Néstor Kirchner privilegia la lealtad en el nuevo Gabinete

La difusión en el diario "Clarín" de que Miguel Peirano condicionaba su permanencia a la ida de Guillermo Moreno y, fundamentalmente, la batalla campal del lunes frente a la Legislatura (donde los gremios del transporte manifestaron el "Operativo Clamor" por Julio De Vido) le marcó la cancha a Cristina, a Alberto Fernández y a Mauricio Macri. Los empresarios de la Unión Industrial, de la Cámara de la Construcción junto a los beneficiados de las sobrefacturaciones y el resto de ellos que quiere participar de la gran piñata oficial pedían a los gritos la continuidad de Julio De Vido, José López y Ricardo Jaime. Estos hechos le facilitaron al Presidente la decisión para designar un Gabinete basado en la lealtad de los pingüinos y de los que no lo son. Ejemplo de esto es el caso de Florencio Randazzo, quien fogoneó a Solá para enfrentar y derrotar a Duhalde en 2005. Randazzo -un político peronista del pueblo de Chivilcoy- era un candidato firme a la presidencia de la Cámara de Diputados, cargo que recayó en otro leal como el jujeño Eduardo Fellner. Por ello, Randazzo fue premiado con el Ministerio del Interior ya que había sido el victimario de Eduardo Duhalde. El caso de Alberto Fernández también va en este sentido, ya que logró colocar a Martín Lousteau en Economía. Se escuchó decir a la presidenta electa que Alberto Fernández tendrá que hacerse cargo de las sucesivas derrotas en la Capital, entre las que se cuenta la confirmación de De Vido y Guillermo Moreno, junto a otras sorpresas que se llevará el jefe de Gabinete en el futuro. Un párrafo más para el ministro de Economía Lousteau, quien es un discípulo de Javier Gonzáles Fraga y Alfonso Prat Gay. Lousteau fue jefe de asesores en la Presidencia del Banco Central; luego saltó al Ministerio de la Producción bonaerense y al Banco Provincia. Lousteau ha tomado distancias ideológicas de González Fraga y Alfonso Prat Gay y, podría decirse de él que es un Aldo Ferrer de 35 años y un Master en Economía en la Universidad de Londres. Lousteau es un keynesiano a ultranza que propugna que el consumo puede incrementarse emitiendo moneda, elevando el gasto público y fomentando los aumentos salariales por decreto. Esto lo define actualmente como alguien que va a seguir con la fiesta electoral y cuyo final sabemos cómo va a ser. Aníbal Fernández salió a poner la cara al defender lo indefendible, destacó que resignó tiempo para mantener su distrito y fue premiado con este nuevo superministerio de Justicia. Tomada fue confirmado por su excelente relación con los tres grupos sindicales y, de paso, para permitir que Juan Carlos Dante Gullo asuma como Diputado Nacional. La confirmación de Jorge Taiana era un hecho, dada su lealtad y obsecuencia frente a lo actuado por el matrimonio presidencial. La designación de Graciela Ocaña en el ministerio de Salud -sin ser médica- es una verdadero mamarracho frente a todos los sanitaristas que hay en el país y por sobre todo a Ramón Carrillo, el histórico ministro de Perón. Pero es un premio a la Primera Borocotó de la Argentina y, de paso, al resignar su senaduría suplente de la provincia de Buenos Aires, le deja abierto el camino al senado a Eric Calcagno, quien de paso deja libre la embajada en París.