierno atacar a la figura de Tinelli. El conductor es uno de los reyes de los ratings de la tevé argentina y, en una nación tan escasa de ideas como la nuestra, alguien como él podría, simplemente, sugerir desde sus programas que el presente gobierno no es digno de su confianza. Y el impacto de semejante declaración no debería minimizarse. Una cosa está clara : el Presidente no pedirá las disculpas del caso, por más que, en una reunión previa, haya autorizado a su ladero a nombrar a la empresa de Tinelli como una de las participantes en la red de corrupción de facturas ilegítimas de Skanska. Con total seguridad, Kirchner mandará a Fernández a bajar la cabeza y recibir el golpe, del mismo modo en que lo hizo cuando su ministro criticó a la desagradable cumbia villera. En aquella ocasión, y tras la visita del patético presentador "La Tota" Santillán a la Casa Rosada, Fernández debió salir a disculparse. "Me gusta la cumbia villera", dispararía luego el primer mandatario. Una frase que explica con claridad fulminante el estado de la debacle intelectual en la Argentina. Imagínese el lector al Presidente George Bush saliendo ante los medios para refrendar su gusto por el hip hop y el rap con sus coros que invitan a la matanza de policías y al consumo irrefrenable de drogas. Lo mismo que la cumbia villera vernácula. Con todo, el gobierno le dio letra a la voluminosa Elisa Carrió para que dispare su latiguillo de la desesperación oficial con la que la Administración intenta despegarse de las propias responsabilidades. Porque, verdaderamente, involucrar a Tinelli tiene mucho de movida desesperada. Circula en la radio pasillo de la política que, en un próximo gobierno no kirchnerista -fuera aquel de Mauricio Macri o de la propia Carrió, e incluso Lavagna- que tanto Aníbal como Alberto Fernández serán los primeros en ir presos, dado que la información acumulada frente a lo incontable de los casos de corrupción en que ambos fueron y son protagonistas. Del mismo modo en que hoy Fernando de la Rúa, Isabel Perón y en su momento María Julia Alsogaray sufren las investigaciones y el acoso de la Justicia, los Fernández son los primeros candidatos a desfilar por los tribunales argentinos. La presente noticia no hace más que agregar más leña al fuego de los impresentabilísimos "caniches" del Presidente Néstor Kirchner. Y hay otro escenario por el que se puede apostar grandes sumas : el propio Presidente no protegerá a sus ex funcionarios caídos en desgracia. Habrá que ver si él mismo logra salvarse. Lo mejor será que ganen todas las elecciones de aquí hasta sus últimos días...