Elecciones en España : victoria del Partido Popular de Mariano Rajoy, y con buenos pronósticos para las generales
Todas las señales parecen indicar que la sociedad española ha comenzado a expresar su rechazo por la tarea de Rodríguez Zapatero. El trato demasiado benévolo para con ETA y un estilo que adolece de extrema pasividad han precipitado la debacle electoral, al tiempo que el Partido Popular de Mariano Rajoy ya se proyecta como futuro gobierno en España. Impecable artículo en la pluma de Victoria Prego, de El Mundo.
21 de Julio de 2010
Todos contentos, todos frustrados
Vayamos por partes, porque en los próximos días cada partido deberá hacer su examen privado de lo que ha logrado y de lo que no ha podido conseguir. Y es muy probable que entre lo que dicen a los ciudadanos en la noche electoral y lo que se examine en los despachos con más calma haya diferencias notables.
Por lo que se refiere al PP. Ha ganado las municipales por un margen estrecho, pero más amplio que el que obtuvo el PSOE en las de 2003. Y estos 155.000 votos de diferencia, sumandos a los 125.000 que los socialistas han dejado de ganarles a los populares suman casi 300.000. Y esos ya sí que son palabras mayores.
Lo de Madrid ha sido para el Partido Popular una inyección de fuerza y de optimismo. Y ha sido también el empuje que le ha permitido contabilizar su victoria sobre el PSOE en las elecciones municipales de toda España.
No ha perdido en respaldo popular de manera catastrófica en ningún sitio. Es decir, descalabro no se registra a estas horas en ninguna ciudad ni comunidad de las que ayer celebraron elecciones. Al contrario, ha logrado grandes y muy meritorios avances en ciudades difíciles para el partido, como Sevilla y Córdoba, y ha mantenido muy bien sus posiciones en lugares en los que, a pesar de todo, va a perder el poder, como es el caso de Vigo o de Orense.
De modo que por ahí, buen balance y una posición sostenida en lo que se refiere a votos.
Con una salvedad: el País Vasco. Ahí el PP ha perdido posiciones de manera generalizada y eso puede anunciar la inclinación de la sociedad vasca hacia la aceptación de esta política socialista de pactos y componendas con Batasuna disfrazada de ANV.
El problema es que, habiendo mantenido la posición, va a perder el poder porque no tiene ya la mayoría absoluta, única condición en la que el PP se puede plantear gobernar en España. No es pequeña la limitación, desde luego.
Y perder el poder es perder las elecciones. Por lo menos en la memoria de la opinión pública. Si la cara del alcalde cambia, si quien preside la comunidad es otro, esos serán los ganadores.
Así es nuestro país y así ha sido siempre.
Sebastián y Simancas, tras conocer los resultados. (Foto: EFE)
Sebastián y Simancas, tras conocer los resultados. (Foto: EFE)
De modo que se queda en gana-pierde. Con la salvedad de Madrid que, es verdad que puede significar una cierta locomotora a la hora de hacer extrapolaciones hacia las generales. Pero eso es una hipótesis.
El Partido Socialista no ha logrado espectaculares resultados en ningún sitio. Se mantiene más o menos como estaba. Es decir, no triunfa pero tiene por delante días dulces. No deben ignorar en sus análisis internos el hecho de que, estando en el Gobierno de España, no han podido sacarle rentabilidad a ese liderazgo nacional. De manera que no son resultados brillantes ni mucho menos. Pero...
Pero van a gobernar porque la pérdida de la mayoría absoluta del PP les abre la puerta a infinidad de alcaldías, de la mano de una Izquierda Unida que ha perdido alrededor de 170.000 votos en toda España pero que, maravilla de las maravillas de nuestro sistema electoral, tiene la posibilidad de cerrar pactos con el PSOE y alzarse con la victoria que supone sentarse en el sillón del alcalde.
Ese pacto va a funcionar de manera automática, y con cierta facilidad se van a cerrar pactos en otros municipios con los pequeños partidos nacionalistas.
Resultado final: el PSOE va a quedar bien, muy bien, ante su electorado.
Debe, sin embargo, analizar con cuidado los apoyos recibidos y el significado a largo plazo de su no despegue electoral. Pero ya se puede quedar tranquilo Pepe Blanco que, quitando Madrid, que ha sido una tragedia, la impresión general va a ser que el PSOE avanza.
Que la izquierda, en general, avanza.
Esto ya pasó en 1979, cuando las elecciones las ganó UCD pero dio lo mismo porque PSOE y el que entonces era Partido Comunista sellaron un pacto y tuvieron miles de alcaldes. Aquello se consideró la primera victoria de la izquierda en la reciente democracia. Esto es así y no vale disfrazarlo de otra manera.
De modo que todos contentos en la sede de Ferraz.
Lo de Madrid es demasiado evidente como para insistir en ello. Brillantísimo resultado de Aguirre-Gallardón.
Batacazo humillante de Simancas-Sebastián. Y desairada posición de Rodríguez Zapatero, que se empeñó personalmente en organizar la candidatura socialista a la alcaldía. No lo hubiera hecho.
Queda Navarra, que va a ser un problema para todos. Para UPN que ha perdido la mayoría absoluta y queda por tanto fuera del gobierno. Para el PSOE de Navarra, que si intenta gobernar lo va a tener que hacer en minoría, siempre cogido por el cuello por la coalición Nafarroa Bai, que ha obtenido un resultado excelente. Y también para el PSOE nacional porque todo lo que ocurra en Navarra le va a ser anotado en su cuenta con vistas a las elecciones generales.
Quien gobierne Navarra hoy tiene un marrón de los de reglamento.
Y, por último, en términos generales, este país está partido en dos en términos ideológicos. Esto ya lo sabíamos pero lo digo porque la pretensión de que un lado se imponga al otro es bastante estúpida, además de inútil.
No era casualidad la decisión adoptada en la Transición de buscar la concordia y el pacto por encima de todo. Es que en España no hay otro camino. No lo hay.
El que busque otra cosa se estrellará contra los hechos.
Ayer lo vimos. Otra vez.
Victoria Prego, ElMundo.es