Aumenta la percepción del Gobierno de Kirchner como corrupto
Un título más suave podría decir : "fin de la luna de miel entre el Gobierno Nacional y la sociedad". Pero la realidad es un tanto más grave y amerita titulares más categóricos. A partir de los casos recientes que involucraron a Felisa Miceli y Romina Picolotti, la opinión pública comienza a percibir a la Administración Kirchner como un gobierno comprometido en temas importantes de corrupción.
21 de Julio de 2010
No se equivocaba Adolf Hitler cuando declaraba "mientras más grande la mentira, más gente la creerá". Pero también es cierto que, tarde o temprano, si una administración no se ve refrendada con la contundencia de los hechos, su credibilidad cae en picada, sin importar la connivencia que este tenga con los medios de comunicación.
Y le ha ocurrido al gobierno del Presidente Néstor Kirchner, otrora promocionado por él mismo y sus personeros como un gobierno transparente, progresista y democrático. Una gran mayoría de argentinos "compramos" el producto kirchnerista sin mirar el precio. Se nos decía que lo peor -la corrupción menemista y la denostada década del noventa- ya había pasado, pero hoy, apenas un par de años después, hemos descubierto que hemos vuelto a ser estafados en nuestra buena fe.
Al Presidente Néstor Carlos Kirchner de nada le sirve ya el fuego graneado contra la corrupción del gobierno de Carlos Menem, como tampoco le ha servido el ataque contra la persona de Mauricio Macri en las recientes elecciones porteñas, catastróficas para el primer mandatario y su séquito de colaboradores. Y se ha percatado de ello el Presidente, dado que ahora despotrica contra aquellos que no creen en la persona de su mujer, Cristina Fernández, acusándolos de montar una "campaña sucia". Imagina el Presidente que, recurriendo a la misma actitud de su rival Mauricio Macri, podrá obtener similares beneficios, ahora para su señora esposa. Pero esto no es otra cosa que la comprobación fehaciente de que este gobierno se mueve en base a la más elemental improvisación, y que es víctima circunstancial del viejo sistema del ensayo y error.
No puede Kirchner resucitar la crítica contra el menemismo, a partir de que, como bien dijeron por ahí ciertos colegas, "el gobierno ya tiene su María Julia", en referencia a la impresentable responsable de sanear el Riachuelo, Romina Picolotti. Picolotti sumó sus travesuras en la Secretaría de Medio Ambiente -donde contrató a parientes a sueldos elevadísimos- a las torpezas de la Ministro de Economía y Finanzas, Felisa Miceli, que escondió dinero supuestamente proveniente de coimas en el baño privado que utiliza en el Ministerio.
¿Tiene Néstor Kirchner margen de maniobra ahora para continuar con su andanada de críticas hacia ex presidentes del pasado político argentino? La respuesta civilizada a esta pregunta solo puede ser negativa. El Presidente es ahora un soldado raso que, en pleno campo de batalla, se ha visto privado de fusil y munición. El recurso favorito del primer mandatario ha sido siempre la descalificación y la burla hacia sus rivales políticos. De más está decir que ahora tienen material de sobra para responderle, aunque la propia ciudadanía ya no precisa que le refresquen lo corrupto que es esta Administración. Ya tiene suficiente con las tapas de Diario Clarín, con Picolotti y Miceli siempre paseando por primera plana.
Y a propósito del mundo de los medios, ha llegado a El Ojo Digital el comentario de que el Presidente hierve de furia contra "El Gran Diario Argentino". Kirchner no le perdona a Clarín el haber puesto en marcha la investigación que arrinconó a Romina Picolotti. Mucho menos el haber puesto como noticia de primera plana los desbandes de Felisa Miceli... en plena campaña electoral para las presidenciales.
Con todo, en el directorio de Clarín existen individuos muy sapientes. Han llegado a la conclusión de que el apoyo irrestricto que brindaron al Presidente y su gobierno debe llegar a su fin. En el diario de Ernestina Herrera de Noble se han percatado de que la promoción permanente de "buenas noticias" ha terminado por destruir la reputación de independencia del periódico. Debido a esto, han seleccionado el período pre-electoral para dar el batacazo. ¿El motivo? Saben que Kirchner no puede hacer gran cosa para intentar desestabilizar al diario, dado que está muy ocupado con la promoción de Cristina para las elecciones. Además, la apuesta podría salirle mal y Clarín podría incluso responder, perjudicando aún más la ya desgastada imagen del Gobierno Nacional. Pero lo que Kirchner y sus funcionarios podrían ver como una conspiración, en realidad podría explicarse mediante la sencilla aplicación del sentido común : en ningún país serio, un ministro de economía podría permanecer en su cargo luego de un desliz como el de Felisa Miceli. Idéntico escenario se da con Picolotti. Los casos de corrupción que envuelven a estas dos funcionarias han despejado la duda de que Néstor Kirchner no representa a la "nueva política" : la percepción de la opinión pública es que el Presidente "es más de lo mismo". Picolotti y Miceli son la columna vertebral de cualquier charla de café. Es motivo de hilaridad entre ejecutivos, encargados de edificios y taxistas. Taximetreros y porteros son importantes formadores de opinión en los principales núcleos urbanos del país. Kirchner bien lo sabe pues convocó reiteradas veces a Omar Viviani y al que "mueve los hilos" en SUTERH, Víctor Santa María, para obtener apoyo. Pero la primera pieza del dominó ya ha sido volteada, y con ella seguirán las demás. Los taxistas son los primeros perjudicados por la ineptitud de los funcionarios kirchneristas del área de energía, al haberse llegado al ridículo de suspender la venta de GNC, fluído sin el cual el taximetrero no puede llevar comida a su mesa.
Por si los casos de Miceli y Picolotti no fueran suficiente material para el prontuario global del kirchnerismo y su "nueva política", están los poco imitables ejemplos de Julio de Vido y Ricardo Jaime, ambos comprometidos por casos de corrupción varias veces millonarios en Planificación y Transporte, respectivamente. Está también el caso "ejemplar" de Ginés González García, que participa del negociado monumental de los medicamentos genéricos en la cadena "Dr. Ahorro". Todos los profesionales del mundo farmacéutico conocen la verdad de la participación de Ginés en el mercado de genéricos. Desde México, los empresarios que montaron la cadena "Dr. Simi" -Dr. Ahorro en la Argentina- han reconocido ante los medios de aquel país que González García es un socio más.
Y todavía hay más. Guillermo Moreno, el Secretario de Comercio, continúa deambulando entre las sombras e insultando a industriales y comerciantes que consideran implementar incrementos de precios para sus productos. Los llamados telefónicos intempestivos y la intromisión fortuita y desvergonzada en reuniones de ejecutivos son parte del modus operandi del Secretario. A Moreno solo le faltó decir : "a los empresarios tenemos que proponerles un pacto que no puedan rechazar". Reminiscencias de "El Padrino", aunque Guillermo Moreno exhibe bastante menos personalidad que Marlon Brando...
La Nación publica titulares negros y Clarín desangra al Gobierno Nacional con sus investigaciones. Hoy, cada vez más periodistas se han percatado de que, si presionan, hay mucho material para revelar, frente a la corrupción en la Administración Kirchner. Con respecto a Clarín, existen dos posibilidades : o bien en el periódico se han decidido por independizarse verdaderamente de los llamados y las presiones de Alberto Fernández -encargado oficial del "apriete" a medios-, o bien la maniobra es típicamente preelectoral y tiende a "negociar" con Kirchner para la obtención de nuevos créditos, más dinero o, simplemente, una nueva licuación de los pasivos del Grupo de Ernestina. Todo está por verse, pero como bien se sabe, el mundo de los medios en la Argentina es verdaderamente putrefacto. La contaminación del periodismo va de la mano con la que se observa en la política y cierto sector privilegiado del empresariado.
Se avecinan tiempos difíciles para Kirchner y su gobierno. Lo que hace pocos meses se veía como victoria segura para el oficialismo en octubre, se ha transformado claramente en un escenario donde timoratos -aunque seguros- encuestadores ya examinan escearios de segunda vuelta con una Cristina Fernández perdedora. Próximamente comenzarán a liberarse papers con resultados de encuestas que ya están trabajando para medir el impacto de los resonados casos de corrupción en la Administración Kirchner. Y habrá más de una sorpresa.
El Ojo Digital Política