Caos energético : un verano sin electricidad ni combustibles
El amateurismo de la Administración Kirchner frente al panorama energético nacional ha terminado por configurar un escenario en donde los cortes de energía se incrementan cada vez más, al tiempo que los combustibles comienzan a escasear en las estaciones de servicio de todo el país. Un verano que será para el olvido.
21 de Julio de 2010
La historia es ya repetida para los argentinos memoriosos -evidentemente, unos pocos- : estaciones de servicio sin gasoil y sin naftas, con carteles en exhibición que rezan sobre la imposibilidad de aceptar tarjetas de crédito. La escena descripta se viene contemplando desde hace ya un tiempo en muchas provincias del interior de la Argentina. Obviamente, en la Capital Federal el fenómeno se ha demorado pues, de acuerdo a la bizarra lógica del Gobierno Nacional y a la de su Presidente saliente, "si hay miseria, que no se note".
Del mismo modo en que, en tiempos de guerra, el oro es lo único que mantiene e incluso incrementa su valor, en nuestra Argentina actual ya estamos asistiendo a la aparición de demasiadas pistas que ciertamente nos recuerdan a los peores momentos de Raúl Alfonsín. Pues los tiempos de Néstor Carlos Kirchner nos han servido bastante para hacer un revival del pasado, no solo de lo peor de los setenta sino también de aquello de la "década perdida" que tanto deseamos olvidar.
Ha elegido el todavía Presidente Dr. Néstor Kirchner el camino de la confrontación, ninguneando a empresarios nacionales y extranjeros. Atacándolos y enviando bloquear estaciones de servicio porque los indetenibles incrementos de precios amenazaban sus índices de popularidad. Se han incrementado violentamente las retenciones para los referentes de la industria petrolera, oprimidos desde el comienzo porque los precios de los combustibles están miserablemente pesificados. Mientras en Chile, el litro de nafta sin plomo se encuentra en un promedio de 4,50, aquí recién ha escalado -y en forma pronunciada- hasta situarse en $2,90 en los casos más extremos. Este Presidente no solo pasará a la historia por ser lo opuesto a un estadista : Kirchner será recordado como el mandatario que aceleró la desaparición de la Argentina del mapa energético mundial. Porque él ha obligado a los empresarios del sector a vender a precios miserables lo que no hay. En menos de diez años, las reservas petroleras y gasíferas en explotación del país se habrán liquidado hasta la desaparición. El actual esquema de odio y desprecio contra el capital nacional y extranjero ha configurado una situación en donde el empresario no puede reinvertir pues sus activos y bienes de producción se miden en dólares, mientras que sus ingresos son en miserables pesos argentinos. Al no existir excedentes importantes para la reinversión en el negocio, no se descubren nuevos pozos ni se continúan explotando muchos de los existentes. El resultado es la caída en las reservas con las que cuenta el país, y un futuro negro en donde se deberá comenzar a importar para cubrir la demanda.
Muchas de las consecuencias nefastas de esta política ya se están viendo, dado que ya no le es posible al remanente de la Administración Kirchner continuar tapando el sol con las manos. Miles de estaciones de servicio en todo el país han cerrado sus puertas, pues ya en la década del noventa, el negocio de la mayoría de ellas no tenía sentido : apenas podían empatar egresos con ingresos. Hoy por hoy, existen todavía menos estaciones, pero para una ampliamente mayor cantidad de vehículos en circulación. En estaciones de las rutas camino hacia la costa atlántica, aún fuera de temporada, ya se observan interesantes filas de automóviles cuyos conductores precisan cargar naftas sin plomo. El panorama para los meses de la temporada estival se volverá una verdadera pesadilla para los veraneantes, sin considerar el hecho de los nuevos aumentos que vendrán y que las petroleras no tendrán otro camino que aplicar. ¿Cómo podrían perderse el verano? Y a esto hay que agregarle el faltante de gasoil que es ya bien conocido en el interior del país y en el campo. Más grave aún, ese faltante ha llegado a la Capital Federal y hoy es difícil encontrar una estación en donde puedan cargarse más de $40 del fluído. Y en los últimos días comienzan a conocerse casos donde ni siquiera hay naftas premium y sin plomo. Suele suceder, por ejemplo, en estaciones YPF adheridas al Automóvil Club Argentino. El problema es que, a partir del descuento del 5% que hace el ACA a sus socios, estos lugares concentran mayormente la atención de los conductores. Es una suerte de carrera de la rata, pues, como bien se sabe, es imposible ganarle a los aumentos. La desesperación por la carga de combustible es el síntoma que precede a la debacle, y ya lo hemos visto en tiempos de Alfonsín.
Finalmente, el caso de los combustibles no entrañaba misterio para nadie. El Ojo Digital ya había adelantado que, para antes de fin de año, los precios de los combustibles premium alcanzarían la barrera de los $3 por litro. Pues bien; el nuevo comentario del mercado es que la cifra deberá alcanzar los $3,50 para no más allá de marzo. Si ello no ocurriera, se deberá a la reacción violenta de parte del futuro gobierno de Cristina Fernández Wilhelm, pero el recurso del apriete ya no tendrá los mismos resultados que en el pasado. Esta vez, la respuesta de la industria y los núcleos empresarios será otra, mucha menos pasiva. En estos últimos incrementos se observó la manera en que el mercado le tomó el pulso a Cristina : se liberaron los aumentos y la reacción oficial jamás llegó, dada la confusión electoral y el desplazamiento de fichas en el Gabinete. Resultado : primera señal de debilidad de parte de Cristina Fernández. Y, como se observa obvio, el joven Loustau no tiene lo necesario para posicionarse a la altura de las circunstancias. El primer estornudo de mercados y empresarios se lo llevará puesto, sobre esto existen pocas dudas ya.
Con todo, debe decirse que, gran parte de la ciudadanía -educada o no- ha elegido sufrir esta realidad, al haber convalidado la opción kirchnerista en las recientes elecciones presidenciales. Fraude o no, existieron aquellos que convalidaron el atropello oficialista contra las instituciones, la sociedad y la prensa. Han convalidado la inseguridad extrema y la inflación creciente de la que son responsables el Presidente Néstor Kirchner y sus funcionarios a partir de sus desaciertos.
Por otro lado, el problema de la crisis energética se acentúa también por el lado de la provisión de energía eléctrica, cuya demanda superará los 19,000 megawatts. La oferta, con suerte, pueda cubrir 18,500 y el déficit estuvo muy cerca de producirse, al menos 4 veces en lo que va de 2007. Los inconvenientes estuvieron generados mayormente durante las épocas de bajas y altas temperaturas. En ambos escenarios existieron cortes de energía y situaciones de baja tensión. Ante la propia torpeza, los funcionarios kirchneristas a cargo -que nada hicieron para estudiar la situación desde la asunción de Kirchner- solo acudieron para cercenar la capacidad productiva de la industria, que ya paga sus costos de energía un 400% más caro que hace dos años. Para colmo, ya muchos medios se han referido a la adquisición desmedida de equipos de aire acondicionado de parte de la ciudadanía. Nuestra reflexión y sugerencia para los propios lectores es : consuma más de lo que hace habitualmente. En lugar de ver esta recomendación como egoísta, considere que no es justo para Ud pagar las consecuencias por el mal manejo de su gobierno. Si puede pagarlo, disfrútelo. No existen motivos para salir al rescate de los inoperantes funcionarios que no han hecho los deberes.
Como siempre, durante la Administración Kirchner, las responsabilidades y las culpas han sido siempre "de los otros". Cuando los operadores del complot no eran clérigos, militares u opositores, resulta que provenían de la propia ciudadanía cansada. Por estas horas, se escucha demasiado a los funcionarios de energía echarle la culpa a la demanda (Ud. y yo) por la crisis energética. No olvidemos los comentarios agrios del kirchnerismo y del propio Alberto Fernández contra los porteños -para citar un caso- cuando no votaron a sus candidatos. Parafraseando al vocalista de la Bersuit : "Si esto no es una dictadura, ¿qué es?".
Lamentablemente, el verano energético argentino no se insinúa alentador. Los nuevos incrementos de los combustibles, más los problemas derivados del sistema eléctrico podrían transformar las vacaciones de cualquiera en una pesadilla de la cual será difícil despertar.
Con la presidenta electa aún sin asumir -aunque conociéndose de antemano su falta de capacidad y decisión-, el murmullo generalizado que debate sobre la duración de su mandato se incrementa hasta que uno se topa con él en cualquier charla de café.
Lo que sea que suceda, esta vez no tendrá que ver con monjes negros ni complots. Será pasible de ser explicado a partir de la propia inexperiencia e inoperancia que hace tiempo vienen exhibiendo quienes nos gobiernan y quienes nos han gobernado.
Matías Ruiz, para El Ojo Digital Sociedad.
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Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Sociedad