El Gabinete de Cristina Fernández Wilhelm : las malas noticias se suceden
Superado ya el trance de la "victoria" de la aún Primera Dama en las Presidenciales de octubre, llega a los medios la noticia relacionada con los nombres del futuro Gabinete Presidencial -mala nueva pues contiene demasiado de lo viejo-. El dato está coronado con la patada inicial de la futura crisis -pronosticada oportunamente por nuestro medio-, de la mano del aumento de los precios de las naftas. Las malas nuevas llegan en oleadas.
21 de Julio de 2010
"Lo que mal empieza, mal acaba". Verdad trágica la de la Argentina, un sitio tan indescifrable que, por momentos, parece esforzarse para convertir en realidad los dichos y refranes más trillados.
Cristina Fernández Wilhelm aún no se ha hecho con el poder. Faltan aún un mes para su asunción y ya ha comenzado con el pie izquierdo. El comentario alude, por cierto, al núcleo del nuevo Gabinete Presidencial, ese que intentará acompañarla por los cuatro años que debería durar su Administración.
Los enfants tèrribles de la Administración Kirchner, Alberto Fernández y Aníbal Fernández, mantendrán sus puestos, con la ligera salvedad de que Aníbal pasará a ser Ministro de Justicia, dejando Interior. El ex intendente quilmeño fue, en un programa televisivo, "apurado" por el ex candidato presidencial Ricardo López Murphy, y jamás explicó por qué estuvo prófugo de la Justicia luego de haber sido procesado por manejos irregulares de fondos. Su faena al frente del combate de la inseguridad fue más que pobre. No existe ciudadano del país que se acuerde bien de su persona. Y mejor ni hablar de lo que piensan de él las víctimas de la violencia urbana y suburbana que, en tiempos de Kirchner y Aníbal, se ha disparado a índices históricos hasta hacer de la nación una auténtica réplica del Far West americano. Un paraje desolado desde donde el mismísimo Wyatt Earp huiría despavorido. La Argentina es hoy un territorio ocupado, que se ha transformado en un paraíso para malvivientes y marginales, los que, a la postre, siempre gozan de más derechos que los ciudadanos rectos.
Alberto Fernández, por su parte, ya ha acumulado demasiadas quejas frente a las presiones que ejerce contra los medios masivos de comunicación. Confirmado esto por prácticamente todas las fuentes de El Ojo Digital que se mueven por los pasillos del mundo de la información. No importa si se trata de Marcelo Tinelli, Grupo Clarín, La Nación o Pasquín 12. Se nos dijo una vez : "El largo brazo de Alberto alcanza a todo medio de comunicación, sin importar dónde esté". La presión sobre los medios y la administración exageradamente discrecional de fondos públicos continuará rabiosamente en tiempos de Cristina.
El internismo entre Julio de Vido y Alberto Fernández se ha visto estimulado ahora más que nunca, a partir del control que cada uno ha querido proyectar desde siempre sobre el Ministerio de Economía. Mientras tanto, los combustibles han esperado al término de las elecciones para dispararse en un alevoso 14%, al tiempo que el canal TN de Clarín solo reporta el detalle de las vacas perseguidas por policías bonaerenses en la violenta La Plata. Los bolsillos de los argentinos cada vez tienen más parches y las víctimas de la inseguridad crecen en proporción geométrica. Pero los altos funcionarios del kirchnerato siempre tienen tiempo de sobra para pelearse.
Periodistas que en su momento brillaron por su lucidez, arrojaron su intelectualidad al basurero, al elogiar la convocatoria del joven Martín Loustau para el Ministerio de Economía. A este respecto, no se comprenden las exageradamente alegres del otrora prestigioso analista político Joaquín Morales Solá, quien lo ha destacado por su juventud. Lo concreto es que Loustau solo tiene de destacado lo veloz de su ascenso y su carrera, ciertamente impresionante para su corta edad. Pero el hecho de que haya sido alumno de Prat Gay no lo hace igual a él. Ser directivo del Banco Provincia no es un mérito que se logra con trabajo duro : es un logro directamente proporcional a las conexiones políticas que se cosechan. Las condiciones violentas de la Argentina se han llevado por delante -a pesar de su desempeño final- a intelectuales brillantes de la talla de Sorrouille, Grinspun, Cavallo y Brodersohn. Martín Loustau será devorado vivo a la primera crisis y su pellejo seguramente decorará las oficinas de algún yuppie o mercader experimentado de la Bolsa. Lo único que podría salvarlo es la intervención permanente de algún poder Supremo, por ejemplo, el de la propia Presidenta. Pero, si este fuera el caso, entonces su nominación frente a Finanzas habrá sido un error trágico : ¿Se nombra hoy a los ministros para que manejen o para que sean manejados? Y no olvidemos el hecho de que Loustau solo está allí porque Miguel Peirano se "plantó" frente a los Kirchner y no quiso tolerar más la diabólica política de manipulación de los índices que refleja el INDEC.
Dijo también Joaquín Morales Solá, en su columna del día jueves en La Nación, que Cristina prefiere reorientar la cuestión económica más hacia la producción y dejar de lado el enfoque financiero. ¿De qué producción habla Solá? La Argentina fue uno de los dos países que menor inversión extranjera directa recibió en América del Sur desde la llegada de Néstor Carlos Kirchner, y sin inversión no existe producción. Los inversores extranjeros han venido escapando del país como ratas que huyen de un barco que se hunde. ¿Sabrán algo que los argentinos desconocemos? ¿Sabe el periodismo leer bien las noticias, o simplemente trabaja en función del poder de turno?
Siguiendo con el análisis del Gabinete, se destaca la permanencia de la Ministro de Defensa, Nilda Garré, que ya arrastra un tendal de militares muertos en accidentes aéreos , récord para la historia de la aviación nacional. También está el desastre kirchnerista-garrista frente a la tragedia del Almirante Irízar. Una tragedia de la que también ha sido responsable el corruptísimo Congreso de la Nación, que cajoneó imperdonablemente las partidas de presupuesto para su reparación. La única reacción que tuvo la comunidad política fue la de lapidar a Tarapow, llegándolo a tratar como guerrillero y traidor a la Patria. Como siempre, el sistema corrupto se defiende con uñas y dientes.
Queda para el final el comentario sobre el nombramiento de Graciela Ocaña en el Ministerio de Salud. Ocaña había sido una de las principales referentes del ARI de Elisa Carrió, y llevaba a cabo investigaciones privadas y muy bien orientadas sobre los manejos irregulares de fondos de los Kirchner en la provincia de Santa Cruz. Como por arte de magia, Ocaña abandonó las filas del ARI y se pasó al oficialismo. Desde el poder se la premió con el puesto de mayor importancia en el PAMI. Pero, como siempre, para Joaquín Morales Solá, "la honestidad de Ocaña no arrastra ninguna sospecha".
Mientras la "nueva política" continúa financiando su interminable fiesta a costa de los dineros del contribuyente, cada día son más los adherentes al dicho popular que reza : "Esta señora no dura seis meses". El gatillo es cualquier imagen de prensa o televisiva de la presidenta electa, Cristina Fernández Wilhelm. Una imagen ya demasiado peligrosamente asociada al ataque de camioneros moyanistas y taxistas vivianistas contra la Legislatura -y contra todos los porteños-, a las manifestaciones callejeras violentas, la inseguridad que destruye familias enteras diariamente y a la inflación que ya parece un tren de diez toneladas sin freno. Todo un milagro para alguien que aún no ha asumido.
Por Matias Ruiz para El Ojo Digital