SOCIEDAD: CRISIS ENERGETICA

El fantasma de Raúl Alfonsín : oscuro panorama energético e inflacionario presagia un duro 2008. La oposición rechaza competir por la Presidencia en octubre

Los desmanejos de la Administración Kirchner para con la economía y la crisis energética han sumido al país en una suerte de nostalgia alfonsinista de los años ochenta, aunque los medios se empeñenen en ocultar la realidad. Y ya es oficial : las petroleras no invertirán más en exploración ni desarrollo de los sistemas de distribución. El año que viene será catastrófico para millones de argentinos.

21 de Julio de 2010
Transcurrieron exactamente dos años desde la asunción del Presidente Néstor Kirchner hasta el momento en que, dos veranos atrás, se hizo presente la crisis energética, ventilada en el evidentísimo colapso de demanda de electricidad, motivado por el insoportable calor. El encendido inmediato de cientos de miles de equipos de aire acondicionado terminó por disparar la demanda a niveles históricos. Fue recién en ese momento -con dos años de demora- que Julio de Vido y los responsables de energía iniciaron la senda desinformativa frente al panorama negro de la crisis : "no existe crisis energética", dijeron. Las declaraciones fueron reproducidas por los medios y periódicos de la talla de Diario Clarín refrendaron y confirmaron las palabras de funcionarios, al respecto de la sospecha de que la sola mención de crisis energética era "mentira" e "intento de desestabilización". Más o menos, la misma técnica utilizada por Felipe Solá y León Arslanian cuando en provinci de Buenos Aires se habla de su ineptitud frente a la inseguridad. Tapar el sol con las manos, que le dicen. La Argentina de hoy se acuerda bien de Raúl Alfonsín, el ex presidente argentino quien, para muchos, ha sido el peor presidente de la historia argentina. Por aquellas épocas, los cortes programados de energía de ocho horas de duración eran el último recurso de que disponía el gobierno. Y, como bien sabemos, debió ser utilizado, a los efectos de no perjudicar la producción industrial a nivel nacional. No pocos reparan en el hecho de que, en la Argentina actual de Néstor Kirchner, la situación es exactamente igual. Con la diferencia de que, en este tiempo, el Presidente ha decidido cortar primero la electricidad y el gas a las industrias, porque si los cortes llegaran a los clientes residenciales -conmovidos ya por los aumentos de precios y la inseguridad-, saldrían estos a la calle y prenderían fuego a la Casa Rosada. Esto es un dato que las autoridades conocen muy bien. La semilla de la bronca ya ha sido plantada, y puede observarse en la crispación de los que no pueden viajar en tren y lo apedrean, en aquellos que no pueden subirse a un avión y apalean a los empleados aeronáuticos. Como siempre, aparecen los medios cómplices de la debacle para intentar ocultar la verdad a la ciudadanía. Diario Clarín y todo el grupo pseudoempresario de Ernestina Herrera de Noble son parte del aceitado mecanismo, donde se transan favores económicos con el pintarrajeo desigual de una realidad fantástica. Los homicidios, suicidios, violaciones asaltos armados a comisarías y unidades militares pasan a un segundo plano junto con las noticias de los incrementos de precios. Pero Boca Juniors y la Libertadores son porción fundamental de primera plana. Ningún medio refleja la realidad de lo que queda del panorama industrial de la República Argentina. Las empresas de todo el país deben enfrentar cortes programados de gas y electricidad, al tiempo que, gracias a la presión de los gangsters del corrupto gremialismo local presionan para extender hacia el infinito los beneficios de los trabajadores : doble indemnización, más vacaciones, aumentos de sueldo con pisos del 20%, facilidad para iniciar juicios laborales millonarios, etc. Pero los periódicos tampoco reflejarán otra realidad conocida, a saber, que los empresarios argentinos no moverán un ápice para poner en marcha sus procesos productivos más allá de lo que ya lo han hecho. Muchos industriales se preguntan acerca de las motivaciones reales del Presidente y sus ministros, particularmente Julio de Vido : ¿será que se intenta verdaderamente solucionar los problemas de fondo, o todo queda en el voluntarismo y las palabras vacías, siendo el objetivo real el enriquecimiento personal a toda costa? Para aquellos que dudaban, el caso Skanska ayuda a inclinarse por la segunda alternativa. Funcionarios y periodistas ya lo saben : la ruta del dinero del affaireSkanska-Enargas-Techint termina en Julio de Vido, ministro de Planificación Federal. El dato, si los resultados de las presidenciales de octubre lo permiten, servirá a Alberto Fernández y otros funcionarios anti-de Vido para promover su salida del ministerio. Y el modus operandi es siempre el mismo : los funcionarios en pugna llaman, subrepticiamente, a los medios afines, y les "pasan la data" sobre los malos pasos de su enemigo en el poder. El empresariado argentino nada tiene de inocente, y sabe responder en función de ello. Nadie realizará las inversiones pertinentes que salvarían a Néstor Kirchner o su señora esposa en el escenario del año que viene, que se presenta de color negro azabache. Ya lo han dado a entender Petrobras y Repsol : la actividad exploratoria se ha paralizado y los movimientos actuales de dinero y cuadrillas tienen el solitario objetivo de mantener las alicaídas estructuras de transporte y extracción, montadas mayormente en la década del noventa menemista, hoy tan criticada. La industria se ha quedado ya sin energía, y el campo sin gasoil. La noticia de la escasez del negro combustible ha recorrido las tapas de todos los diarios, aunque en forma tardía, porque este problema ya venía siendo padecido por los ruralistas desde hace más de un año. ¿Por qué, entonces, comienza a informarse del tema recién ahora? El directorio de Diario Clarín decidió no someterse más a las presiones desinformativas del Gobierno Nacional : la realidad ya no golpea la puerta, sino que amenaza con echarla abajo. Si el periódico continúa desinformando, perderá aún más lectores y su reputación futura terminará en la hoguera, junto a la de los políticos que hoy se ensañan con el dinero de los contribuyentes. La parálisis en la inversión ha comenzado a dar los primeros resultados concretos en el interior, donde el gasoil brilla por su ausencia de los surtidores, y el que tiene que comprar, termina recurriendo al mercado negro, con sobreprecios de más del 100%. Pero el monstruo está ahora a las puertas de la Avenida General Paz : estaciones de servicio de Panamericana y en las áreas cercanas de la Capital Federal, cargan gasoil con límite a automóviles particulares. En algunos casos, no se cargan más de $10 por vehículo. El ciudadano no debe engañarse : el estado actual de la situación obedece, pura y exclusivamente, a la corrupción de este gobierno. Una administración que empeora los problemas de un país y que impone abierta censura sobre la información pública pasa a ser una dictadura. El problema es aún peor si funcionarios públicos amenazan a empresarios a punta de pistola para que no aumenten los precios. Si el plan oficial consistía en evitar a toda costa que la escasez pase desapercibida para la ciudadanía, pues habrá que pasar al plan B. Los automovilistas no tienen ya combustible; muchos operarios de fábrica son enviados a sus casas por la imposibilidad de trabajar sin gas ni electricidad; los apagones en la Capital Federal son moneda corriente y tienen lugar todos los días. Y la proverbial bestia bíblica de la inflación ha vuelto a mostrar sus afilados y sanguinolentos dientes. Los incrementos de precios en la Argentina de hoy ya están haciendo estragos, arrojando no menos de dos millones de personas cada año a la hoguera de la pobreza, pues, hoy por hoy, para no ser pobre es necesario ganar más de $900 (unos trescientos dólares, para nuestros lectores de Latinoamérica). La mayoría de los empleos administrativos y de las secciones de "ofrecidos" de los diarios involucran pagas en donde el techo es, precisamente, de novecientos pesos. La mentira más violenta del Gobierno Nacional se llama INDEC. El 0,4 porciento promedio de inflación registrado para el mes de mayo ha sido una notoria tomada de pelo. Especialmente cuando cualquier analista sabe que el índice de inflación para todo 2007 superará el 20%. Pero lo peor aún está por venir : analistas serios ya hablan de un índice que no bajará de 40 puntos para el año que viene. Y eso que esta cifra no contempla los incrementos en los servicios (gas, luz, teléfono) y combustibles (naftas, gasoil, GNC), aún por venir. Precisamente, existe una furia controlada en el gobierno español frente a la promesa incumplida de Néstor Kirchner de permitir aumentos en combustibles y todo aquel rubro donde estén involucradas inversiones provenientes de la Península Ibérica. Que nadie se engañe. El ex presidente del gobierno español, José María Aznar, vino a la Argentina con ese único propósito : presionar a Kirchner para que abandone el proselitismo barato y para que ponga al día el precio de las naftas. El litro de nafta sin plomo está a 60 centavos de dólar en la Argentina, mientras que en Chile y Brasil se sitúa en un equivalente a 3 pesos argentinos. Y estos son precios de mercado muy baratos para un commodity de la categoría de la gasolina. Por otro lado, el argentino promedio se ha visto, por primera vez en la historia, obligado a reducir sensiblemente el consumo de productos cárnicos. La escasez de ganado para carnear se ha convertido en uno de los motores principales para los aumentos impresionantes de las carnes en el último año, que superaron el 60%. Para colmo, la política de amenaza y extorsión ejecutada por Guillermo Moreno ha contribuído con el agravamiento de la situación. Y ya no hay marcha atrás. Las presiones de Moreno en el INDEC, por orden directa del Presidente Néstor Kirchner, no tienen otro objetivo que ocultar la espiral inflacionaria creciente que ya está haciendo mella en millones de hogares del país y que destruye familias. El Presidente no puede evadir su responsabilidad frente a este grave proceder. El remate de este artículo es la poco feliz confirmación que nuestro medio ha tenido de parte de los pasillos de la política. Sin vueltas, puede afirmarse que ni Mauricio Macri, ni Roberto Lavagna, ni Ricardo López Murphy, ni Elisa Carrió, pretenden competir seriamente en las elecciones presidenciales de octubre. Por "competir seriamente" se entiende, ganar. Lo que muchos medios han interpretado como una falta de consolidación de la oposición ha sido mal interpretado : los principales referentes opositores conocen el estado de situación gravísimo que enfrentará el país el año que viene y esperan sentados en primera fila para ver la estrepitosa caída que aguarda al matrimonio presidencial frente a las problemáticas nacionales. Ya se conoce el rechazo de Macri para competir en octubre, que apoyará a Ricardo López Murphy pero sin gran convencimiento. Roberto Lavagna habla, tibiamente y sin pasión, del panorama electoral. La proximidad de las elecciones hace ver sospechoso el evidente desinterés de los candidatos de la oposición. ¿Acaso saben algo que los kirchneristas ignoran respecto del futuro? Todo indica que sí. El convencimiento que refiere a la escasa durabilidad de Cristina Fernández o el propio Néstor Kirchner frente al escenario negro de 2008, nutre también a empresarios y a las Fuerzas Armadas. Como en los momentos previos a la caída de Fernando de la Rúa, existieron consultas al respecto de la posición castrense. Hoy, esas consultas ya se han hecho : nadie moverá un ápice para defender al Gobierno Nacional frente a cualquier estallido social o de otra índole. La respuesta a la consulta no es lo que interesa. Lo grave es que las consultas ya han tenido lugar. Hay políticos y economistas que anticipan la caída del próximo gobierno para dentro de los siguientes veinte meses. Otros han dicho que menos de un año. Otros, que cuatro meses después de las elecciones, agravada la situación por la crisis energética durante el verano de 2008. En pocos días se celebrará el ballotaje que consagrará a Mauricio Macri como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por cuatro años. En el porcentaje que este candidato obtenga se podrá confirmar otra realidad, a saber, que la tan mentada popularidad del Presidente Néstor Kirchner del 70% jamás ha sido tal. Solo fue otra operación de prensa de rigor, con Artemio López y Enrique Zuleta Puceiro -OPSM- tachando y redibujando números.
El Ojo Digital Sociedad