Las torpezas del Gobernador de Misiones, Carlos Rovira

Luego del "piñazo" de Piña, los niveles de torpezas y delirios del gobernador de Misiones, Carlos Rovira, se han incrementado a ritmo exponencial. En un álgido momento económico, el gobernador está decidido a despedirse con bombos y platillos. Al mejor estilo Atila, se ha impuesto hacer tabla rasa con la tierra misionera. Incremento del gasto público, multiplicación de los "ñoquis", monumentos faraónicos, dejarán como estela un nivel de deuda pública, que deberá sufragar su sucesor. O más precisamente, el sufrido y zarandeado contribuyente provincial. Mientras, por otro lado, la dependencia del Poder Ejecutivo Nacional, se habrá acentuado al mismo ritmo del escandaloso festival presupuestario. Imitando el accionar cotidiano del Pingüino Mayor de la Nación, pretende elevar el ya muy alto índice de extorsión sobre sus detractores. En realidad está desesperado. Requiere manipular el nombre del Delfín. Al solo efecto de evitar una engorrosa auditoría de las cuentas provinciales. Hecho, que, puede ya no determinar su muerte política. Implica serios riesgos de tener que vestir un coqueto traje a rayas, más temprano, que tarde. La impunidad de Rovira, depende entonces, de que su candidato sea ciego y sordo, respecto a las tropelías cometidas con el erario público. Y evitar, esgrimiendo cualquier arma, que un candidato opositor triunfe en las elecciones de octubre próximo. A efectos de elevar las posibilidades de su tropa, acaba de elevar a la Legislatura un proyecto de ley que lo pinta de cuerpo entero. Pretende, nada más y nada menos, que manejar arbitrariamente, el "Adicional Mensual de Coparticipación Municipal, Transitorio y de Emergencia". Expresado en castellano básico : necesita darle más dinero a los municipios "amigos" para sufragar una campaña política que lo tiene de perdidoso. El proyecto de Ley es una verdadera "joda para Tinelli". Rovira exige que le otorguen manos libres, sin control legislativo, ni ciudadano, de los "fondos extras" que llegan desde Buenos Aires. A fin de "graciosamente" distribuirlos entre los intendentes adictos. Con lo cual, el nivel de clientelismo y aprovechamiento de los comprovincianos más humildes, llegará a las alturas, o más, de las ya tristemente conocidas en la compulsa que perdió con Monseñor, intentando perpetuarse en el poder. En otras palabras, seremos nuevamente testigos de las ordalías a las que nos tiene acostumbrados el gobernador. Documentos truchos a paraguayos, reparto de cortes de carne, promesas de créditos sin necesidad de devolución y las ya míticas dentaduras postizas. Total, da la impresión que Rovira piensa que "una mancha más al tigre no le hace nada". Parece ser que es la "nueva política", a la que hace tanta referencia el Presidente de la (ex) República Argentina.